Como tan a menudo suelo decir, vivimos tiempos de confusión moral. De marasmo ético y retruécano narrativo en los que los franquistas avisan aterrados de que se nos echa encima una dictadura. En que un alcalde cuyo primer acto electo fué eliminar zonas verdes va a ser anfitrión de la cumbre internacional sobre el clima. En que las irresolubles e insómnicas diferencias con ese otro partido de la izquierda de repente se resuelven en 48 horas. En estas circunstancias es fácil olvidar que la primera y única directiva de este blog, fruto de esta (des)organización, es y siempre ha sido la Defensa de Liefeld. Máxime cuando tal tarea parece futil en una realidad cada vez más GENIAL! en la que la sombra intangible de Jotacé es tan omnipresente que no hace ni una semana que el planeta entero ha exclamado al unísono «¡ES UNA P*LL*!» mientras veia el penúltimo episoido de Watchmen (la Serie).
Pero no descuidemos nuestras más hondas tradiciones. Quizá ya no resulte imprescindible pero no está de mal retomar de vez en cuando nuestra labor evanglizadora aunque sólo sea por motivos rituales.
Y gracias a ella Rubén Fernandez ya puede presumir orgulloso de contar con Cable en su catálogo de personajes dibujados. Y aún más…
Gracias al incesante empeño en propagar la Fé en ROB! Eduardo González (que casualmente acaba de publicar una reedición corregida y aumentada de Autobiopsia pero no me ha pagado por este inserto publicitario) puede incluir en su curriculum haber dibujado a Cable. Y todavía aún más: ¿sabiais que Pedro Vera no conocía a nuestro mutante favorito venido de un futuro divergente e infectado de un virus tecnoorgánico?
Pues ahora ya lo conoce.
AVÏV BÔR!!!
Ahora 12 dientes, ahora 14, ahora 7… Como debe ser. AVIV!