
Lo que quiero decir es que hoy no va a haber inocentada.
Aunque claro, puedo estar diciendo esto para que os confiéis y entonces soltárosla. Pero como sé que estaréis pensando precisamente eso puedo ir más allá y efectivamente no hacer ninguna. Pero vosotros podéis pensar que precisamente he pensado eso y…y si escribiese esto con unas gafas de sol y una gorra echada hacia atras ROB! style parecería que estuviésemos jugando a ese poker raro que echan a las tantas por la TDT. Así que pensad lo que queráis, que es un buen consejo para la vida. Y si llegáis al final sin haber encontrado ninguna, sacáis las grapas de la pila de lectura y termináis de leeros La Noche más Oscura. Que igual comenzaron a sacarla en mayo con la idea de publicar el final en un día como hoy. Tendré que comprobar si en la edición original terminó en Abril.
Porque de lo que quiero hablaros hoy es del minimalismo. Ya sabéis, esa corriente artística en la que uno se desprende de todo lo accesorio para llegar a la esencia de la expresión con la menor cantidad de elementos. Una tendencia que en el caso del noveno arte tiende a asociarse al elemento gráfico, a la expresividad con cuatro trazos de gente como Bill Watterson, Jeff Smith o el inevitable Calpurnio, pero que puede también aplicarse al guión. Y no sólo a un decompressive exagerado para llenar recopilatorios, sino a los momentos argumentales de un Warren Ellis cuando tiene el puntito. Esa gente que no te dice ná pero te lo dice tó.
El minimalismo es la meta de todo artista que se precie, en cuanto a que en síntesis es dar el máximo haciendo lo mínimo, lo que puede traducirse en un mayor rendimiento, número de páginas entregadas al mes y dinero a cobrar con el mínimo esfuerzo. Pero esto no debe confundirse con la vagancia, que es otra tendencia actual, ojo. A la que generalmente se llega precisamente cuando ya se cobra mucho. Es todo parte del ciclo.
Precisamente los artistas hot de los noventa, con ROB! a la cabeza, estuvieron a punto de terminar con el minimalismo, con los atajos que los artistas realizaban para cumplir la cuota de páginas lo más rápidamente posible. El ingenio fue sustituido por el esfuerzo. Y es que cuando uno se enfrentaba ante una página de gente como Lee o McFarlane lo primero que notaba era la cantidad de rayitas que había, ese horror al vacío, y la de tiempo y tinta que habrían echado para hacerlo. Se veía currado. Y con el embellecimiento adicional del color informático, no es de extrañar que el molonismo impactara y devorase la industria. Aunque el desarrollo del color y los efectos de ordenador permitieron más adelante que los dibujantes volviesen a un nivel de esquematismo tan acusado o más que antes de los noventa pero sin que el lector lo notase demasiado. Si alguien cree que Ariel Olivetti dibuja fondos que busque páginas originales de sus dibujos.
Con esto lo que debe quedar claro es que si queremos minimalismo debemos remontarnos a mucho, mucho tiempo atrás, cuando los artistas se ganaban el pan cobrando las páginas entregadas a peso. A los primeros años de Marvel, por ejemplo. Y si esto es Adlo! y tenemos que hablar de un cásico marveliano, hoy ese tebeo debe ser la reciente entrega de Marvel Héroes dedicada a Nick Furia, agente de Shield.
Y no solamente por los brillos de su portada, sino por estampas como las que se nos presentan nada más abrir el ejemplar: armas, chicas…

…y dientes, muchos dientes. Por parte de un Artur Mas en rubio.


No recuerdo a qué conclusión se llegó, y el resultado de la votación está temporalmente inaccesible desde ni se sabe (uno de los problemas de los sites gratuitos; poco tiempo después de publicar esto nos salimos de blogspot como tantos otros y de haloscan como todo el mundo). Pero la introducción de este "nuevo" elemento da que pensar una vez más en cuanto a lo tenue de la frontera entre el homenaje y la copia ¿quién swipea al swipeador?
Y segundo, que tras detenerme en aquella página en la (h)ojeada rápida, qué menos que mirar en los créditos el material contenido (es decir, saber cuánto más había en el tomo además de lo que salió hace mucho en las grapas de Clásicos Marvel que ya tenía). Y entre los sugerentes y declamativos títulos de los episodios, ver que este lujazo de tomo terminaba con nada menos que…

¡Ahí es nada! Dos páginas que valen más que un tesoro, mano a mano entre dos bestias pardas como Kirby y Steranko ¡Debo ver esa maravilla! y si esto hace que vosotros también os inclineis por la compra de esta obra, que menos que compartirla con vosotros para ir haciendo boca. Que no todos los días se topa uno con una obra cumbre del minimalismo. Aquí lo teneís, nada más terminar el episodio ¡del perro infernal!:

¿Que mal? ¿Que si os estoy intentando tomar el pelo?
Vale, vale, tenéis razón, lo he intentado pero sin que sirva de precedente habéis sido más listos. Se trata de dos páginas y sólo os he mostrado la primera. Ahí va la siguiente ¡mucho minimalismo nunca es demasiado!

O quizá se termine tratando de un "por las dos páginas que faltan no vamos a repetir la tirada, que tampoco eran para tanto". Aunque cuando iban a publicarse valían más que un tesoro.
Lo dicho antes, que os terminéis de leer La Noche más Oscura. Y comentAdlo! sin spoilers, que cuando se explican los chistes pierden la gracia.
(y si no habéis encontrado la inocentada, repasAdlo! desde el principio por si acaso…)
>Si alguien cree que Ariel Olivetti dibuja fondos que busque páginas originales de sus dibujos.
Hay que ver estos argentinos qué vagos que son, joder. Debería tomar ejemplo de lo que se lo curran los dibujantes españoles. Como Larroca.
La luz proyectada sobre nieve siempre ha sido difícil de dibujar. Gracias, maestros, por demostrarnos que nada es imposible.
Herm… mmm… Pues nada, vuelvo a leerlo desde el principio…
Entonces John Byrne swipeó a kirby/steranko ?
Sabía que esas páginas que aparecían al final de todos los títulos de Hora Cero eran swipeados de algún lugar, esa originalidad y talento solo podrían llegar de la inspiración de Kirby y Steranko, Maestros entre maestros.