Estoy hablando del Girl power.
Este movimiento que comienza dando series protagonizadas por mujeres a ¡mujeres escritoras! para que les den el toque de sensibilidad y eso para enganchar al público femenino, visto que del masculino ya notaban que poco más podían rascar tras haberlo probado todo. Señoras con apellidos compuestos y rimbombantes como DeConnick o Willow Wilson que pueden decir con la cabeza bien alta algunas de ellas que están ahí por méritos propios y no por ser "la pareja de". El estilo Devin Grayson de medrar en el mundillo se lleva menos.
Y claro, en un oficio de mayoría masculina, los trabajadores deben agachar la cabeza y hacer lo posible por subirse al carro, aunque deban para ello desnaturalizar a algunos personajes ya establecido con tal de adaptarlos a las nuevas tendencias.

(Debo decir que estando un algo desconectado de la actualidad americana no lllegué a comprender dónde estaba lo novedoso del nuevo enfoque y sobre todo del nuevo uniforme hasta que me lo hicieron ver por aquí: reducción de pecho ¡si hasta se lo han hecho a Spiderwoman! ¡y eso no es lo peor!)

Puede tratarse del dibujante erótico por excelencia al que se le banea una portada alternativa de Spiderwoman (aunque luego el efecto Streisand llegue a convertirla en un icono a homenajear a la mínima de cambio). O el comentarista veterano de Zona Negativa que es invitado a abandonar el sitio por no hacer uso del correctismo al referirse a la nueva serie de Las Vengadoras (escrita por Willow Wilson). O hablando de Vengadores, esa cruzada tildando de machista a Joss Whedon (sip, el de Buffy) porque la Viuda Negra no tiene superpoderes o algo parecido. Asumámoslo, con esto de dar poder a las chicas estamos perdiendo cosas.
No solamente por esto, sino que como las continuidades pasan cada vez más deprisa, si el editor hispano no es avispado para sacar algo a tiempo, en cuanto te descuidas hay un evento que te lo cambia todo y modas nuevas y ¡zas! lo que hace años era un superventas sí o sí, ahora resulta que no estaría bien visto y debe dejarse de lado.
El boom de la Batgirl de ahora, por ejemplo, ha invalidado y anulado como personaje a alguien con tanto potencial como Cassandra Cain, que consiguió sacar adelante su propia serie que se alargó hasta los nada desdeñables 73 números.

Si ya recuperar esta andadura se antoja complicado, imaginad lo imposible que puede llegar a ser con la coyuntura imperante rescatar el cruce con un personaje que ahora debe estar tan mal visto como Ghost.


Un ejemplo; hace nada hemos hablado de Ghost ¿os acordáis de su dibujante más representativo? ¿os acordáis de Adam Hughes? ¿y cuándo fue la última vez que le vistéis dibujando aunque fuera una portada alternativa por alguna parte?
Su labor en este último año para las grandes editoriales con las que solía tratar se ha limitado a sus ya contratadas portadas mensuales para la serie de Vertigo Fairest que fue casualmente cancelada hace unos meses.


El hombre ha tenido que seguir buscándose las lentejas en editoriales menores ilustrando portadas destinadas al público infantil, nada menos.

Hasta otra ¡espero!
Se han registrado informes policiales sobre hordas de chicas adolescentes asaltando librerías especializadas para conseguir su último número de Batgirl y Spiderwoman. O quizás eran hombres de mediana edad disfrazados de colegialas, no queda claro.
HUGES! CHO! LAND! ¿Cuántos más, corrección política? ¿Cuántos más?
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡MALDITOS!
¡HABEIS DESTRUIDO MI POWER GIRL!
¡¡¡Y YO OS MALDIGO!!!