I’m holding my man

¿Qué os ha parecido la secuela de Dick Tracy de Warren Beatty que se ha estrenado esta semana?

Es cierto que Warren Beatty tiene 85 años, pero Harrison Ford tiene 80 y Michael Douglas 78 y ahí siguen con sus cosas. Así que supongo que, además de estar en un momento en el que o no hay estrellas jóvenes o hay un interés por el parque geriátrico, en realidad tampoco debería de sorprendernos tanto estas cosas.

¿Cómo? ¿Que no la habéis visto? Pues será que no era fácil. Os pongo una imagen:

Warren Beatty, caracterizado como Dick Tracy con sombrero y abrigo amarillos, charla mientras ¿desayuna? con Warren Beatty caracterizado como Warren Beatty. Tracy come un sandwich o algo así, Beatty una ensalada. Eso es caracterización.

Sí, ahí está Warren Beatty hablando con Warren Beatty. Puedes parecer un anuncio de la superbowl -de Activia– pero en realidad es un fotograma de la nueva secuela de Dick Tracy.

Si estáis esperando que me vaya para atrás para explicar por qué esta es la TERCERA vez que Warren Beatty ha encarnado a Dick Tracy para una pantalla… Estáis en lo cierto. ¡Vamos con la historia del follón!

Imaginad, 1990, una joven de enormes pechos. Pero olvidemos el proceso de casting de Dick Tracy y vayamos un poco antes. A finales de los ’80 Warren Beatty quería adaptar a su héroe de la infancia al cine. Como sabía que iba a necesitar más dinero del que podía reunir para sus películas se alió con Disney. Pero no lo hizo de la manera habitual. Primero fue a Tribune, la empresa de Sindicación Periodística que gestionaba también tiras de prensa siendo poseedor de los derechos de Dick Tracy (y de Terry y los Piratas, Little Orphan Annie, Li’l Abner, Brenda Starr o Gil Thorp, ninguna de ellas es muy moderna pero, bueno ese es otro tema), y llegó a un acuerdo con ellos para que le cedieran los derechos de la tira de prensa. Se trataba de un contrato muy meditado por parte de Beatty y no tan meditado por el otro lado. Vale, le estaban cediendo los derechos para una película pero, ¿realmente iban a hacer algo ellos con esos derechos? No tanto porque su contenido oliera a rancio, a racista, a pro-policía y pro-violencia, y no me hagáis empezar con cuando Tracy se dejó bigote.

Ilustración de Dick Tracy en la que habla de que las Tiras de Prensa han vendido más periódicos que cualquier otra parte del periodismo americano. Lo dice llevando un bigote espantoso que ni encaja con su cara ni tiene sentido. Es como si le hubieran rastrillado el labio superior y le hubieran aparecido dos rallas en la cara, pero carece de color, volumen o cualquier otra cosa que parezca que lleva un bigote y no que está mutando hacia el furrismo.

Ya os dije que no me dejarais empezar. Pero volvamos a lo nuestro. Hasta ese momento Dick Tracy había tenido un serial radiofónico de gran éxito entre los ’30s y los ’40s que llegó a incluir un especial musical con Bing Crosby, Bob Hope y Dinah Shore en los papeles principales.

El éxito fue tal que incluso se sacaron algunos discos con algunas de las aventuras de Tracy. Sí, esto de sacar formato físico de éxitos de la ficción audiovisual es tan viejo que en los ’40s ya pasaba. De hecho, aprovechaban para animar a los niños a convertirse en dibujantes. Como si eso les fuera a permitir comprar más discos.

Disco de aventuras de Dick Tracy con The Case of the Midnight Marauder, se indica que además aparecen Flattop y Vitamin Flintheart, que el disco es irrompible y que trae tiras y la posibilidad de convertirte en autor de tiras cómicas porque solo vienen las imágenes en blanco y negro para que pongas los diálogos y los colores. Como Stan Lee pero con menos espacio para poner el nombre.

