Los episodios de Byrne los tenía frescos en la memoria por la edición de Zinco, (no es que tenga buena memoria, es que tampoco fueron tantos) que me dejaban (no me los compraba, pues la prensa especializada que leía por entonces, que eran los correos de fórum, decían que eran aventuras muy malas; a mi me gustaban, pero me daba vergüenza admitirlo, más adelante llegó un tal Liefeld a los mutantes, se creó una desorganización y ya perdí la vergüenza del todo, pero esa es otra historia…), pero tenía curiosidad por ver qué tal los episodios del tándem Wolfman-Ordway, que Zinco sacaba en dosis de 8 páginas, el remostrón de tebeo que quedaba tras la aventura de Byrne, y así no había quien lo pudiera seguir. Decían por ahí que era mucho mejor que el de Byrne, que Wolfman era el que tenía mejores ideas, y que el cambio más acertado de aquel nuevo Superman era el Lex Luthor a lo Kingpin manipulador y que eso fue idea de Wolfman. Vale pues, todo para Wolfman, a Byrne debió venirle de lujo la excusa para no tener culpa cuando en DC se dieron cuenta de que un Luthor mayor y con papada no pegaba demasiado con la versión Smallville del personaje. Lo aciertos, de Byrne; los fallos, de Wolfman. Sí, con esa estrategia les fue posible mantener al ego del Byrne bueno nada menos que dos años. Cuando me sobrepuse a los dibujos de Jerry barbillas Ordway y me fijé en la historia, me di cuenta de que efectivamente habían remodelado completamente al personaje, un Superman más maduro, más adulto, un Superman…
Se trata de una lectura fácil, y aunque cada entrega cunde (cuatro episodios americanos) las sobremesas a la fresca son largas y da pereza levantarse de la tumbona a por el siguiente, de manera que se lee todo de cabo a rabo, hasta los anuncios de la contraportada. Que es además una buena manera de ver cómo iba avanzando en aquella época la edición de DC en nuestro país. Y como en PdA todo tiempo pasado fue mejor (¡en un par de años echaremos de menos lo bien que lo hacían en 2009, muchachos!), los anuncios estaban bastante trabajados. Tal vez no al nivel de un Ferrán Delgado, pero sí algo más modernos, por lo menos. Así por ejemplo, vemos en la contra del número 21 el anuncio del Absolute de la mítica obra de Frank Miller, el Regreso del Señor de la Noche.
Y fue aquí cuando el maquetador puso en la balanza sus convicciones morales y su necesidad de comer y haciendo acopio de valor ideó un eslogan para la obra, en la línea del anterior.
Y tampoco estaban ahí los billetes ¿a que van a estar entre los Lost Girls? y si los cojo me dirán lo de que siempre estoy leyendo cochinadas, sigh, todo son malentendidos…que no era una cochinada, que Tony Stark se convirtió en una Ultron jamona dibujada por Frank Cho porque lo exigía el guión…
¡Que vaga la juventud que se queda arriba! Que razón tienes con la prensa especializada. Antes nos informábamos con comunicaciones subjetivas emitidas por la editorial, y ahora nos informamos por comunicaciones subjetivas emitidas por gente que quiere entrar en la editorial.
¡¡Hemos mejorado!!