Si sólo puedo leer un tebeo antes de morir… que sea éste

El auténtico genio es difícil de encontrar, eso lo sabemos ya. Por eso, cuando este humilde corresponsal vuestro que se asoma cada sábado por las pantallas de vuestro ordenador encuentra un tebeo perfecto, se emociona. Mucho. Y esta semana me ha vuelto a pasar. Estaba yo aquí, abotargado por el calor del infernal estío valenciano, cuando de repente, he sido golpeado por la GENIALIDAD! en su estado más puro y más primigenio. Seguro que todos os estaréis preguntando a qué cómic me estoy refiriendo. Pues como no podía ser de otra forma, me estoy refiriendo a un tebeo del mejor escritor que el siglo XXI ha visto, Brian Michael Bendis. Acompañado de un dibujante al que a partir de ahora, no nos queda más remedio que seguir muy de cerca: Khoi Pham. En efecto, me estoy refiriendo al PODEROSOS VENGADORES #19.

 

Como ya sabéis, durante la Invasion Secreta, al igual que ya hiciera durante la Civil War, Bendis decidió que es sus coles no iba a pasar nada iba a centrarse única y exclusivamente en profundizar en cómo el desarrollo de los acontecimientos afectaba a los personajes. En el PODEROSOS VENGADORES #19 le llega el turno a Marvel Boy y al skrull que era una copia del Capitán Marvel. Ya vimos hace un par de meses en Invasion Secreta que el segundo moría y el primero, animado por su ejemplo, decidía recoger el manto del Capitán Marvel. En este número, toca que Bendis nos introduzca en la psique de estos personajes tan vitales e imprescindibles para la existencia del Universo Marvel para observar cuáles son los motivos de esta decisión.

La estructura narrativa que emplea Bendis no puede ser más audaz. Primero, dedica cinco páginas a Marvel Boy para que veamos que es un personaje perdido, sin rumbo, sin sentido de pertenencia a ningún mundo. Otros guionistas hubieran pensado una historia para mostrar esto, quizás hubieran hecho al personaje que le contara sus impresiones a otro valiéndose de la insuperada habilidad con los diálogos del autor. A Bendis no. A Bendis le basta dejar que Khoi Pham dibuje intensísimos primeros planos del personaje mientras los sentimientos del personaje quedan plasmados en… cuadros de pensamiento. Brutal. Cinco páginas donde no pasa otra cosa salvo que Marvel Boy piensa. Una gozada.

 

Pero a continuación, el guuionista se centra en el falso Capitán Marvel, con el que repite la jugada. Los sentimientos y pensamientos del personaje no se reflejan en sus acciones, ni en sus diálogos, sino en… cuadros de pensamiento. Mientras que el Capitán Marvel skrull pasa ni más ni menos que 11 páginas de tebeo lanzándose rayitos con sus antiguos compañeros de raza (superando aquel legendario número de Nuevos Vengadores en los que el avión en el que viajaba el grupo sufre una avería y tarda diez paginazas en caer mientras los personajes no hacen nada más que… caer), Bendis nos muestra los más profundos pensamientos del personajes, como puede apreciarse en esta imagen…
 

…o en esta otra…
 

…y así hasta 11 páginas de cómic en estado puro. Una gozada. Otra más.

No obstante, sería injusto no reconocer el tremendazo talentazo del dibujante, Khoi Pham. Que no se os olvide este nombre, porque estáis condenados a oír grandes cosas de él. Podría poneros numerosas muestras del trabajo de este hombre que os sacarían los ojos de las órbitas, pero prefiero enseñaros sólo las dos que más me han impactado. Primero, este primer plano del Capitán Marvel con el ceño fruncido…

 

…donde se observan estas rayitas que yo jamás visto aparecer al funcir el ceño.

 

Pero así es como Khoi Pham consigue expresar él solito, sin ayuda del guionista, un momento de rabia sobrehumana. El segundo momentazo es cuando en mitad de la lucha del Capitán contra dos skrulls, el prota coge a uno de ellos y lo utiliza como ariete contra el otro…

 

…o mejor, debería haber dicho cuando en mitad de la lucha del Capitán contra dos skrulls, el prota coge a uno de ellos por la pierna DERECHA…

 

…para luego, fuera de plano, lanzarlo al aire, esperar a que dos vueltas completas en el cielo y finalmente, cuando vuelva a caer poder cogerlo de nuevo, sólo que esta vez por la otra pierna, la IZQUIERDA, y utilizarlo como ariete contra el otro.
 

…y es que un buen dibujante sabe cómo animar al lector a que llene el tiempo entre viñeta y viñeta, el lugar donde según muchos se encuentra la esencia del noveno arte. Y Pham no es que sea un dibujante, es que es un artistazo como la copa de un pino.

 

BMB y Pham, Pham y BMB, nos han ofrecido una de esas magnas obras maestras que sólo se publican una o dos veces cada generación. Ahora ya sé que puedo arrancarme los ojos con toda tranquilidad, porque sé que ya no veré nada mejor nunca… Aunque mejor me los dejo puestos, más que nada para seguir buscando atrasados de Bendis en mi librería favorita.
Eso.