




Me encanta tener la ocasión de homenajear al gran Álvaro Pons. Porque Álvaro es el espejo en que todos queremos mirarnos. Un espejo deformante de circo de esos que cuando los miras ves a un señor gordo, pero un espejo al fin y al cabo
Y es que cuando pensabas estabas desperdiciando tu vida porque llevabas ocho años escribiendo en un blog de tebeos, mirabas a Álvaro que llevaba nueve y te consolaba. Cuando creías que tus aficiones provocaban que rindieras lo suficiente en el curro, mirabas a Álvaro y era funcionario. Cuando te daba algo de corte que algún editor te regalara algún tebeo gratis, veías llegar a Álvaro a recoger las novedades con su carretilla y se te pasaba
Ah, la mítica carretilla de Álvaro. Tuvo que sacarse un carnet de conducir de tipo C para poder manejarla dentro del casco urbano. Álvaro no entraba a los Salones del Cómic por la misma puerta que todos los demás; no porque estuviera acreditado de forma vitalicia, sino porque tenían que abrirle el portón de los camiones para que cupiera la carretilla
Pero esos tiempos ya pertenecer al pasado. Álvaro abandona el mundillo del tebeo y se dedicará en cuerpo y alma a su otra pasión: reivindicar el uso de los tirantes como alternativa válida al cinturón. Es un trabajo duro pero, ahora que nos ha dejado don Manuel, alguien tenía que hacerlo
¡Muchas gracias! ¡Por el esfuerzo! ¡ahí hemos recuperado las tres líneas que le faltaban a los últimos años de Forum Museum!
El siguiente invitado es alguien con que puedes contar siempre para que te eche una mano. En su momento hizo Freaks, ahora está con RIP y entre medias ha tenido tantos proyectos que podrían convalidarle para supervillano. Me refiero, por supuesto, a ¡Aitor I. Eraña! Aitor nos ha hecho un dibujo sobre el tema…
… Creo que no es un jeroglífico pero voy a decir: ¡El plátano! Gracias, Aitor.
El siguiente autor tampoco va a tener una presentación. Por lo visto aún le están persiguiendo tipos así que no podemos decir su nombre. Sólo hablaremos de él como guionista de fama internacional, en todos los paises hay bares con cuentas a su nombre, también es alguien que conoce los entresijos de esto de los cómics como otros saben cómo se hacen las morcillas: Con mucha sangre. ¡Saludemos ahora a El Torres!
Muchas gracias, Torres. Y tranquilo, si Alan Moore pregunta nosotros no te conocemos.
El siguiente invitado es alguien muy especial para nosotros, no sólo es mujer, también nos ha rechazado tantas veces que podría ser parte de la familia. Por el lado de fuera. Se trata de ¡Delfina Palma!
Delfina, como siempre, ha sido un placer que colabores aunque sea un mínimo con este blog. Y cuando quieras estar de forma más permanente, tú dilo. Si nos sobra gente a la que echar.
Hay mucha gente que sólo conoce a Pons de los tiempos de La cárcel de papel, otros lo conocemos de antes, de Dreamers y los chats del IRC, alguno de incluso antes cuando era El Jabalí de Bagdad. Pero mejor volvámos a los tiempos del IRC para darle la palabra a un invitado que estuvo allí y lo vivio, aunque fuera emboscado como un charlie, ¡Andrés Xoota Moon!
Lo de Álvaro Pons tenía mérito.
Mucho mérito.
Ahora ya nadie se acuerda de él… Como ya nadie se acuerda de [alvaro] o de algún otro alter ego suyo… Pero en su momento lo partió. Era bueno, bueno; famoso, famoso…
Y eso a pesar de las particularidades del mundillo. Si preguntas a cualquier friki por alguien que esté fuera de su círculo habitual (entrecomiqueros, negativos, focomelos, adláteres, dixtópicos, etc.), te va a contestar ¿y quién leches es ese?
Todo porque no salimos de nuestros círculos. Es un fenómeno que se reproduce en todos lados… En Madrid, no ves a la misma gente en Generación X que en Elektra, en Barcelona los que son de Arkham no son de Norma, y en Valencia no son los mismos los que pueblan Gotham que los de Futurama…
Pero a Pons… Al bueno de Pons… Lo conocía todo el mundo… Hasta en el otro lado del charco.
Se creía crítico y como tal no valía ni un Thorion (de hecho, ¿alguien se leía sus reseñas? ¿se las leía él? ¿se leía lo que reseñaba?), pero hizo bien una cosa. Una de esas que le permitió vivir de las rentas de una cárcel. La que le lanzó al estrellato.
Abrir los comentarios.
Sí. La Cárcel comenzó sin comentarios, y claro… No la visitaba ni Dios. Algún coleguilla de los que le quedaban, o gente que por pena visitaba la web (a ver, si recibís un e-mail de: «he hecho una web, me la podéis venir a ver», ¿qué hacéis? ¿La visitáis?). Así que eso comenzó siendo un páramo.
Pero Álvaro abrió los comentarios.
Y fue como las crisis… No la de ahora, sino las de antes, las que van en plural.
