Cartas a una Joven Española

Querida Aurora:

Aunque ahora eres muy pequeña, algún día tendrás edad no sólo para poder leer estas cartas sino para comprender las anonadadoras implicaciones que contienen.

Cuando seas una preadolescente y leas tebeos (porque tu vas a leer tebeos como me llamo E. Martín, que para eso el tío raro que te ha tocado en esta familia no es de los de rondar los colegios con una gabardina puesta como si fuera un cura sino de los de leer tebeos y coleccionar Heroclises) cuando leas tebeos, decía, probablemente lo harás en un mundo muy diferente al que me rodea mientras escribo estas letras.

Oh, algunas cosas seguiran siendo iguales porque son eternas, claro, como las ediciones con páginas escaneadas o diálogos en la lengua de Berlusconi (Berlusconi era, ¿cómo te lo explicaría? Berlusconi… Bueno, en la lengua de Chicco Marx, que como figura histórica te resultará mucho más relaista y creible).

Otras serán el fruto de cambios revolucionerios, de giros copernicanos impredecibles en nuestros días, como ese cómic 3D interactivo que imagino estabas leyendo en tu iWater hace un rato.

Pero alguna de las realidades que tu experimentarás de manera cotidiana y natural habrán sido el resultado de largos procesos ya iniciados en esta época cuyos síntomas sólo unos pocos privilegiados habremos sido capaces de vislumbrar.

Por ejemplo, se que esto te va a sorprender, pero aquí en los principios del Siglo XXI todavía existían dibujantes que no sólo eran incapaces de dibujar un tebeo al mes, sino que podían tardar tres, seis, nueve meses o incluso varios años. Arthur Adams, Adam Hughes, Jim Lee o Brian Hitch son nombres que, a buen seguro, son leyenda en tu época. Pero te podría contar cosas sobre sus retrasos que te pondrían los pelos de punta (al menos te los pondrán cuando pase la moda retro de ir rapados como en la que por fin consideraris la película cumbre de la saga de Alien, Alien 3).

Ya se que esto te parecerá inconcebible, porque en tu maravilloso fiuturo los dibujantes se guían por una estricta ética de trabajo que deja a Kirby a la altura de Madureira (Madureira era… déjalo, no me creerias). En tus días los dibuantes más vagos y consagrados serán capaces de entregar un tebeo de 22 páginas a la semana, cuatro al mes.

¿Que cómo lo se?

Muy fácil. La generación destinada a convertirse en los autores consagrados de tu era ya está despuntando en la mía. Al principio eran unos pocos y tímidos autores, valientes como Renato Arlem que seguían el camino que nadie había osado seguir antes.

Pero cuanto escribo estas lineas empiezan a estar por todos lados y demostrar con su presencia que no son moda pasajera sino el camino del futuro.

Gente como Rob Disalvo y Dereck Donovan.

Profesionales como la copa de un pino…

…capaces de dibujarte medio episodio en que Ms. Marvel cena con Spider-Man en una tarde…

…o incluso en menos, hasta en media hora.

Todo depende de que la fotocopiadora tenga el toner lleno.

(y Peter que no se queje, que lo podían haber dibujado con pinta de borrego y quedarse tan panchos)

Ah, mi querida Aurora, ¡cuán brillante es el futuro que tienes por delante!

¡AVÏV OV’LASID!

¡AVÍV NAVONÖD!