Lo primero, siempre, ha de ser el equilibrio. Esta es una verdad que aprendes cuando eres bebé e intentas ponerte a andar como ves que hacen los mayores. Sin equilibrio no lograrás nada. Y esa verdad te acompañará a partir de entonces en tu clase de gimnasia, cuando cocines una salsa, cuando pases los controles de alcoholemia, o en los ejercicios de contabilidad creativa que tendrás que hacer si logras que algún partido te coloque al frente de una caja de ahorros. No puedes vivir sin equilibrio porque el equilibrio es el primer paso para todo. No hay más verdad que esa.
Como el equilibrio está en todo, también está en la decoración. Los jóvenes de ahora igual no os lo créeis porque las chicas leen manga, juegan a videojuegos y se saben los nombres de Los Vengadores, pero hubo un tiempo en que eso no estaba bien visto y tu pareja rara vez entendía tus aficiones. Colocar un detalle friki en la casa era sinónimo de una dura negociación.
Pero eso no fue necesariamente malo. Obligó al departamento de marketing a esforzarse y buscar objetos que pudieran funcionar. Si pones un muñeco de accion de Green Lantern adornando tu entrada te mirarán raro, si pones una reproducción a escala de una linterna verda no, y encima la puedes cobrar más cara porque va a un público adulto.
Y esa es precisamente la clave. Saber a qué publico vas dirigida y encontrar el equilibrio entre la madurez de quien compra y la nostalgia claramente infantil que le impulsa a comprar tu producto.
Ese equilibrio es lo importante…
porque si tu proyecto no empieza por guardar el equilibrio el resultado sólo puedes esperar resultados inestables.
Es que ahora con lo de Jared Leto…
Ya lo he pillado, aunque no por esa razón percisamente…
Claro, sois unos VENDIDOS! que os llevais unas pelas por hacer publicidad y sólo poneis las opiniones positivas. Más abajo había uno que se quejaba de que el suyo vino con daños en el lomo.
Hay un error de género en el comentario del comprador… El resultado no es bárbaro, es Barbara.