Te dicen que hay webs que te pueden recomendar otro tipo de material, pero a la gente que escribe allá ni sabes de sus gustos ni coincidencias. Tú lo que quieres es que la gente de tus sitios te recomiende otras cosas. Porque de ellos sí te fías.
Y aunque no es plan aquí recordarte que hay gente de este sitio vendiendcolaborando desinteresadamente en Gencomics, voy a aprovechar la plataforma de ADLO! Novelti Librari para recomendar ese primer peldaño con el que comience tu próxima ascensión. Que evolucionar no significa pasar de Superman a Irreedemable, aunque eso doble tu presupuesto.
Y aunque de Fulgencio Pimentel siempre me acuerdo de Paul va trabajar este verano como una de las obras más encantadoramente románticas que jamás me he echado a la cara, podéis estar tranquilos que lo de hoy no va por esos derroteros. Sé que sois personas curtidas a las que eso del escalofrío de las primeras manitas con ella subida a tu regazo os trae sin cuidado.Tampoco es cuestión de pedir imposibles al primer peldaño. Se trata de buscar algo accesible, algo paulatino, similar a lo ya conocido pero al mismo tiempo diferente, algo con un toque de estilo, algo bello, algo como Pudridero. Con un nombre así, el componente ñoño queda descartado.
Otros os hablarán de la estética del colorido primario de la cubierta, o de la belleza del propio tomo como objeto. A mi la verdad es que lo que me atrajo fue el número 1 bien grande en la portada. Los que saben de mercado tienen esas cosas en cuenta y a la masa aborregada nos ayuda a decidirnos.
Y ciertamente como objeto es precioso de manejar. Ya son varias últimamente las iniciativas que juegan con el formato de la historieta como hecho diferencial.
Un lomo tan gordo que le cabe el código de barras. Desde que en Ombligo Sin Fondo pusieron ahí el precio que no me encontraba con nada así.
Ryan dibuja como un niño en los márgenes de un libro de texto, pero hay una sofisticación adulta subyacente en lo que dibuja. (…) Es un tebeo liberador, una catarsis con cuatro rayajos que produce una cierta emoción física en su lectura. SANTIAGO GARCÍA
No, no empleemos palabras polisí…palabras largas, eso de catarsis, subyacente o sofisticación puede echar atrás a demasiados, sólo sirve para hacerse mandorlas mentales, vamos con el texto bueno, uno que se rebaja a vuestro nivel para contaros las cosas como podréis entenderlas:
La profundidad de este Pudridero es similar a la que se puede alcanzar al hundir las manos en un cadáver caliente y su efecto es el mismo: una reacción visceral de repulsión y fascinación morbosa. En esta novela gráfica que conjuga elementos del manga más grotesco con la ciencia ficción de vanguardia, Johnny Ryan se desboca por el camino de la pulsión adolescente hormonada e hiperviolenta dibujando un combate inacabable de lucha libre a muerte en un planeta yermo, un videojuego sangriento donde resulta difícil decidir si cada nuevo oponente es más peligroso o más repugnante. Ryan es, en definitiva, un niño jugando a las peleas con sus muñecos y quedándose con sus miembros mutilados entre las manos.
(otra señal, cuando plantaba el tomo de canto para escanearlo, el libro se tenía en pie, pero si lo dejaba demasiado tiempo terminaba abriéndose…precisamente por esa página 25 ¿casualidad? todo el mundo sabe que los carros de los supermercados tienen querencia a desviarse a la izquierda para no tener más remedio que fijarse en los productos aunque estuvieras de paso en esa sección)
De hecho, después de haberme conquistado me enteré que esta misma página circulaba por la Red como parte de la promoción de la obra por parte de la editorial. Señal pues que si de todo el tomo (tan gordo que le cabe el código de barras, no está de más recordarlo) ellos también la han escogido, es que algo tiene.
Aunque eso de que nada le falta…¿sabéis una cosa, sabéis lo único que echo de menos? el color digital.
Imaginad por un momento esa misma página ensalzada con cielos llameantes, brillos metálicos, texturas viscosas degradadas…sería lo más cercano a la perfección a este lado de Youngblood. De hecho me atrevo a decir que un Pudridero bien coloreado sería el Youngblood de este Milenio. Y no soy el único que lo dice en su reseña:
Posiblemente, si Pudridero fuera obra del guionista de moda del maimstream actual (rebajando un poco el nivel escatológico) y estuviera acompañado de los dibujos de un hot artist de la escuela Liefeld de los noventa, hablaríamos de un blockbuster en toda regla. Pero no es el caso.
En un mundo ideal esta obra la habría editado La Cúpula. Pero en la vida real si lo hubiera publicado La Cúpula tendría un 50% de sobreprecio. AprovechAdlo!
C*Ñ*… Y yo recién regresado y sin tiempo para tontear con el photoshop…
Johnny Ryan, el autor al que todos los adolescentes taquionizan en clase y en las puertas de los lavabos (lo cual de por sí indica su popularidad).
¿Te imaginas que ahora E. Martín fuera el primero en colorear una página y se hiciera una entrada que fuera actualizándose con las imágenes coloreadas por los lectores y eso? No, si lo digo porque ayer saltó en el RSS y tenía un link a esta otra entrada y ya me lo imaginé.
DNM: Debe ser un contagio del efecto Batgirl del post siguiente 🙂
Alto, alto: Ayer saltó el RSS con un post que seria publicado hoy debido al efecto de otro post que va antes que el primero (mencionado) y despues del primero (cronologicamente) donde está este cometario y nadie alaba al taquion con lagrimas en los ojos? Arrepentios pues la gloria es suya!
Ya sabia yo que un tebeo en blanco y negro destaria la furia de ÉL! ColoreADLO!