– ….
– ¿Cari?
-….
– ¡¡¡Oye!!!!
-…gñeeee….
– Que le estoy contando a Marta lo del viaje a Galicia y no me estás haciendo ni puñetero caso. ¿Se puede saber en que estás pensando?
– En que aquí hay poca luz….
– ¡Claro que hay poca luz! Es un restaurante con clase y han creado una atmósfera íntima, ideal para una cena tranquila con los amigos….
– Ya pero las fotos salen mal, seguro que han salido mal, debería pedir que las encendieran, o mejor volver a casa por la cámara sólo me costaría una hora entre ir y volver y….
-¿¿Que le has hecho una foto??
– ¡¡Claro que le hecho una foto!!!
– ¿Y para qué demonios quieres hacerle una foto?
– …
– ¿Es para él verdad? ¡¡Estás pensando otra vez en él!!
– Yo….
– ¡¡Estoy harta!! Siempre me haces lo mismo. Mira, la primera vez, cuando fuimos a Barcelona y me lo explicaste lo vi como una anécdota graciosa de tu pasado, y aunque he pasado cuando te tumbas en el sofá a leer y empiezas a reírte porque quieres mandarle alguna viñeta a él. ¡¡¡Pero hoy estamos aquí, en un restaurante con los amigos, en un restaurante con clase que tiene incluso una tienda de delicatessen dentro y lo único que te pido es que te comportes!!
– Vamos a ver, vamos a ver… 1) que tú ya sabías que yo era así cuando nos conocimos y 2) ¿¿¿Tú lo has visto???? ¿EH? ¡A ver si ahora voy a tener yo la culpa! ¡Que me está provocando!
– ¡¡Te lo he explicado!! Era un muñeco de la tienda de un amigo del dueño del restaurante, y cuando la tienda quebró el dueño del restaurante, que tiene sensibilidad artística que para eso es pintor, lo trajo aquí ¡¡No es tan raro!!
– No. Si eso lo entiendo. Lo que no entiendo es como quieres que vea eso…
– ¡¡Y te extrañe que piense en pasarle la dirección del restaurante al señor don Jotacé!!!
Pásamela. Ya.
Nunca unos calcetines habían hecho tanto daño a un conjunto.
Itentaba pensar algún comentario gracioso, pero la imagen me ha dejado sin palabras…
Yo también quiero saber la dirección del restaurante ese…
La culpa es de los Alfreds que los visten como…
no se como describirlo la verdad
Hombre, con semejante espanto de figura no me extraña que la tienda de comics cerrara…
Hay cosas que los dioses del comic no soportan, y castigan por ello a sus perpetradores.
Pues no le queda nada mal esa ropa interior…
Faltan pezones.