Kitkat

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Cautivo y desarmado he quedado tras la lectura de El Paréntesis, de Élodie Durand. Y es que en esta época en que encontramos tantos motivos (52 como mínimo cada mes, hoygan) para rodearnos de genialidad, se agradece de tanto en tanto algo distinto para apreciar mejor el contraste, no puede vivirse sólo de caviar, de vez en cuando hace falta algo de fast food. El título que nos ocupa promete alejarnos durante un rato de armamento, testosterona, dinamismo o grandes domingas. Que si premio de la BD, que si el de autora revelación de Angulema, que más que sentado prefieres leerlo tumbado por lo que pueda pasar al sumergirte en sus páginas.

Autora novel, primera incursión en la historieta, dramática historia autobiográfica sobre su lucha con la enfermedad ¿cual toca esta vez? ¿Alzheimer? ¿botulismo? ¿Alzheimer? no, epilepsia ¿pero no se la había pillado David B? sí, pero no cuenta, no es mujer y lo suyo era sobre su hermano. Esto es más cercano y toca más. Y como es primera persona y viene causada por un principio de tumor cerebral, no va tanto de convusiones sino del olvido asociado a los momentos de desconexión, y también la modorra por la sobremedicación. Lo dicho, que es otro ritmo, que juega más con el vacío y la pausa. No hay tiros.

Pero todo hay que decirlo, o estaba en uno de esos días del mes con los andrógenos bajos o el tebeo me llegó. Para marcar más el carácter verídico de la odisea vital de la autora a lo largo de la obra se insertan dibujos realizados por la misma a lo largo de los años de lucha combate convivencia con la enfermedad, lo que refuerza el dramatismo de la situación y hace que la empatía del público lector suba enteros. Blanco y negro desgarrador, de ese que la crítica sólo tolera a las autoras noveles francesas.

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La querencia mainstream me pudo, y cuando vi que el tratamiento con el que se albergaban más esperanzas de éxito consistía en clavarle unos hierros en el craneo y colocarle en el centro exacto de una esfera con ochentayun puntos de emisión radioactiva albergué esperanzas de que este primer tomo contase la génesis de Cobalta o un nombre heroico similar. Pero la cosa sigue su curso y la obra termina bien, pues finalmente el quiste remite y Élodie recupera su movilidad, su capacidad cognitiva y en definitiva su vida, gracias a lo cual pudo realizar esta obra como una forma de catarsis que le permitiera seguir adelante. Con esto, al triunfo y superación personal se le suma el éxito de crítica y público en los países donde se leen estas cosas, y la autora se hace un nombre en el medio gracias a lo cual sus próximas obras lo tendrán más fácil para calar.

Todo esto si la autora pasa de esta su primera obra de historieta en solitario, por supuesto.

Porque cuando das todo lo que tienes en una primera dramática historia autobiográfica desgarradora ¿qué te queda por contar? ¿es posible que hayas gastado todos tus triunfos en la primera mano?

Que más adelante puede tener peleas con un novio, o problemas con la báscula, por supuesto, pero no será lo mismo que lo primero. Y no todos tenemos una vida tan, tan,…, tan lo que sea que dé para llenar varias obras desgarradoras autobiográficas. Vaya, y de tenerla lo más probable es que no nos encontraríamos en situación física, emocional o etílica de desarrollarla en doscientas páginas.

Llegados a este punto puedes intentar inventarte algo, claro. Pero el matiz autobio es lo que le da el gustillo picante a la cosa, si la gente se entera que eso que moquean al leer es en realidad una patraña puede haber un rebote gordo. Así que la otra salida es caer voluntariamente en una espiral de autodestrucción para poder contar con propiedad y conocimiento de causa el nuevo tormento: adicción a sustancias tóxicas, depresión, algún comportamiento paranoide…el Arte y el público mandan, y si se cae lo suficientemente bajo igual puede volver a sonar la flauta y salir de ahí algo potable…con lo que habría que plantearse qué más hacer de cara a una tercera obra ¿tal vez asesinatos en serie?

Y por todo esto, queridos lectores, es por lo que es tan peligroso caer en las redes del gafapastismo o en la ambición de contar como nadie slices of life cuando life no hay más que una. Recordad esto cuando os pregunten tres obras más de Marjane Satrapi o Art Spiegelman.

Agradecidos debemos quedar pues de que nuestro bienamado Liefeld no sucumbiera a la tentación de lo autobiográfico cuando anunció aquella obra titulada simplemente ROB! de la que ha desaparecido casi todo rastro en la Red de Redes. Casi (o lo que es lo mismo: EmeAaaaaaaa, deja algún enlce en los comentariosssss).

Aunque seguramente ROB! de haber seguido ese camino hubiera cambiado el género para siempre, aunque de momento me conformo con que dibuje las ¡Spears! como nadie.

Pero alegrad esa cara, que es verano, luz y color. Que no hay que ser depresivo y a Élodie Durand todavía le esperan muchos premios en el mundo de la historieta. Y ¿sabéis por qué?
 

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Porque a lo que se dedica en realidad es a ilustrar de libros infantiles. Y eso cotiza.
 

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Sobre todo si lo combinas con un título de obra que huela a Gaiman.

3 comentarios en «Kitkat»

  1. Spiegleman tiene una obra tan amplia como variada. Tanto que prácticamente es un autor meinstrim, ¿o no habeis oido como se promocionaba «Pulseras Rojas» como «la serie que emocionó a Spiegelman»

  2. > EmeAaaaaaaa, deja algún enlce en los comentariosssss
    No he encontrado mucho, pero Google guardaba en caché este hilo de 4chan donde se menciona el tema, a raiz de una historia (que no me suena muy real, pero hay que aumentar la leyenda) que desvela por qué ROB! no acabó sus estudios artísticos
    (Y además, chistes sobre el cáncer de Michael Turner y cosas así de 4chanescas)

  3. >> Porque cuando das todo lo que tienes en una primera dramática historia autobiográfica desgarradora ¿qué te queda por contar?
    AAh, el famoso efecto «Pildoras azules».
    El genero escribe sus propias reglas basadas en las mas genericas del mundo real. Por ejemplo la famosa «nunca juegues al poker con alguien que tiene nombre de ciudad» se traduce «nunca compres nada de Delisle que no tenga nombre de ciudad»

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