Vivimos en tiempos inciertos, parece que aquellas historias más sencillas, propias de tiempos alegres y coloristas, ya no pueden tener cabida. Por eso no aparecen luchando contra enormes monstruos naranjas o pelucas asesinas. Parece también que los personajes han tenido que ir adaptándose y modificándose según la época de manera que reflejen algo sobre la actualidad.
Hagamos la prueba con un personaje bien conocido, pongamos Supergirl. Un personaje del que sabemos tanto que ya nos muestra cómo era la época de su concepción en el número que usaron para registrar su nombre.
Sí, no sale en el interior. De hecho, es una versión de 1944 cuyo interior corresponde al Action Comics #80 con los Boy Commandos. Pero es que ya os había dicho que es un personaje que refleja sus épocas. En esta, por ejemplo, interesaba más a la editorial poder registrar el nombre, la cabecera y lo que se les pudiera ocurrir que darle un título propio para acompañar a las Black Fury/ Miss Fury o Fantomah de la época. Pero al menos ya había una voluntad de personaje, incluso aunque empezara ya con esto la elección de nombre que la ha perseguido y llevado a tener que dar explicaciones siempre.
De hecho, hicieron pruebas incluso antes. En 1943, un año antes de registrar el nombre, ya había habido una prueba en Superman #6 con Lois consiguiendo poderes dentro del conocido esquema de aquella época.
No saldría nada de ahí, pero sería el inicio de la corriente Lois Lane consigue poderes que seguiría apareciendo de cuando en cuando.
El siguiente punto de entrada sería Superboy que en su número 5, en 1949, nos presentaría otra candidata al título.
De nuevo, no duró demasiado la idea, pero dejó claro que la idea les rondaba por la cabeza aunque no acabaran de decidirse a ello. Hasta el punto de que en el Superman #125 crearon a Power-Girl.
No, era otra vez Lois con poderes y ni siquiera era la estrella principal del número, porque como podéis ver…
Tenían otras historias que contar como Clark Kent’s College Days. No os podéis imaginar su etapa en la Universidad cómo fue.
Pero en realidad la metáfora importante había tenido lugar dos números antes. En el 123 Jimmy está frotándo el totem pensando en una versión femenina de Superman. Y allí que aparece ella:
Por supuesto dura lo que dura. La existencia de Supergirl, digo. Pero la idea está clara. Si los adolescentes y sus totems lo desean en DC harán una versión femenina de Superman. Y tanto le debieron dar que para el año siguiente llegó el número 252 de Action Cómics con la llegada de Supergirl, concretamente de Kara Zor-El.
Que parece una tontería especificar, pero es que en DC si no lían la continuidad no están contentos. Esta Kara viene de Argo. No, no, de un sitio llamado Argo. Una ciudad que sobrevivió, se fue dando vueltas gracias a un domo pero luego iba a ser arrasada también porque estas cosas a los kriptonianos les pasan mucho, y la mandan a la Tierra porque total. A partir de ahí se instalaría con su primo… bueno, no, su primo la metió en un orfanato. Pero no es como para tenérselo en cuenta, conste. Era una época más sencilla en la que los adultos podían llevar adolescentes a orfanatos y nadie te iba gritando por la calle: «¿Y Paracuellos, qué?«. Ah, esos momentos despreocupados y alegres de los años sesenta llenos de peleas entre mujeres e historias sin maldad…
También en esta década descubrió que su ciudad había sobrevivido gracias a pasar a una dimensión llamada Survival Zone. Que bien ponían los nombres los kriptonianos. Total, que a partir de ahí los rescatan y se dan a la botella. A la Ciudad Embotellada de Kandor. Porque el Kandor era muy importante en aquellos años.
Pero como todo se acaba la llegada de los setenta trajo una nueva etapa a su vida. Una en la que acudiría a la boutique de Wonder Woman a buscarse un traje nuevo, y en la que terminaría la carrera de periodismo y se iría a trabajar a la televisión, a la KSFTV de San Francisco. Una vez establecido que ya está más mayor, una veinteañera independiente y en San Francisco en los años setenta, llega el momento de… No. Había todo tipo de personas en San Francisco. Llega el momento de jugar con ella a los vestiditos.
Durante esta temporada como protagonista principal de Adventure Comics irán probando distintos modelos. Y no es solo la idea habitual de que siendo mujer hay que cambiarle el modelo cada pocos números -o no solo- sino que aprovecharon para que las lectoras -sí, así- enviaran sus diseños y sugerencias y poder sacar algunos también. Aquí todo lo que sea favorecer el contacto con el lector se veía bien. De modo que las diferentes pruebas de vestuario
acabaron con que le pusieran uno con pantaloncitos…
Y con su propia Luthor, Nasthalthia Nasty Luthor,así que ya parecía tener suficiente como para darle serie con su propio nombre. Lamentablemente en DC decidieron hacer lo que hacen siempre.
De entrada la mandaron a la Universidad a sacarse otra carrera y después decidieron que a lo que se tenía que dedicar allí era a lo que ellos creían más útil para una superheorina.
