A ver, imaginemos que vamos a cualquier centro donde haya libros y te encuentras una pila del último Asterix. Le tengas ganas o no lo primero que harás curioseando será ver la ilustración interior en la que Obelix pide poción a Panoramix, y luego esa con el mapa de la Galia y la lupa que marca la aldea. Siguen estando ahí, son detalles ya marca de la casa, parece que no hagan nada, como el listado de títulos publicados en la contraportada, pero el día que esos elementos habituales se sustituyan por páginas en blanco, mala cosa ¿no?
Una vez puestos de acuerdo en la importancia de artículos, ilustraciones y demás complementos, debemos distinguir entre los llamativos, esos los que apetece mirar incluso antes que la historieta misma, o los desafortunados por desubicados. Entre estos últimos citaría muchos prólogos gafapastiles, que están colocados precediendo a la historieta pero que sólo se comprenden y adquieren significado completo tras su lectura. Para eso se hacen los epílogos, pero a casi nadie le gusta epilogar, debe dar menos lustre, se supone. Al final lo que suele hacer el lector por sistema es pasar de ese texto de cuatro páginas, leerse el tebeo, y si la cosa le ha gustado regresar al texto inicial si todavía recuerda que estaba ahí.
Pero hay complementos que realzan la obra hasta niveles estratosféricos, tanto que poco importa el tebeo que contengan, con extras así la calidad de la obra avanza automáticamente varios órdenes de magnitud. Y esto es lo que pretendo mostraros hoy. No un tebeo, sino sus complementos, porque tan sólo viendo esto comprenderéis que sin escanear ni una sola viñeta del mismo nos encontramos ante algo MUY grande.
Y esto es lo que os mostraré en el próximo posteo, que también se publicará hoy mismo.
Y os preguntaréis ¿por qué partir este estudio en dos textos, acostumbrados como estamos aquí a extensos tochos estudiosos?
Pues es algo muy sencillo, queridos lectores, hay una buena razón para que introduzcamos esta pausa reflexiva en la exposición de hoy…
…y es que hablamos de algo tan grande que no cabe en un sólo post.
Id asimilándolo.
Anda, si hasta se las han arreglado para meter el morado en medio de los colores de España…
Ni Figo, ni Zidanne, Carles Recio es el més gran!!!