Amigos, vivimos tiempos complicados. Nuestros derechos, nuestras libertades ¡nuestras misma PATRIA! se ven amenazados por una élite que se aferra a un poder obtenido por un mero capricho matmático. Que a fin de retenerlo es capaz de aliarse con criminales, nada extraño si se considera que algunos de sus más destacados miembros son hijos de terroristas asesinos.
Que presumen de ser una nueva generación que no tiene nada que ver con las viejas castas pero día a día demuestran los mismos tics autoritarios de siempre.
Que pretenden tener conocimientos y habilidades superiores gracias a la excelente educación que dicen haber recibido y cuyos títulos exhiben orgullosos pero todo su tinglado educativo apesta a mafia endogámica.
Que afirman querer salvarnos y luchar por nuestro bien pero sus intervenciones no traen más que destrucción y pobreza.
Compañeros, españoles, sé que la situación parece desesperada. Sobre todo cuando hordas de inconscientes jóvenes les vitorean y les aupan. Ciegos por pura necedad o quizá directamente por antiespañola maldad, a su nefanda malevolencia. Parece que la única e inevitable salida sea un lamentable confilcto civil que ninguno queremos y cuarenta años de paz que no deseamos.
Pero hay un atisbo de luz salvadora. Una rayo de esperanza cuyo color, nada causalmente, es el verde.

Nuestra querida y nunca lo suficientemente ponderada Guardia Civil. Ese benemérito cuerpo y fuerza de seguridad del estado. Esos ángeles guardianes que vuelan en parejas en sempiterna vigilancia siempre dispuestos a darlo TODO POR LA PATRIA.
Si, queridos compatriotas, en estos dias de zozobra y peligro podemos confiar en la Guardia Civil…

…para pararle los pies de una vez por todas a esos malnacidos mutantes.
Fíjense, ha dicho «¡VOTA!» y todo. Peligrosísima, la cordera.
Sin tricornio pierden su esencia. Stark tendría que haberles diseñado un casco a medida.
Pues no sé yo, pero creo que ganarían bastante si el uniforme se basara más en el de los Legionarios, con todo y el pecho velludo descubierto…