El Spiderman de los 90. 2ª Parte : Este clon está muy vivo

En septiembre de 1994 comienza a sugerirse lo que, un mes después, quedaría confirmado: el clon de Spiderman de los 70 estaba vivo, y había vuelto a Nueva York a ver a la Tía May, en coma y hospitalizada en aquel momento. El primer evento, Poder y Responsabilidad, ocuparía el mes de octubre con un viaje a la psique de Peter Parker. Un Parker afectado por los últimos años de guiones atroces con una personalidad violenta y pendenciera.

Creo que es importante destacar que, por algún motivo, los guionistas de Spiderman habían decidido darle una nueva personalidad a Peter, mucho más agresiva, irreflexiva y exenta de casi todo humor. De hecho, hay varios ejemplos entre el 93 y el 94 de Spiderman atacando sin provocación a toda clase de personajes de Marvel, muchas veces con graves consecuencias perfectamente evitables. Todo esto era secuela de los movimientos de los últimos años, contando historias más radicales y extremas para el personaje para atraer y atar a la audiencia young-adult antes de que se fuera a DC, o peor, a Image.

Hay enormes diferencias entre el Spidey tras la muerte de Gwen o la de Jean DeWolff en los 80 y la reacción que Peter tenía a los ataques de Veneno o a La Última Cacería. Los culpables últimos de esto eran los mismos guionistas que se encontraban ahora ante un Peter Parker que le caía mal a todo el mundo. Es decir, DeFalco y DeMatteis, como comentamos la semana pasada. Los demás pasaban por ahí.

La idea, suponemos, era ofrecer un Spiderman más fresco, sin el bagaje dramático de los últimos años, pero tomando las claves estéticas de la década de los 90.

En Web of Spiderman 118 teníamos el origen del traje y una breve presentación de personaje, explicando el bagaje de Ben Reilly y dando pinceladas también sobre su primer enemigo, que no podía ser otro que Veneno. Se creaba así una nueva dinámica. Web of Spiderman y Spider-man las protagonizaba el clon, mientras que Amazing y Spectacular seguían al Peter Parker de siempre. De hecho, durante dos meses, ni en AMS ni en TSS se menciona al clon. Además a esto se unió Spider-Man Unlimited, colección trimestral en la que también se desarrollarían algunos episodios de la saga del Clon. Aquella cabecera desastrosa probablemente es el mejor resumen de todos los males que sufren estos tebeos.

Para sorpresa de cualquiera que vuelva sobre esta etapa ahora, cuando Ben Reilly no está en la página, no sale ningún personaje preguntando «¿Dónde está Poochie?». Las tramas de Amazing y Spectacular son tediosas hasta el agotamiento durante bastante tiempo, de modo que pisemos acelerador.

Al comienzo de 1995, ambas sub-series mensuales estrenan arco. Las colecciones de Ben Reilly cuentan Web of Life mientras que las de Peter Parker narran Web of Death. En Web of Life nos presentan al villano Kaine, con una relación misteriosa con el pasado de Ben Reilly. La idea original, de tener un Spiderman sin tanto bagaje,se va a hacer gárgaras 4 meses después de empezar. La idea, cómo no, fue de Terry Kavanagh, encargado de Web of Spiderman y liante profesional.

Sin embargo, las ideas de fondo siguen ahí de mano de DeFalco y DeMatteis. Peter y MJ descubren que van a tener un hijo, lo que debería llevar a que finalmente se retire y pase el manto al clon. ¿No?

En el arco argumental Humo y Espejos, a partir de Marzo de 1995, ambas subseries colisionan y Spiderman y la Araña Escarlata vuelven a reunirse para enfrentarse a la amenaza de El Chacal, revivido desde los 70. El embrollo se complica cuando los guionistas deciden sembrar la duda sobre si el auténtico Peter Parker no es en realidad Ben Reilly, y el Spiderman de los últimos 20 años no es más que el clon, todo en una compleja manipulación de El Chacal.

Esta idea no estaba en los papeles originales y no aporta nada al plan “renove” del personaje, es solo un embrollo para mantener el tema de los clones vivo y activo durante más tiempo. A los fans aquello les gustó regular, hay que decirlo. 

En Mayo del 95 la trama se ha ido enrevesando con la presencia de un tercer Peter Parker que alega ser el verdadero. En medio hay un combate con Kaine, que secuestra a MJ, y un montón de relleno infumable. Lo que originalmente iba a ser un pequeño arco para darle un toque fresco al personaje es en ese momento un mamotreto de 40 números en el que sigue habiendo más preguntas que respuestas y nadie está satisfecho.

