Primer aniversario del blog de Adlo!, una broma que está durando ¿demasiado?
Sí, ya sé que en realidad los de Adlo! llevan más de cinco años rodando por foros y listas de correo, pero con lo que han cobrado más popularidad es con el blog. Un año ya tratando el mundillo con un enfoque nada habitual y mucho me temo que nada adecuado.
Por muy fan que uno sea de la historieta, hay que reconocer que se trata de un entretenimiento muy minoritario, siempre en la cuerda floja en lo que a ventas y popularidad se refiere. Sí, puede haber algun bombazo peliculero como los X-Men o Spiderman y durante unas semanas alguna gente se interesa por esas cosas con dibujitos, pero no suele durar y es imposible predecir cuándo volverá a haber otro blockbuster. Quizá nunca. Por esto mismo los que estamos tan mal de la cabeza como para hablar de tebeos en Internet debemos procurar hablar sobre ellos con el máximo respeto. Bastante mal está la cosa como para que vayamos hablando peor.
Y hace hoy justo un año que de repente se plantaron con blog propio una gente que adora, entre tantos artistas posibles ¡a Rob Liefeld! ¡sí, sí, a ese Liefeld! ¡y además lo van pregonando por ahí! como es de suponer, aunque todavía hay quien no lo ha pillado, en realidad usan este recurso como excusa para tratar temas bajo su particular punto de vista, cargado de ironía. Lo que pasa es que la frontera entre la ironía y la burla es tán sutil, y hay tanta gente inmune a la sutileza, que de hacerse populares corremos el riesgo de que sus extraños mensajes calen entre un publico que quedará más confundido que otra cosa. Imaginad a multitudes yendo en masa a comprar, si es que se atreven a sacarlo en castellano, el primer número de la nueva miniserie de X-Force porque lo hayan recomendado en el blog de Adlo ¡tanta gente comprando un tebeo por primera y también última vez en su vida! ¡si esto es lo primero que ven, no volverán a acercarse a otro tebeo en su vida!
La blogosfera se encuentra en un momento de expansión, con mucha gente tratando de encontrar su voz y hacerse un hueco en el medio. Puede que estemos comenzando una etapa crítica para consolidar una verdadera industria de la historieta en nuestro país ¿podemos dejar que todo esto peligre por culpa de unos payasos? es una cuestión de equilibrios de fuerzas, como en una novela que estoy leyendo llamada Canción de Hielo y Fuego, que tengo que decir que daría para una serie de tebeos cojonuda, si alguna editorial se atreve con la cantidad de sexo y violencia que salen en sus páginas. Pero me estoy saliendo del tema, lo que yo quería decir es que si habéis llegado hasta aquí debo daros la enhorabuena por estar siguiendo esta sección, que en principio comenzó como parte de la celebración del décimo aniversario de este sitio. Aniversario que hoy damos por finalizado al cumplir once, una cifra menos redonda pero también importante porque sucede, como su propio nombre indica, una sola vez. De manera que toca decidir si queréis que esta sección siga adelante.
Observaciones con Otro Nombre está planteado como una selección de posteos de Un Tebeo con Otro Nombre, de textos que leidos 10 años después pueden contener algún dato de interés por ver si las cosas han cambiado o han seguido igual, rescatar del olvido algún autor que hace diez años era lo más, o también al revés, ver que del autor que hoy lo peta ya se hablaba de vez en cuando por algunos sitios.
Si queréis que continue, material y temas quedan de sobra, pero si este texto en blanco sobre fondo negro os ofende los sentidos, ahora es momento para decirlo. Como buenos bolivarianos que somos, lanzaremos la cuestión en forma de referendum con doble pregunta ¿será vincluante? ya lo veremos, depende de qué salga, o de con quién haya que pactar (eh, no me negaréis que esto de ahora de los pactos daría para un juego de mesa estilo Monopoly con posibilidades ¡recordad que lo leisteies aquí primero!). Lo dejamos en vuestras manos, a ver qué tal funciona eso de la democracia. Total, lo pero que puede pasar es que me ahorre faena…
Y así hasta el día que absorbáis todos los blogs que quedan en el mundillo. Y cuando eso ocurra, entonces sí que dejaréis de MOLAR!.
«como en una novela que estoy leyendo llamada Canción de Hielo y Fuego, que tengo que decir que daría para una serie de tebeos cojonuda, si alguna editorial se atreve con la cantidad de sexo y violencia que salen en sus páginas»
«¿podemos dejar que todo esto peligre por culpa de unos payasos?»
Juraría que esto lo dijo Eduardo Inda ayer.