La historia previa es bien conocida. En un mercado repleto de autores bombásticos y cinéticos, uno desaborido y estático tuvo un nicho para destacar por lo diferente. Es así como se explica que un calcador como Alex Ross pudiera medrar. Total, que los cazadores de tendencias de la revista Wizard le encargaron una serie de bocetos en los que elaborara un futuro distópico (¿acaso no lo son todos?) para Marvel, que aparecieron en uno de sus tebeos especiales y exclusivos.
Y como la cosa tuvo su gracia y la Marvel de 1999 estaba al borde de la bancarrota encargaron a posteriori y a la desesperada al estático hot-artist una maxiserie para desarrollar todo eso: Tierra-X.
Ross aceptó, dejando a cargo de sacar una historia a partir de los bocetos a su buen amigo y compañero Jim Krueger. Un tipo cuya biografía se puede condensar mayormente en: la trilogía de series-x con Alex Ross, Justice para DC con Alex Ross, Project: Superpowers para Dynamite con portadas y argumento de Alex Ross y la limitada Vengadores/Invasores con argumento y portadas de Alex Ross.
Algún malpensado podría ver una pauta, y quizá para desdecirla Krueger está últimamente trabajando sin su buen compañero, para poder demostrar que también puede hacer cosas solo. Está haciendo una sección de tres páginas para un conocido título de la conocida línea Young Animal de DC, Mother Panic. Ahí queda eso.
Lo de sacar una historia a partir de unos dibujos molones ya se había probado en otras ocasiones con gran éxito, que se lo pregunten a Fabian Nicieza, que sigue comiendo caliente por estar en el buen sitio cuando ROB! estaba terminado con los Nuevos Mutantes y tenía un mercenario parlanchín al que añadirle letras. Con ese precedente los augurios eran muy buenos.
Estaba también el detalle de que Ross accedió a seguir realizando las portadas, pero los interiores los realizaría otro artista, pero tranquilos que nadie iba a notar la diferencia: John Paul Leon.
Maldito corrector
Vale, Alex, sólo realizarás portadas, de acuerdo, pero la maxi tendrá además de los 12 números un número cero de apertura y uno final al que numeraremos X. Dos portadas más ¿conforme? pues sea.
El caso es que a la hora de hilvanar cómo habían llegado los personajes al futuro planteado por Ross, Krueger estuvo bastante sembrado y comenzó a relacionar hechos aparentemente inconexos que apuntaban en una misma dirección, haciendo ver el tapiz del universo Marvel de una forma nueva pero que seguía teniendo sentido. Lo que Krueger contaba sonaba factible, y de hecho gran parte de las situaciones plasmadas en la maxiserie han acabado viendose en tebeos Marvel de la continuidad.
Pero una cosa es tener buenas ideas y otra plasmarlas correctamente. Estoy seguro que la sinopsis de pocos folios envíada a los capitostes de Marvel para dar su aprobación sería muy prometedora. Estoy seguro también de que los datos reflejados en la sinopsis se encuentran desarrollados en el tebeo. Pero que desarrollar un tebeo es algo más que agolpar personajes hablando sin ritmo ni clima es algo que se sabe también. En Tierra-X los cambios de escenas, personajes y escenarios se amontonan sin descanso, sin dar un ritmo, sin ofrecer la explicaciones necesarias en el momento oportuno. Sin momentos especialmente memorables o cliffhangers que marquen la separación entre un capítulo y el siguiente. Es como esas películas en que es mejor la lectura de la sinopsis en la carátula que la experiencia de estar hora y pico viéndola. Y los extras de texto con los diálogos entre X-51 y el Vigilante para en teoría despejar los flecos que no quedaban claros en la historieta no lo hacían mucho más asimilable.
¿Fracasó entonces Tierra-X? al contrario, era algo…diferente a lo habitual, y el poso que dejó fue lo bastante bueno como para plantearse una continuación: Universo-X.
¿Que Ross sólo hace portadas? de acuerdo, pero entonces que además del 0 y del X que haya cinco especiales adicionales. Aceptado.
El scope se ensancha en esta segunda maxiserie. Una vez establecidos los personajes y combatida su primera amenaza la historia evoluciona con un Capitán Marvel infante nacido de la unión de Adam Warlock y Ella que ha adivinado que los viajes en el tiempo en el Universo Marvel son una estratagema de Mefisto para crear Universos alternativos en los que pueda esconderse cuando la entropía condene el universo principal dentro de miles de millones de años. Eso está mal y para evitarlo hay que recolectar artilugios mágicos de poder con los que poder enfrentarse y derrotar a la Muerte. A grandes rasgos era algo así. Seguro que la servilleta de Krueger tenía más cosa y molaba más. Y el reino de la Muerte ya salía en la primera maxiserie como un lugar en que los personajes llevaban uniformes con los colores cambiados y creían seguir viviendo y que los que habían muerto y no estaban eran los que seguían vivos. Catorce miniseries y cinco especiales con esto.