Sabes que las cosas van mal en tu cómic cuando puedes terminar el Spectacular Spiderman 225 con este rótulo:

Tampoco es una buena señal que tengas que recurrir a chorradas en las portadas para intentar convencer a algún coleccionista o a algún pobre niño de comprar un tebeo, como es este HOLODISCO.

Hay cierta tendencia aquí de culpar al coleccionismo de todos los males de los tebeos de los 90, y no seré yo el que le reste responsabilidades a la especulación, pero principalmente lo que ocurre con estos tebeos es que no pasa nada en ellos. Y cuando pasa, son solo golpes de efecto para convencerte de comprar el siguiente número en el que, sorpresa, no pasa nada tampoco.

Por ejemplo, en Spider-Man 60, escrito por Howard Mackie, se revela que Kaine es… ¡OTRO CLON DE PETER PARKER!

Y en Spectacular Spiderman 226 descubrimos… ¡que Peter es el clon y Ben es el original! Es decir, que seguimos dándole vueltas a esta mierda.

¿Por qué todo este ir y venir? Lo cierto es que ahora resulta bastante complicado de decir. Tanto DeFalco como DeMatteis e incluso Howard Mackie han expresado varias veces que nunca fue su intención llegar tan lejos con todo esto. La explicación más sencilla es que Marvel insistió en mantener este dramón a ver si mantenía las ya algo paupérrimas ventas de las colecciones arácnidas y confirmaban que ya habían tocado suelo de lectores.

Mi otra teoría es que nadie tenía nada planeado para cuando acabase esto, y se limitaron a hacer tiempo esperando a que a alguien se le ocurriese algo. Cosa que nunca llegó a pasar, por cierto.

Por si acaso aquello no era bastante embrollo, alguien decidió sacar OTRA miniserie de dos números llamada Spider-Man: Maximum Clonage Omega, que era, como cabría esperar, un mojón insoportable guionizado por el recientemente fallecido Tom Lyle. En Spectacular Spiderman 227 finalmente muere Kaine, en una batalla contra un montón de clones de Spiderman en uno de los tebeos más mediocres de toda la saga, ilustrado con absolutamente ningún gusto por Sal Buscema.

No es que quiera insistir en este tema, pero mientras que el resto de colecciones contaban con dibujantes promedio (con loables excepciones como Gil Kane, Mark Bagley o Darick Robertson) el Spectacular de Buscema es absolutamente ilegible a estas alturas.

Un par de meses después de la muerte de Kaine y el Chacal, y cumpliendo 14 meses desde el comienzo de La Saga del Clon, por fin el prometido relevo se produce, Peter Parker (¿clon o persona real?) cuelga las redes y deja paso a Ben Reilly como Spiderman. Y así, tras un par de meses con los nombres de las cabeceras cambiados (Web of Scarlet Spider, Amazing Scarlet Spider, Scarlet Spider y The Spectacular Scarlet Spider), Ben Reilly finalmente se enfunda un nuevo traje y retoma el nombre de Spiderman.

Si hasta ahora la cosa parecía infame, la semana que viene hablamos del rediseño del traje y de todo lo que vino después.

12 comentarios en «El Spiderman de los 90. 2ª Parte : Este clon está muy vivo»

    1. Yo sólo vengo a decir que la saga del clon me la comí con patatas en su momento y que de acuerdo con todo excepto con la crítica al dibujo de Buscema. Justo en esa etapa le entintaba Sienkiewicz y el resultado de ese trabajo conjunto era de lo más digno.

  1. Con todo, creo que en el Spíder de los 90, sólo DeMatteis intentaba de vez en cuando retomar el tono chistoso del arácnido; de ahí lo memorable que resultaron, por ejemplo, sus números con La Conejita Blanca y La Morsa o en los que retomaba aquella banda de sidekicks frustrados de Spidey que creara DeFalco con La Rana, El Sapo y El Niño Araña.

  2. «lo que ocurre con estos tebeos es que no pasa nada en ellos. Y cuando pasa, son solo golpes de efecto para convencerte de comprar el siguiente número en el que, sorpresa, no pasa nada tampoco»

    Ahhh, los nefastos años noventa, qué diferencia con los densos y frenéticos tebeos actuales…

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