Resultado: 10 números y cancelada la serie. Por muy levantando la patita que estuviera. Aunque, eso sí, en su último número se encontraba con otro mito:
Sí, ahí está Prez. Ah, esas veces en las que uno desearía que se pudiera encontrar con los candidatos presidenciales.
Mientras tanto en Tierra 2 -¿no os encanta poder decir estas cosas?- aparece una prima de Superman, Kara Zor-L.
Como veis con el universo también cambiaban los apellidos. Esta ya no venía de Argo ni de la Botella. Resulta que había crecido en Kripton pero había tomado un camino distinto y llegado a la Tierra después de Superman. La buena Karen Starr viviría con su primo y tomaría el nombre de Power Girl porque mira ya qué más da si total.
Pero es que en Tierra 2 estas cosas pasaban. No tienen la culpa ni Wally Wood ni nadie. Lo de la forma de representar a los asiáticos, digo. Pero, eh, no me despisto.
En cualquier caso, la cercanía de una película hizo que los editores reaccionaran como han hecho siempre: Abriendo una nueva colección a ver si caía algo.
No, yo tampoco entiendo lo que lleva puesto en el cuello. Esta vez la mandan a estudiar a Chicago, así que empiezo a sospechar que intentaban convertirla en el primer icono Erasmus de DC. Dentro de ese intento de nueva madurez está buscarle enemigos como este….
que asumo salido de una tira de Shen. Y, en general, aprovechar el ochenterismo a tope.
En serio, ¿cómo creéis que podría ser más ochentera que en esa portada? ¡Pues encontraron una forma: poniéndole la bandana de Rambo.
A Ronald Reagan le hubiera entusiasmado. lamentablemente la película funcionó regular (pero eso da para otra discusión así que ya llegaremos a ello) y los cruces con personajes populares… ahm….
Así que en DC decidieron actuar mediante una cancelación. Y como son como son acabaron haciendo una cancelación a lo bestia:
Ay, si en DC/Warner usaran siempre este método para las películas que les salen regular. Claro que ahora que lo pienso… Pero bueno, volvamos a Supergirl.
En DC habían decidido que No more kriptonianos y ellos tenían dos primas de Superman, así que bachata. Power Girl pasa a ser Atlantea y nieta de Arion -de ahí que sea alta, rubia y de ojos azules- mientras que Supergirl… Veamos…
En los noventa aparece Matrix. Que es una especie de Play-Doh estelar que decide ser Supergirl porque estas cosas pasan. Podía haber sido Ally McBeal, pero vaya. Y en cuanto tiene tiempo se une a.. bueno…
El caso es que eso le facilita una mini.
Para el cuarto número ya habían decidido buscar alguna forma distinta de tratar el personaje. Roger Stern no les acababa de convencer, ni tampoco la deriva de la misma, y mira que estaba la cosa noventera total…
y eso que aún no os he contado nada de Universo de Bolsillo y Alexander Luthor y… Bueno, da igual. El caso es que se les ocurrió la idea loca de ponerle un guionista. Otro distinto, quiero decir. Así que llamaron a PAD. Que unió esta Matrix con Linda Danvers.
A partir de aquí dedicó un par de años a explicar que sí pero no pero quizá y, al final, a limpiar la cosa de Matrix
Y explicar que en realidad es un ángel.
Cosas de PAD. Incluso creó una iglesia y todo. Como aquello de Thor pero en mejor hecho. Lo que pasa es que si PAD está por en medio está claro que alguien tiene que entrometerse y, en este caso, la cosa llega de donde menos se lo podía esperar, de la tele.
En el universo Animated Series aparece esta Supergirl.
Kara In-Ze, del planeta Argo. Como veis hacen una unión de ambos mundos. Lo primero que consiguen, por cierto, es que haya quejas por la sexualización del personaje. Que tiene su mérito, tantas décadas desde su creación y cuando las quejas más comunes eran por el nombre. Pero en fin, la televisión ya se sabe. Lo único es que a PAD le toca mover ficha, así que facilita pasado el número 50 un cambio de aspecto. Al fin y al cabo PAD ya le había dejado el ombligo al aire cuando quiso tirar de la serie poniendo en portada lo que todo el mundo quería ver…
¡Un gorila! (Grodd) Así que no tenía que ser tan difícil. De modo que en el número 51…
cambian el traje. Buscando, eso sí, una manera de que no les digan nada a ellos. Al menos no en las portadas, que todo el mundo sabe que es lo único que se lee de los cómic.
Mientras las discusiones sobre si eran una o dos o qué y la aparición de una nueva Supergirl que a estas alturas a saber quién era… Total, que PAD va preparando el cierre de la serie sacando a todas las Supergirl posibles…
Y dándole un final de bandera.
Para irse a abrir una serie que no tenía NADA que ver con su trabajo anterior.