Fue precisamente en uno de esos especiales, Universe X: Spidey, donde apareció la viñeta de la discordia que terminó con el contrato de Al Milgrom con la editorial. Al poco del despido del Editor en Jefe Bob Harras, Milgrom aprovechó una librería de fondo que debía entintar para dedicar un texto de despedida que fue mainterpretado. Se ve que en inglés «SOB» no es solamente la onomatopeya de lamento compungido.
Es lo que tienen las siglas. Por algo parecido le hicieron a ROB! acortar el nombre del Frente Internacional de Liberación Mutante.
Dos maxiseries, cinco especiales y 28 episodios, coronados cada uno de ellos con páginas de diálogos grandilocuentes entre personajes clarividentes varios. El sentido de la vida en la Tierra explicado. La razón de la existencia superada. La Muerte desterrada como concepto ¿queda algo después de esto? por supuesto: otra maxiserie. Paraiso-X.
De acuerdo, Alex, pero conste que los especiales no podrán ser de extensión tan larga como los hacías, si acaso los conviertes en miniseries y nos haces más portadas ¿el argumento dices? sí, dejalo ahí, en el borde de la mesa, que lo leeremos cuando podamos. Cierra la puerta al salir.
¿De qué iba Paraiso-X? es una buena pregunta.
Digamos que cogen la situación en la que terminó la miniserie anterior y apechugan con las consecuencias, en esa política de tierra quemada que toda historia alternativa tiene. Poco importa dónde llegues porque será final de trayecto. Disfruta pues del camino, en este caso las portadas.
Eliminar la Muerte puede parecer bueno a corto plazo, pero a las pocas páginas los heridos, impedidos y terminales varios comienzan a quejarse del descanso que no les llega. Así que toca buscarle un reemplazo, y ver qué están haciendo los antes ubicados en el reino de la Muerte, y la Zona Negativa pinta algo en todo esto, y es posible que todo esto fuera una trama algo tortuosa del renacido Capitán Marvel para resucitar a la raza Kree y no sentirse tan solo. Un amasijo de conceptos, ideas y revelaciones presentados uno detrás de otro sin ritmo ni clima ¿que Lobezno lleva patillas?¿que el cavernícola que montaba al Dinoasurio Diabólico llevaba patillas? pues está claro que Lobezno procede de una raza de patilludos primigenios fruto de experimentos de los Celestiales.
Y si me compras la justificación te saco una splash con un poblado de Lobeznos en la actualidad ¿hace? pues todo así.
Tanto es así que a medida que van quedado pocas páginas y todo debe terminar alguna forma, se suceden de manera acelerada las explicaciones trascendentes con fondos alegóricos, las parrafadas profundas de textos inconexos. Y cuando estamos casi al final, un envejecido Reed Richards, la mente más analítica del Multiverso Marvel, el hombre que ha sobrevivido a dos sagas de Jonathan Hickman y sabría explicarlas sin esdrújulas, el inventor de las moléculas inestables y de conceptos más grandes que la existencia, hace en una memorable viñeta el mejor análisis posible de la trilogía de maxiseries con tan sólo tres palabras:
Cuando llevas entre pecho y espalda más de 1800 páginas de historia y este hombre te suelta esto os juro que emociona. Vale la pena vivir la experiencia para llegar al momento. Porque las historias se recuerdan por sus momentos cumbre, y posiblemente este será el más recordado de la obra conjunta Tierra-X, Universo-X, Paraiso-X. Podrían haber seguido con más, pero Marvel les dijo que muchas gracias pero que ya era suficiente.
En nuestro país, Panini ha recuperado la historia en tres tomos, uno por maxiserie en el formato de Extra Superhéroes. Pocas veces la palabra «ladrillo» ha hecho tanta justicia como en estos tres tomazos. En mi ranking de distopías forzadas han adelantado a los tres libros Claremontianos que formarón X-Men: El Fin. Que ya es decir.
Y como pasatiempo final, dejo la despedida con agradecimientos a casi todos los amigos y colaboradores de maxiseries, miniseries y especiales, para ver si encontrais Al que falta.
«A guanyar diners»… (me parece que los adláteres de otros continentes NO van a pillar la referencia…)
No sé yo, pero creo que falta un entintador por ahí…
¡Pues a mí Tierra X me gusta mucho! Me flipa cómo interconecta toda la mitología Marvel coherentemente. Y sí tiene alguna escena memorable como por ejemplo Rayo Negro atacando a los Celestiales, Iron Man atacando a los Celestiales y Galactus atacando a los C… Un momento.