También hubo recopilatorios -claro- y libros basados en el personaje, que a veces contaban aventuras y otras se las inventaban nuevas, e incluso se adaptó al cine en unos seriales que dieron ejemplo de cómo funciona esto de los contratos. Se hizo un pago para realizar ‘una serie de seriales’ en lo que Gould pensaba que quería decir que el serial tendría varios capítulos (quince tuvo el primero, ¡todo vuelve!) pero que la productora usó para decir que podían hacer todos los seriales que quisieran.

El éxito de los seriales llevó a una serie de adaptaciones cinematográficas en la RKO, cuatro en total, la última de las cuales -de 1947- tuvo a Boris Karloff como villano, porque esto de usar a actores de renombre de la época como villanos en películas que adaptaban cómics no es, de nuevo, ninguna sorpresa. Las películas dieron lugar a una serie de televisión que duraría dos temporadas de 1950 a 1952.

La importancia de las las tiras de prensa en general y de Dick Tracy en particular iría cayendo en los ’50s. Porque por un lado la representación de la policía y esa ranciedad no gustaban, pero es que el otro insistió dentro de la cruzada con/tra los cómics en señalar que Dick Tracy era muy violenta y llena de villanos desagradables (de aspecto, claro).

En la década siguiente hubo algunos intentos directamente en la animación televisiva, una serie propia de la UPA que tuvo una temporada de 130 capítulos de 5 minutos cada uno -de nuevo, los formatos de 5 minutos no es un invento de las redes sociales- seguido por una aparición especial en un capítulo de la primera temporada de Mr. Magoo en el que Dick Tracy recluta al personaje para combatir a la mafia -sí, esto también se hacía-, así que en 1967 intentaron, de nuevo, revivir el personaje con un piloto televisivo que no funcionó y fue desterrado a Telefilme. Dick Tracy parecía un personaje de otro tiempo que viviría en la memoria, sobre todo, de los que fueron niños en los años ’40s.

Como Warren Beatty, nacido en 1937.

Beatty había ganado el ÓscarTM a Mejor Director en 1982 con Rojos, estaba más que establecido en Hollywood, estaba saliendo con Madonna y viendo como Warner preparaba un lanzamiento a lo grande de Batman. Normal que decidiera intentar montarse él su propia franquicia de lanzamiento en 1990. Al fin y al cabo hablamos del mismo año de Las Tortugas Ninja o el Capitán América de Albert Pyun. Estaba claro que la taquilla olía a cómic tanto como los suplementos culturales a artículos De la viñeta a la pantalla.

Motivo de sobra para irse a Tribune a comprar los derechos que, total, tampoco parecían interesar mucho a nadie, y una vez con ellos seguros por su contrato redactado con mimo, irse a Disney a realizarles una oferta que no podían rechazar: Él se encargaría de dirigir e interpretar, Madonna haría un papelito y cantaría un par de canciones, y seguro que podría convencer a más gente de participar. Pero necesitaba la pasta porque iba a ser una película cara. Disney puso la pasta, claro, esperando tener una franquicia de éxito entre las manos. 47 millones de dólares costó, Batman había costado 48, ambas películas caras. Porque en aquel año Ghost costó 22 M$, Solo en casa 20 y Pretty Woman 14. Las Tortugas Ninja costaron 13,5 M$.

Una película cara entre producción, actores (además de él y Madonna liaron a Al Pacino -y lograron apariciones de Dustin Hoffman, Kathy Bates, James Caan, Dick Van Dyke, Paul Sorvino o Mandy Patinkin-) y demás gente técnica: los guionistas de Top Gun Jim Cash y Jack Epps Jr., en el apartado musical Stephen Sondheim para las canciones y Danny Elfman para el score… Toda una superproducción.

El problema fue, claro, lo que recaudó. Mientras que Ghost hizo 205M$, Pretty Woman 170, Solo en Casa 143 y Las Tortugas Ninja 135, Dick Tracy quedó en el puesto 9 del TOP del año USA con 103 M$. Que podría haber sido peor, sin duda, pero que comparado con Batman, que hizo 251M$ el año anterior, pues algo cojo quedaba.

