Es cierto que, en alguna ocasión puntual, se ha acusado a ADLO! de dar mucha caña a los periodistas que hablan de cómic. Una acusación injusta porque, de entrada, en ADLO! siempre les llamaos ‘periodistas’. Que no se diga que no sabemos con quién nos la jugamos.
Al fin y al cabo si Mónica Zas, que sigue con su famoso artículo de los errores sin corregir cinco años más tarde, se puede poner digna hablando de periodismo cultural, así, sin comillas, no vemos qué problema puede haber en considerarlos parte no ya del problema sino, directamente, de la causa del problema.
Sí, sí, el precariado -tanto de producción como en este caso de difusión- es culpa de los jefes. Tanto por hacer trabajar en condiciones inhumanas, como por mantener a inútiles en el cargo porque cobran cacahuetes. Pero está claro que la mayoría de personas, enfrentadas con haber hecho un trabajo cuya definición técnica creemos poder llamar de mierda, ni se ponen chulos con la defensa del cuarto poder ni se niegan a rectificar.
Lamentablemente los voceros replicantes son de otra pasta, y es justo decir que no lo hacen a cambio de media docena de canapés. Porque ya ni canapés necesitan, de ocupados como están dejándole el orto al patrón de turno tan limpio como un bebedero de patos. No sabemos si por cálculo, por amiguismo o un poco de todo, como demuestra que a Laura Fernández aún la dejen publicar columnas como si no hubiera dicho que las series de superhéroes desaparecían de la televisión. Bien es cierto que aún no se había inventado una quema de libros o había defendido a acusados de acoso sexual. Pero es que los periodistas de raza son así.
Tú tienes a un periodista y no tiene más que buscar su huequito, su poltrona en organizaciones, su carnet de activista amable que incluso es capaz de soltar que se batalla mucho en torno al cómic y se disfruta menos porque una vez caliente que se ría la gente, que aquí no hay que ser activista, hay que venderlo para luego poder acusar de gentrificar a los demás, como si no estuvieran ellos gentrificando al activismo al vender como pose lo que luego no llevan a la práctica cada vez que hay alguien con poder haciendo cosas malas, sea no incluir a mujeres en sus revistas o darle premios a gente que ni lo merece ni lo vale. Pero, eh, a ver si te vas a quedar sin el contacto, el cargo, el que te llamen de las universidades.
Así que el periodismo en ADLO! en realidad está hasta poco maltratados. Es decir, mucho menos que los que se supone que lo estudiaron o practicaron.
Y es que cuando hacemos los comentarios suele ser por algo.
Por ejemplo, porque EFE ha publicado.

Y a partir de ahí…





Supongo que es bueno que se hable de cómics en la prensa, aunque haya tenido que llegar un medio, sacar pasta y conseguir que se hable con la forma en la que se informa ahora de las cosas…
Periodismo en piloto automático.
(Espero -eso sí- que, por lo menos, les dieran canapeses esta vez)
Hombre, pero estas cosas de copiar y pegar de la agencia EFE se hacen para que luego los redactores tengan tiempo de preparar piezas de mucha mejor calidad.
Lo malo sería que contrataran periodistas con contrato laboral, con pruebas de acceso,, y sin mirar de cubrir cuotas familiares. En fin, el comunismo deLou Grant.
Don Pardino, el personaje de cómic que enseña ortografía «con humor y rigor».
…
¡Socorro! ¡Es contagioso!
Y bueno, para ser justo, lo de copiar los despachos de agencia sin cambiarles ni una sola coma (no hablemos ya en corroborar la información), no es algo privativo de la cobertura de cómics.
Acabo de encontrar esta joyita en Youtube y ha tenido en mí un efecto magdalena de Proust total; igualito que leer aquellas mini reseñas sobre el cómic USA en cualquier periódico español de los ochenta con ocasi´ón, pongamos por caso, de la celebración del Salón del Cómic.
Si vamos a dar caña a los indocumentados periodistas patrios, que haya chicha de la buena para hacerlo. Pero buena, buena: