Hoy ha terminado Caballero Luna, la quinta serie de imagen real del MCU, y el sexto serial Marvel de Disney +. Hemos podido ver, a lo largo del último año, mucho de lo que tiene que ofrecer la Casa de las Ideas en este terreno, y a pesar de mis reticencias originales, debo reconocer que estoy decepcionado. El próximo post incluye spoilers de estas series.

Cualquiera que tras las últimas películas se hubiera hecho a la idea de que Marvel ha aprendido que matar a sus villanos al final de cada producto es un desperdicio de valiosas licencias puede ya desengañarse. Las últimas dos series del MCU terminan con un plano en el que un personaje dispara al villano principal de la función. Y si bien no acabo de creerme que hayan liquidado a Wilson Fisk, parece bastante evidente que nos mantenemos en el rail de desperdiciar personajes que podrían regresar, para mantenerlos en cambio en villanos que ya murieron en anteriores películas de Sony.
Sin embargo esta falta de miras podría ocultarse si la serie no hubiera dejado correr un par de horas de nada en absoluto por el camino. Y es que cada vez más se evidencia que las series del MCU, aunque sean cortas, siguen siendo una bolsa de patatas con demasiado aire. Cada vez con una nueva excusa, más o menos convincente en función del empeño que le pongas. Loki es porque es una serie de mucho hablar, Ojo de Halcón porque es una historia costumbrista y Moon Knight porque es un personaje nuevo y hay que dejar que el público se aburra con él antes de hacer algo interesante, supongo. El indiscutible atractivo de Oscar Isaac ha servido un poco para cubrir el tedio de cuatro capítulos que se podrían resumir en uno y medio y una estructura tan rutinaria y aburrida que casi cuesta creer que hayan llegado a ella con la de posibilidades más interesantes que había.
Añadamos una edición que pugna sin demasiado éxito por tapar unas carencias de medios bastante desconcertantes en productos de este presupuesto, y tenemos la clave de por qué la CW ha mantenido viva una franquicia durante tantos años. El apego a un formato, la telenovela, tan familiar y semejante al cómic. Y es que si Marvel ha mirado a sus películas y ha decidido que podía multiplicar su metraje sin esfuerzo, la CW incorporó las licencias a tramas que nunca concluyen, una monstruosa extensión de capítulos y una perpetua celebración de su condición de entretenimiento barato. Por eso, la cancelación de los últimos proyectos de la CW recuerdan un poco a ese momento, trágico, en el que la desenfadada malicie de Los 4 Fantásticos, Daredevil, Superman Returns o Ghost Rider fue sustituida por la solidez, tan poco jugosa, del Batman de Nolan y el Iron Man de Marvel Studios.

Algo se pierde cuando los productos basados en superhéroes se empeñan en ser buenos y se olvidan de que ante todo deben ser… divertidos.
ADLO! atacando a Marvel. Studios, nada menos. Éste es en verdad el último siglo que verá la Humanidad.
No he visto el final de la serie esa de la que me habla, así que no puedo estar en acuerdo o desacuerdo con lo aquí comentado…