A partir de ahí comenzaron las idas y venidas para ver si se hacía o no secuela. Porque además del problema de recaudación estaba el de crítica, que había sido mayoritariamente negativa, así que aunque hubieran ganado tres ÓscarTM por ella -y el álbum de Madonna fuera un éxito, en parte gracias a Vogue (que no salía en la película, no os preocupéis)- en Disney sospechaban que si se hacía una segunda parte habría un montón de gente que vio la primera que no iba a ver la segunda. Además de que dos de los productores ejecutivos demandaron a Beatty por su parte. Por su parte de ellos, que dijeron que no cobraron lo que debían.

Quizá también porque en 1991 se estrenó The Rocketeer que les costó 40 M$ y recaudó 46,7 M$ un poco por los pelos.

Sí, lo ves desde el ahora y parecen casi problemas menores. Si Warner funcionara como aquella Disney… pero, como diría cualquier editor de cómics, volvamos a los ’90s.

Porque Beatty aseguraba tener una gran idea para la segunda película, y era cierto que en 1991 hizo Bugsy y consiguió una candidatura al ÓscarTM y todo eso… pero Tribune empezaba a impacientarse y Disney no se decidía (a decir que no, porque ganas de hacerlo no se veía ninguna). Incluso hubo una breve intentona de hacer una serie de TV con Bruce Campbell, pero Beatty dijo que no. Que una serie no, una película. Al final en 2002 Tribune pidió los derechos de vuelta, Beatty dijo que no, y Disney decidió en 2005 que a ellos no se les había perdido nada y que devolvían cualquiera derecho… a Beatty, que para algo era con quien habían firmado el acuerdo.

Tribune lo vio hecho y empezó a hablar abiertamente de preparar una serie sobre un joven Dick Tracy trayéndolo a nuestro mundo actual y que… Sí, Smallville se había estrenado en 2001, ¿cómo lo habíais notado? ¿Por las fechas?

Solo que Beatty no iba a dejarlo pasar. Porque, además, tenía un contrato redactado con mimo y primor. y eso significa Abogados de Hollywood. Y eso significa… bueno… Que Beatty les puso una demanda tal que tuvieron que declararse en bancarrota.

Contado algo mejor, en 2005 Beatty les denunció por haber impedido la secuela, por intentar recuperar los derechos sin tener derecho, y por más cosas que pasaban por allí. 30 M$ pedía.

En 2009 se declararon en bancarrota, citaron entre los motivos el juicio con Beatty y la imposibilidad de usar esos derechos para sacar pasta. Y amenazaban veladamente a Beatty con demandarle por los dineros perdidos. Pero, claro, para eso tendrían que haber ganado el juicio.

Y para eso Beatty no tendría que tener Abogados de Hollywood. Gente que le recordara, por ejemplo, que para manter los derechos tenía que ejercerlos…

En 2010 se estrenó la primera secuela.

¿Qué tipo de Secuela?, os estaréis preguntando. Quizá alguno incluso se pregunte, ¿espera, hubo secuela?. En ambos casos la respuesta es la misma: Fue una Secuela cuela.

Preparada desde 2008 para tenerla en la recámara para el juicio, Dick Tracy Special se emitió en 2010 en TCM. Podéis verlo aquí:

30 minutos de Warren Beatty disfrazado de Dick Tracy que va a que le entrevisten sobre su vida en lo que parece más algún tipo de pseudo-documental delirante para incluir en una edición especial de la película -de la antigua, de la secuela…- con un nivel de ridículo meta tal que cuando el entrevistador -el crítico cinematográfico Leonard Maltin interpretándose a si mismo- le pregunta sobre la secuela de la película, Dick Tracy le dice que eso se lo tendría que preguntar a Warren Beatty.

Pero coló. Claro que coló. En 2011 un juez concluyó que este especial era requisito suficiente para extender los derechos. Y que mientras se empezara la producción tal y como estaba estipulado, y se pudiera demostrar una intención de estrenarla, los seguiría teniendo.