De modo que mientras en DC se iban pensando a qué Supergirl usar con tantas como tenían (pero muchas, muchas, eh)
que sin duda no tenía NADA que ver con que estuvieran preparando para el año siguiente en Smallville la aparición de una Supergirl. Interpretada por una tal Adrianne Palicki, a la que sospechamos nadie vería en una serie de supes, los de los cómics deciden hacer un Culo veo, culo quiero. Bueno, culos, lo que se dice culos…
El caso es que eso facilita darle en 2005 una serie propia. Guionizada por Jeph Loeb y con Ian Churchill dibujando.
Creo que aún hay ecos de la bronca que se montó. Aunque, oye, tiene su mérito. Desde, pongamos, 1943 hasta 2005 no había habido bronca por la sexualización de Supergirl. Claro que en el universo DC llevaba años sin ser un adolescente como la de aquí arriba. Total, no es como si la editorial empezara a hacérselo a diferentes personajes y fueran a terminar haciéndoselo hasta, yo qué sé, Amanda Waller. Pero aún así. Aunque, mira, sirvió para que las portadas fueran un poco más de acción y para quitarse a Loeb en cuanto tuvieron oportunidad (vamos, para el número 7). Por lo visto a la gente no le convencía que hubiera cambiado la historia para que ahora el cohete no solo se hubiera tomado un rodeo sino que, además, había sido enviada a cuidar a Superman. Bueno, al bebé aquel. Porque, eh, ¿quién mejor para cuidar un bebé que una adolescente?
En su lugar pusieron a Joe Kelly al que le faltó tiempo para hacer sus cosas de él.
La cosa no acabaría muy bien. PowerBoy terminaría empalado sin que a nadie parezca importarle mucho saber quién fue el autor de aquello. Algo así como la serie, por la que empezarían a entrar y salir guionistas y dibujantes. Al menos hasta la llegada de Sterling Gates y Jamal Igle.
Parece mentira decir esto de un tipo que consiguió el puesto porque cerró el sitio en el que trabajaba -la serie de TV de Blade– pero logró organizar un poco el follón.
Lo primero que hizo fue decir que la culpa de todo era de la kryptonita en el colacao y por eso su comportamiento había sido errático. -El de Supergirl-. Lo segundo fue establecerle una familia, meter le en un reparto fundamentalmente femenino y establecer que Cat Grant era una especie de némesis periodística. Sí.
Por supuesto esto llevó a que DC hiciera lo que mejor se le da. Echarles tras unos dos años en el título. Es que tenían a un guionista super bueno, Nick Spencer.
Un número entero duró. Para el 61 ya estaba James Peaty que seguiría las indicaciones de Spencer y crearía su propia aproximación al personaje durante los cuatro números que duró, que enseguida se lo dieron a Kelly Sue DeConnick. Ella sería la guionista hasta el cierre de la serie… tres números después.
Por supuesto esto no significaba que mientras hubieran ido apareciendo otras versiones…
Aunque fuera de la continuidad. Porque, calro, eran los New 52 y eso significaba reboot.
No, no sabemos por qué volvieron a cambiar a los guionsitas. Pero sí que esta vez tuvieron la cabeza de sacarla haciendo el numerito dentro en lugar de en la portada. Probablemente porque aún nadie entiende el diseño nuevo de Jim Lee. Pero mira, 40 números aguantó. Hasta que hubo Rebirth y serie de televisión. No necesariamente a la vez. Que va.
Todo lo cual nos lleva hasta el momento actual.
Que es, por resumir, que parece que le hacen un poco más de caso al personaje, por un lado y, por el otro, que han estado cambiándolo durante décadas. Y han tenido solo una bronca gorda por la portada. Teniendo a Eddie Berganza de editor de la colección también durante décadas. Vale, cuando decidieron sexualizarla un poco más le dieron como una década extra para que estuviera en la veintena, y tuvieron problemas cuando la convirtieron en adolescente de nuevo y dejaron a Jeb Loeph, perdón, Jeph Loeb dar ideas. Pero aún así, la tuvieron. Así que, quien sabe, quizá además de la inspiración que pueda dar la serie de televisión hay también una para los que dibujan al personaje -o sus portadas- permitiéndoles tomar nota de cómo estar décadas publicando sin líos.
O, más probablemente, DC llegará mañana y hará algo estúpido con ella.
(Total, ya lograron algún rifi-rafe menor gracias a su forma de asignar equipos…
pero nada que no pudieran disimular. Si, total, era Lobdell. nadie esperaba gran cosa de él. Ni siquiera tuvieron el buen gusto de llamar a ROB! para que le ilustrara…
Pero aún así procuraron disimular en los siguientes.)
Así que… ¿Apostamos ya por cuál será ese movimiento?
¿Alguien sabe si Greg Land tiene aún contrato en exclusiva con Marvel?
Bueno, la nueva serie ¿cómo va? ¿bien?
«…Por eso no aparecen luchando contra enormes monstruos naranjas o pelucas asesinas.»
No, eso es lo que combatiremos el día de mañana, sobre todo de los primeros, que más que bronceado, amanecen untados con achiote. Las pelucas asesinas, entretienen pero aburren al poco.
Pues me ha encantado el post.
Me gustaría un post sobre el pechazo pelúo de Power Boy.