El Calambrazo Humano

No soy mucho de ver películas basadas en superhéroes, bastante pila de visionado tengo con el papel. Y es más, mientras que cuando vas al cine salirse a mitad lo considero un sacrilegio, no sucede lo mismo con las plataformas y ya tengo unas cuantas abandonadas a mitad, indirecta que los algoritmos no comprenden cuando luego me hacen sus recomendaciones. Sin embargo comprendo que sus anuncios, traileres, noticias derivadas e intérpretes han desbancado en popularidad a los héroes de las viñetas, pues arrastran más público y generan más ingresos. No es raro por tanto que en su momento desplazasen a las historietas en los eventos comiqueros (junto con los funkos, el ramen, las golosinas…), y que con el auge de las videorreuniones las mismas comicones se volvieran virtuales. Y después de virtual a viral. Y si sublimamos todo esto, resulta que la mayor comicon del mundo en la actualidad son los anuncios de la Superbowl (o, como a mi me gusta llamarlo, el Supertazón, que me crie con dibujos de Los Picapiedra).

Y hete que, tras prácticamente un lustro siendo carne de meme, un trailer bien cocinado ha hecho que las expectativas respecto a la película de Flash suban como la espuma. Y, por otra parte, vuelve a confirmar una teoría que voy incubando de que esto de las películas evoluciona como los tebeos aunque de forma más acelerada.

Y es que mientras que los héroes de papel pueden permanecer inmutables a lo largo de las décadas, la naturaleza carnal de actores y actrices hace inevitable el recambio. Y entre relevos y sagas, cuando ya se ha acumulado un buen puñado de cintas y eventos, se comienzan a elevar voces de que hace falta agitarlo todo, es necesario resetear, que la continuidad construida comienza a hacerse demasiado enrevesada y hay que hacerla más accesible para la nueva generación de espectadores que se va abriendo camino.

En el caso concreto del Universo DC, desde su segunda película (Batman vs Superman) comenzó a oler más a producto elaborado en los despachos que a una continuidad orgánica. Costuras a la vista que terminaron sosteniendo una película coral de la Liga de la Justicia que no convenció a ninguno de sus dos directores. Y si en el caso de Vengadores primero se presentaron a los personajes en su película individual antes de juntarlos en un blockbuster, lo de la Liga se planteó como trampolín para las películas siguientes de Aquaman, Cyborg y Flash. Esa era la idea en principio, que ya les había ido bien antes con Wonder Woman. La realidad fue otra, y si por casualidad Harley Quinn resultaba caer bien, se le encajaban otras dos películas, si hacían una de Shazam ya tenías a The Rock aporreando la puerta, y las de Joker o un Batman raro hacían la puñeta funcionando demasiado bien. Antes de tener una mínima continuidad ya estaba todo liado. Se hace necesario un reinicio.

Eso sí, como en los tebeos, hay sitio para clásicos y rarezas, como lo demuestra la versión Absolute en blanco y negro y con extras de La Liga de la Justicia.

Flash es bueno para un reinicio. Si hay un Flash, hay una Crisis.Menuda película sobre la Crisis podría hacerse. Y que siguiendo el ejemplo de los tebeos, de ahí derivara el Universo DC de Byrne, Miller o Pérez.

Tierras Infinitas ¿Será lioso para el espectador? pues nada de eso. Nunca sabremos si el argumento de ahora será fiel a planeado en 2018, pero entretanto el público espectador ha sido educado en la idea de Multiverso. Caramba, ha habido una película con tres Spidermanes y se ha aplaudido la ocurrencia con ovaciones en pie. Un Keaton de 72 años tiene pues toda la lógica del mundo. Era hasta necesario.

Pero no serán las Crisis, no. La película de Flash es Flashpoint.

Sobre el argumento, terminas destruyendo el Universo pero salvas a Maribel Verdú. El balance, según mi óptica, es pues positivo.

Pero que conste que lo que salió de Flashpoint fueron los New52.

Que ignoraron unos pasados, incluyeron otros, incorporaron Watchmen…y durante muchos títulos efímeros fueron dando bandazos como pollos sin cabeza.

James Gunn es un autor venido de Marvel de los Guardianes de la Galaxia, para reflotar los títulos bandera de la nueva DC.

Todo esto ha pasado antes.

Y de un tiempo a esta parte, lo que preteneden hacer en la editorial los guionistas estrella es crear sus propios personajes para meterlos por todas partes, darles visibilidad y convertirlos en franquicias susceptibles de royalties. Si tienes a Scott Snyder acabará saliendo por alguna parte el Batman que Ríe. Si se trata de Bendis lo normal es que se terminen colando Naomi o Leviatán.

Que no digo que los símiles vayan a llegar hasta ese extremo, pero…esperad…eso que se anuncia por ahí ¿es una teleserie de Amanda Waller?

Esperemos acontecimientos. Poco más podemos hacer.

Un comentario en «El Calambrazo Humano»

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