Una vez más, la editora de cómics había caído en el engaño de Hollywood.

Desde entonces Beatty ha hablado varias veces de sus ideas para una secuela, aunque nadie parece tener ni muchas ganas ni mucha prisa. Y en Tribune se comen los sombreros porque no pueden hacerla. Menos ahora que The CW ha pasado a ser un canal buenecito y conservador. O quizá ahora se su momento, quién sabe.

Todo lo cual nos lleva de nuevo a:

La misma imagen de Beatty y Tracy del principio.

Porque de nuevo en TCM y de nuevo sin vergüenza alguna -menos vergüenza incluso que la vez anterior- el viernes pasado se estrenó Dick Tracy Special: Tracy Zooms In.

De nuevo Beatty difr… caracterizado de Tracy, de nuevo una entrevista con Maltin -al que se le une el también crítico Ben Mankiewicz– pero esta vez por Zoom. Y no solo por Zoom, por Zoom ASÍ

Una pantalla de televisión en la que se ve una charla por zoom de tres personas, los dos críticos abajo, arriba ocupando toda la franja superior Dick Tracy Interpretado por beatty. Se ve en la imagen tanto la televisión como un par de plantas por los lados.

¿Que qué tiene de raro?

Que la televisión y las plantas son parte de la película.

Sí, en serio.

Podéis verlo aquí:

En esta ocasión Tracy regresa para hablar de la película antigua, criticándola. Eso lleva a que se sume una persona más a la conversación con Tracy y los dos críticos, para defenderla.

Imagen de la segunda secuela de Dick Tracy en la que vemos ahora abajo a los dos críticos y arriba a los dos Beatty, Warren y Dick Tracy. Sigue siendo una pantalla de televisión con plantas a los lados.

De hecho, la discusión les lleva a acabar desayunando juntos -la imagen del principio- mientras discuten la posibilidad de hacer una nueva película, o incluso una serie de televisión, mientras Tracy le dice a Beatty que quizá debería dejar que lo interpretara otra persona.

Lo que sirve, de una sola vez para: Renovar los derechos de Tracy, hacer el anuncio de que Beatty ya no hace ascos ni a la tele ni a que lo interprete otra persona y llamar la atención a todo el mundo que pueda estar interesado en realizar algún proyecto.

Y si esto no os ha parecido suficiente pensad que si no hay novedades con el personaje en una década tendremos la tercera secuela de esta serie. Con Beatty teniendo mínimo 95 años.

Los derechos de explotación (y los Abogados de Hollywood) son un mundo GENIAL!

4 comentarios en «I’m holding my man»

  1. No se hable más. La próxima peli de DT debe estar ambientada en la Luna, y Madonna interpretando a la Dama Lunar. Es que si no, la gente no se toma este cine en serio y…

  2. Una peli de DT en fantabuloso blanco y negro, con miles de tomas en fantabulosa cámara lenta y formato de chiquicuadrito…. Con diálogos todos muy serios y actores todos muy serios y con cara de cabreados.
    En una escena, sin ninguna razón, un coro de muchachas rubias canta en eslavo mientras Tracy se aleja hacia el horizonte (una de ellas huele lascivamente la gabardina que deja éste al irse).
    También hay una secuencia rara que involucra al protagonista, su interés amoroso y una salchicha; no me hagan hablar de eso.
    Al final, habiendo veintemil soluciones posibles, el héroe opta por quebrarle el cuello o decapitar al antagonista… Sí, ya puedo ver la peli, incluso propongo un HT #GiveTheDickTracyRightsToSnyder.
    La más mejor adaptación de cómics al cine de todos los tiempos venideros en este universo y cualquier otro habido y por haber.

  3. Cinéma-verité para las salas de Hurto y Engaño. Suerte que Stan Lee y Avi Arad no negociaron con el Warren o ahora en la cuadrícula superior derecha de la pantalla el amarillo sería el de la armadura de Iron Man. Aunque supongo que eso también daría para película, como aquella del Travolta y The Rock.

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