Ceci n’est pas un NFT

De chavalín, preparaba en el parque pasteles de barro, que me compraban pagándolos con hojas cogidas del suelo. Unos pocos años después, resulta que actividades similares se han convertido en oportunidades de negocio. Nos está quedando un siglo apasionante.

Venía ya calentito, pues la pasada semana me tragué el último gran torneo de ranking del año de la temporada de snooker por la tele. En los dos minutos entre mesa y mesa, Eurosport hace pequeñas pausas en las que suele meter los mismos anuncios, que entran calando por repetición. Así, he visto al Thor de la Pataki decirme que no me pierda la Expo2020 en Dubai. Si en plena Era de la Información de lo de esta Expo me entero así, no quiero pensar cómo llegaría en su día a los demás lo del 92. Y el que más se repetía junto con uno de DHL era otro de Matt Damon, de los pocos que podría hacer de ROB! en un biopic, aseverando que la fortuna sonríe a los valientes, sobrada razón para meterse en un tal crypto.com. Aviso que no se trata de una web de supermascotas.

Con este trasfondo, llega el Lunes.

Los de poner puertas al campo poniéndose intensitos.

Las cosas de valor no necesitan ser tangibles ¿recordáis el Comics Code? cobraban por juzgar si el contenido de las historietas que recibían cumplían con los estándares morales de la época. Cuenta la leyenda que en sus últimos años de actividad consistía en una única persona en una oficina que recibía cosas, y que aunque se le acumulaba el trabajo tampoco importaba, pues por pura inercia las editoriales seguían colocando el sello en portada sin esperar aprobación. Eso dice la leyenda, pero la realidad es que reconvirtieron su modelo de negocio. La Certified Guaranty Company ahora recibe tebeos, les pone una puntuación sobre su grado de conservación, los encapsula y devuelve a los propietarios para que puedan especular más o menos con ellos según la puntación obtenida. No sería de extrañar que de esto de pillar cosas de Sharpe y compañía se encargue algún informático de la familia.

A los que tenemos querencia al papel nos cuesta comprender que algo que puede replicarse de manera infinita y perdurar eternamente tenga mercado, pero si algo nos han enseñado también eBay y Wallapop es que si vendes UNA cosa, te basta y te sobra con UN interesado. El resto son mirones. Si ambos estáis de acuerdo, a un precio se llega. Y el dicho de que hay gente pá tó, en Internet se vuelve universal, ahí está toa la gente.

El espíritu de la Navidad es etereo, las Felicitaciones ahí quedan en el aire para que os las repartais, pero los tiempos tampoco avanzan tan rápido. Así que estas Fiestas, Regalad Tangible. Yo me voy un momento al parque.

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