¡…otra entrada de nuestra exitosa serie Toros y Flamenco! En esta ocasión se trata de la primera escena del Strange Adventures 177, de Junio de 1965, donde debutaba El Hombre Inmortal. Y lo primero que hacía el colega era darle unos pases a un toro que iba suelto por ahí

(Y una vez más… ¡sí, da igual lo que escriban los yanquiamericanos en español, que por corto que sea lo harán mal!)
Y claro… ¡El toro se cabrea al oír el uso incorrecto del pronombre!
Que así se llamaba el animal El Toro
Er Niño Que No Muere.
¿Exactamente donde está el factor «inmortal»?
El «el toro» en ningún momento le infringe ningún daño al niño, si por lo menos lo corneara y lo atravesara, pero ni eso…
Hombre, si es que siendo inmortal como tié menos gracia, lo que hubiera hecho Curro Romero con eso (o a lo mejor lo mismo)