La gente entró a mansalva. Salió de sus microversos habituales (los que he nombrado antes para que los que se buscan en Internet aumenten las visitas) y empezó a creerse crítico en los comentarios, en un ejercicio meta-cárcel internetero, en el que todo el mundo practicaba un oficio que básicamente consiste en repetir las cosas que ya sabemos. Que si Norma es muy cara… Que si tal edición que viene con una errata es una mierda… Que si tal autor es de puta madre… Que si el otro nos ha llamado infantiles… Pero claro, todo esto sin subir los decibelios por metro cuadrado ni tener que usar desodorante. Uno se podía sentir a gusto y sentirse importante… Cada uno con su propio rol, como después de cualquier crisis: los supergrupos que se reían las gracias unos a otros; los vigilantes que de vez en cuando soltaban alguna gafapastada hasta que se daban cuenta de que estaban solos por eso, porque no les hacían ni caso; los antihéroes que no sabían muy bien quiénes eran; villanos que hacían su aparición, recibían sus palos, resucitaban, volvían y recibían otros palos…
Se montaban unas jaranas que para qué. Y eso, no es muy gafapasta que digamos… Como no lo es linchar a “supervillanos” máximos como Vicente Molina-Foix porque no le gustan los tebeos (con lo bonito que es dialogar), o llamar por su nombre (coñazos) a los clones de Álvaro Pons que hablan del metalenguaje de las líneas de separación de las viñetas…
Así que total… Álvaro no debió llevar bien lo de ser el Charles Xavier de los hooligans que había creado…
Y cerró los comentarios.
Se acabó la cárcel.
Y Pons volvió a ser una crema para la cara.
¡Muchas gracias, Xoota! ¿A que al final esto no es un infierno?
Tras todos estos años de servir como spin off no oficial de ADLO! al final el ex-compañero de Pons como New ADLátere y persona muy querida por esta vuestra desorganización. Así que aquí tenemos un mensaje muy especial de… ¡JotaCe!
¡Muchas gracias, Jotace! &ie
xcl;Te daría un abrazo… pero mejor no!
¿Qué tal? ¿Se os está haciendo muy largo? ¿No? ¡Pues aquí llega Emilio Martín a arreglar eso! No so preocupéis si no os gusta, es que el post bueno lo tendrá guardado para su blog. ¡Ya ha pasado y vovevrá a pasar!
Amigos, romanos, adláteres, nos hallamos aquí para celebrar la vida y milagros de nuestro querido y admirado Pons. Pero ¿qué decir de alguien de quien ya se ha dicho todo? ¿Cómo presentar a alguien que no necesita presentación? ¿Quizá destacar su papel fundacional en la comedia urbana catalana con "¿Qué te juegas Mari Pili?"? ¿Su emocional y a la vez humorístico retrato de la mediana edad en "Anita no pierde…"?
(bssss bsss bsssss)
¿Cómo?
(bsss BSSSS bss)
¿Otro Pons?
(bssssss bss bsssss bssss)
¿"La Cárcel de Papel"? Yo es que soy más de visitar Hentai Foundry, que además del SM tocan el…
(BSSSSSS)
¿"Tebeos serios"? ¿Eso existe?
(bsss bssssss bssssssss bss bsss bsssssss bsss bsssss)
Ah si, lo del ratón me lo conozco. Pica ¿no?
(BSS)
¿Rasca?
(sigh…)
¡AH ESPERA! ¡Ya sé quién es!
¡PONS!
Yo lo conocí bien, Horacio.
Cuántas veces, durante las cenas del Expofriki, escuché a estos labios debatir con la concurrencia las idas y venidas de las vesúbicas mareas del mundillo. Despertar una oleada de comentarios al afirmar que Sigérico se había incorporado al consejo directivo de la Editorial Editores. Cortar la conversación en seco con el dato correcto sobre dónde estaba en realidad el depósito editorial de Publicaciones Publicadores.
(¿bssss bssss bss bssss?)
No, claro, si me lo estoy inventando todo. Yo del mundillo editorial patrio sólo sé que Vicente García tiene las orejas grandes y que no puedes mencionar la edad, la tendencia política o los hábitos sexuales y alimenticios de Antonio Martín. Por eso yo siempre me ponia en el lado de la mesa en que la discusión se centraba en si Badrock era más fuerte que Pitt.
(bssss…)
Ya, comprendo. ¿Qué decir de nuestro admirado Pons?
¡Pues hacedlo vosotros, so vagos, que para eso están los comentarios!
¡Gracias, Emilio! ¡Y tú no te preocupes! ¡Está todo previsto! ¡Ahora mismo llamamos a tus enfermeras para que te acompañen a la residencia!
Una última colaboración, un último amigo que se acerca a hablar de Álvaro Pons. Alguien a quien conocimos como fanzinero, como webcomiquero, y ahora… ahora está en El Jueves. Al final va a saber todo sobre autoedición. La única persona que puede hacerse pasar por Anonymus sin careta. ¡Rubén Fernández!
Muchas gracias también a Fernández. Te dejamos que sigas a lo tuyo, realizando guiños a la cultura popular guiñó guiñó codazo codazo y sac… homenajeando cosas de internet. Un honor.
Me han emosionao ustedes, hoygan, pero es que con lo de la reforma laboral, tenía que dar d’alta a la chika que me limpia y claro, e aprovechao pa despedirla i aora lla no tengo quien me lea los teveos i m’escriba lo de la carcel.
Usease, que la culpa es de Marianico, lla lo saben….
!VENDIDOS!
«¿Quién más podría pasarse años con el mismo aspecto?»
El Gaiman, y el Morrison aunque ahora no tenga pelo, y el Moore aunque no siempre tuvo barba (!en serio!).
Hala, ya hemos comparado al Pons con los grandes. Inconscientemente. Cagüenla.
Si es que para predicar a los mismos, sale mas a cuenta hacerlo deste el twitter, que al menos no te chistan.
No preocuparse, ya Panini ha dicho que el próximo Extra Superhéroes es «La Cárcel de Papel: Los primeros años»
Y luego 3 formatos diferentes del mismo material, porque como han dicho por ahí, ya Álvaro está entre los grandes!
Y pensar que yo al Pons lo conocí primeramente porque le dio un premio al marciano y después fue un NewAdlater en una realidad que nunca existió (o sí, que con tanta crisis ya no sé qué realidad existió y cual no)…
Sois gilipollas.