Pocas artes tan importantes y al mismo tiempo delicadas como la del marketing. Parafraseando a un conocido editor de periódico, el marketing puede hundir películas y derribar a directores de estudio. No importa que tu film sea una obra cumbre llamada a cambiar el devenir del séptimo arte si nadie va a verla. Tampoco importa que sea un infumable bodrio sólo reivindicable por columnistas de suplemento cultureta si la gente acude en masa el primer fin de semana.
Como el milagro geológico que crea los diamantes, el marketing consiste en la presión adecuada ejercida durante el tiempo correcto. Decenas de decisiones continuas que concatenan una sinergia un networking entre un público teórico y un producto todavía inmaterializado. ¿Metemos todavía más colores en las fotos de Wonder Woman para que quede claro que no tiene NADA que ver con Batman v Superman? ¿Ya es seguro decir que el director de Múltiple es «el creador de El Sexto Sentido» o seguimos ocultándolo como cuando Avatar? ¿Cuánto Iron Man podemos meter en las promos de Spider-Man: Casaviniendo sin que la Marvel quiera cobrarnos un extra extra?
Más interesante todavía resulta el estudio de los diferentes acercamienapproachs que toma el marketing para adecuar un producto a distintos mercadosmarkets. Resultaba notable en el sistema publicitario y distribuidor europeo hasta que, a lo largo de los 90, las meillors norteamericanas impusieron la aburrida homogeneidad que reina hoy en día pero los Emergentes Mercados Asiáticos™ han tomado el relevo con envidiable pasión y arrollador entusiasmo.
Tomemos como ejemplo la muy reciente Alien: Condemor. En los mercados occidentales la campaña se ha centrado dejar patentemente claras dos ideas fundamentales.
Una: QUE SÍ, PUTOS FRIKIS, QUE SALE EL BICHO ¿CONTENTOS? ¿EH?
Y dos: esto da miedo Del De Verdad™, esto es terror serio de sitios oscuros en que no se ve nada por los que deambula gente lloriqueando acojonada. De hecho hemos dedicado tanto esfuerzo a hacerla terrorífica que no nos ha quedado tiempo para ponerles armas del futuro y les hemos encasquetado lo primero que hemos pillado en atrezzo.
No está mal para los gustos y costumbres del público occidental. Pero no para el de Corea del Sur.
Hablamos de una nación que lleva décadas existiendo en un permanente estado de pre-guerra. De una cultura cuya marcialidad rivaliza con la de sus convecinos chinos y japoneses. A una gente que te hace Train to Busan no les metes en la sala donde ponen tu película a base de nostalgias ochenteras o moñeces de cine club.
No. Les tienes que explicar que Alien: Condemor es LA CAÑA, una inacabable balasera en la que heroicos y sacrificados humanos masacran oleada tras oleada de Chicos Malos de Ripley™
Y qué mejor manera de hacerlo que plagiahomejaeando la carátula de un juego de PC de calidad narrativa y lúdica ciertamente parejas a la de la cinta de Scott.
Pero no todos los asiáticos son iguales (a pesar de lo que Pablo Motos piense) y el de Japón es un mundo completamente diferente tanto al occidental como al coreano. Allí los bichos de dos metros de alto y seis hileras de dientes son cuquis mascotas en las series infantiles cuando no pokemones que cazar en la esquina de tu casa. Lo que les da miedo de verdad son niños en pantalón corto que se asoman a tu ducha y chicas de pelo largo haciendo extreme yoga. Y del tema violento-militar mejor no hablar, que les soltaron dos bombas hace más de medio siglo y todavía siguien tirándose de los pelos por ello.
Por eso en el País del Sol Naciente™…
…creen que Alien: Condemor es una mística parábola ecologista sobre el equilibrio budista y la coexistencia interespecies.
Luego está Tailandia, claro.
Como sabe todo aquel que haya visto algún Ong Bak o se haya topado con algún The Raid los tailandeses no se andan con chorradas. En Tailandia no existe el cine de terror porque el concepto de algo que no se pueda resolver a hostias les es completamente inconcebible. Tampoco, y por el mismo motivo, los whudunnit, los cyberthrillers o las comedias románticas, pero no divaguemos.
El caso es que no les puedes vender Alien: Condemor a los tailandeses…
…a menos que les asegures un brutal y salvaje duelo de Alien vs AndroiPersona Artificial.
Y en fin, tenemos que hablar de China.
Seguimos teniendo la imagen de un cine chino protagonizado por monjes calvos repartiendo patadas. Y nada más lejos de la realidad. Cierto, su cinematografía abarca las artes marciales pero, igual que Zhang Yimou es capaz de dirigir un Sorgo Rojo y luego un La Casa de las Dagas Voladoras, las audiencias chinas también comen de todo.
No, estoy hablando sólo a nivel cinematográfico.
Y si no puedes tentarles con un festival de hostias porque están más que acostumbrados…
…hazlo prometiéndoles un agridulce y sentimental melodrama de Wong Kar Wai…
En España hubiera bastado con un cartel blanco con letras comic sans negras que rezara:
«ESTO ES COMO PROMETEUS PERO CON ALIENS DE VERDAD, ENTRAD A VERLA LOL»
¿Por qué el cartel tailandés está en coreano?