Tengo pendiente seguir reportando de forma minuciosa la actividad de la Sectorial del Cómic, un compromiso adquirido desde hace ya tiempo que pretende no dejar caer en el olvido los primeros compases de la especial aventura asociativa. Pero si hay algo que no puedo dejar pasar más tiempo, es la celebración de su primera Asamblea, este pasado mes de septiembre, solo 9 meses después de su celebrada fundación.
Con motivo de tan importante acontecimiento, el Ministro de Cultura Miquel Iceta quiso tener un detalle con los asambleados, haciéndoles llegar sus parabienes en un vídeo donde el ministro destaca dos declaraciones muy particulares.
La primera, se refiere al cómic como “esa actividad cultural que es apreciada por gente de todas las edades pero particularmente los más jóvenes”. A la espera de que la Sectorial saque adelante su proyecto de un Libro Blanco del Cómic, es una afirmación quizá un poco trasnochada, pero más divertido es después, cuando el ministro cita entre las obras imprescindibles del noveno arte que modelaron su niñez a Tintín y a Corto Maltés en lugar de a ninguno de los destacados autores patrios que ha habido.
Lo segundo que Iceta quiere señalar es que después de la pandemia va a haber “un renacimiento cultural” en el que el cómic debe tener, por supuesto, un “papel fundamental”. Y a la luz de los recientes anuncios hechos por parte del gobierno, ya podemos entender lo que entre líneas el ministro ya nos venía adelantando.

Y es que con este cheque los jóvenes podrán comprarse hasta 1 tomos coleccionista Batman: Arkham Saga VOL. 1 DE 2, a 85€ cada uno, un integral de Y, el último hombre, por 90 euros de nada, y aún le quedará para unas cuantas grapas de Panini, si se apura.
Populismo! Yo creo que esa subvención debería estar condicionada. Por ejemplo, si te la gastas en un Omnigold del Spiderman de Ditko, adelante. Ahora, si es de McFarlane (que ROB! me perdone), pues no, que harás llorar a Iceta y a Gutenberg.
El de McFarlane es un Spiderman excelente, perdone usted, y de esos tebeos que leídos fuera del formato papel pierden muchísimo.
Manga, como en Francia.