Ya se ha hablado alguna vez por aquí de libros infantiles, pero
Teo es para el libro infantil un fenómeno tan excepcional como puede ser
Mortadelo para el tebeo. Porque
Teo forma parte de las vidas de todos, bien porque les han leído sus cuentos o porque les toca leerlos a otros . De la misma manera que en cada casa hay al menos un tebeo de
Mortadelo, en cada hogar familar también hay algún libro de
Teo por alguna parte.
Este infante mofletudo de pelo escarolado es desde hace unos 30 años la máquina de hacer dinero de Violeta Denou, nombre bajo el cual se esconden al menos tres ilustradoras. Sí, no es un nombre verdadero, como Estudio Fénix tampoco lo es, esto último supongo que sí lo sabían.
Las aventuras de Teo contienen para el aficionado a la historieta algunos puntos de interés. Se trata de historias cotidianas, slices of life para entendernos, pero ¡atención! nada de viñetas angustiosas, cerradas y pequeñas, no señor, aquí doña Violeta le echó narices y supo innovar, pues las aventuras de Teo tratan sobre slices of life con títulos tan prometedores como "Teo en Tren", "Teo está enfermo" o "Teo en la feria" siempre con ilustraciones a doble página. Causa así un efecto de desasosiego en el lector, impelido por el breve texto a pasar rápidamente las páginas, pero el detalle de cada ilustración le hace quedarse un rato mirando cada una, de manera que el ritmo de lectura se vuelve artificioso. Es algo similar a lo que ocurre cuando uno se recrea en las viñetas del Hard Boiled de Frank Miller y Geoff Darrow. Podemos decir por tanto que Teo y Hard Boiled son formalmente similares, aunque difieran en el fondo.
¿Por qué triunfa Teo? en esto los libros infantiles si han sabido diferenciarse de los tebeos, los primeros suponen un negocio. No es de extrañar que muchos autores de historieta terminen ilustrando algunos libros cuando pueden. El truco está en que, a diferencia de en el cómic, el público de los libros infantiles se renueva constantemente, nuevos lectores van entrando y otros saben cuando dejarlo. De esta manera la misma obra puede pasar de una generación a la siguiente de lectores sin ninguna variación. Vaya, que se tienen los álbumes y se trata de ir reeditándolos cada pocos años. Si el público de Teo fuera como el de la historieta, hubiera ido creciendo con ellos para que los lectores no le abandonasen, terminado la educación básica, salido por ahí, conocido chicas, buscado trabajo…lo que lo hubiera hecho tal vez algo poco accesible para los nuevos lectores, sinceramente.
Pero sean libros infantiles o tebeos, estamos hablando de edición, y encontramos algunas constantes. Por ejemplo la rabia que da cuando tras dedicar años a completar tu colección de
Teo te enteras de que van a ofrecer los libros con un diario a un precio baratísimo (
El País a 1 euro). Y cómo del enfado se pasa al alivio al ver que la nueva edición sale a tamaño reducido, los costes y eso, era eso o nada. Adjunto escaneo comparativo de edición clásica vs edición reciente. El
Absolute Teo no cabe completo en el escáner. Y en la edición reciente se nota el Photoshop, claro.
Pero hay más diferencias, que se observan al ir leyendo las obras. Uno ha leído como poco cientos de veces Teo en el Zoo en su versión grande, por dos razones. Una, porque era el único Teo que ha tenido por casa hasta la edición de El País, entrando por ser la primera entrega y por tanto a precio de oferta de un coleccionable. Y otra porque a los niños les gusta releer (o, en este caso, que les relean), se encuentran cómodos en la repetición, y si un libro les gusta volverán a él machaconamente antes que intentarlo con uno nuevo. Y seguramente, decompressive storytelling aparte, este comportamiento sea la razón de porqué cuando eramos más pequeños los tebeos nos cundían más que ahora. Lo dicho, que llegó un momento que podía leer Teo en el Zoo con los ojos cerrados por saberlo de memoria. No es ninguna proeza ya que la peque, de tanto escucharlo, también ha llegado a engañar a la gente haciendo como que de veras lo estaba leyendo en voz alta. Es el equivalente leído a ver un episodio de Los Simpsons en Antena 3. Por eso cuando ha tocado leer la edición nueva de Teo en el Zoo al peque noté el cambio. La edición tenía una diferencia sustancial, su continuidad había cambiado. Habían retconeado a Teo.
Vamos con la comparación. Primero la edición clásica:
Cansados de ir todo el día por el zoo, Teo y su tía Rosa paran en el bar a tomarse algo. Teo comenta lo que le gusta el refresco. Todo normal. Vamos con la versión actualizada.
El protagonismo del texto pasa a unos pajarillos que iban picoteando las inmundicias que dejan la gente en el suelo del chiringuito, y se comenta lo del refresco de pasada. Un cambio sutil, sí, pero cambio igualmente. Y es el único cambio que hay entre las dos ediciones. Todo sucede por algo, así que lo que toca ahora preguntarse es el porqué de este cambio. Y parece que está claro que la obsesión por lo políticamente correcto es la causa. En estos tiempos de sedentarismo y obesidad infantil, que un ejemplo para la infancia como
Teo cante en sus revistas las excelencias de una bebida de soda azucarada (no cita marcas, pero ahí está dibujada la botella de forma inconfundible) es una incitación al consumismo, a abocar a los niños prematuramente a un comportamiento poco sano.
Supersize Teo.
Violeta Denou o sus editores parecieron darse cuenta de esto (o eso o
Soda Cola dejó de pagar el patrocinio, vaya) y cambiaron el texto para que las asociaciones de Padres Enfadados Porque Sus Hijos Se han Echado a Perder no se les pudieran tirar encima. Toda precaución es poca.
¿Les parece esto que digo exagerado? ¿sí? entonces ¿Cuánto hace que no ven en Marvel a algún personaje fumando? esa puede ser la razón de que Warren Ellis publique tan poco en esa editorial…
Y ahora, hagan memoria a ver cuando fue la última vez que un personaje de sus tebeos favoritos para todos los públicos se tomó un refresco. Todo sucede por algo.
Nota para los amigos no españ
;oles: es posible que pese a que Teo se ha publicado en varios paises e idiomas, no haya llegado a su país y este texto les haya parecido demasiado localista. Pedimos disculpas por ello, pero es que uno trabaja con lo que tiene. De todas maneras, para compensar, siéntanse libres de dejar en la caja de comentarios sus impresiones sobre los personajes de libros que les traumatizaron la infancia y sus anécdotas, que serán bien recibidas.
TEO son unos libros geniales, y recuerdo muy bien como leía y releía una de sus aventuras, donde un tigre se escapaba y TEO conseguía encerrarle de nuevo en la jaula. Como bien dices te parabas en casa ilustración y la mirabas y la remirabas y por si acaso, al día siguiente la volvías a mirar, por si había cambiado aldo.
Por cierto, el color de la nueva edición me parece horriiiiiiible.
«..el color de la nueva edición me parece horriiiiiiible»
Algo más que tiene en común Teo con los comics, entonces 😀
!Mis sobrinos! !Mis pobres sobrinos! !Jóvenes lectores, y ya les han tomado por tontos!
Llegara el dia en el que todas las paginas muestren a Teo sentado en una habitacion blanca, con el siguiente texo:
«Teo no dice ni piensa nada, y asi no ejerce ninguna mala influencia sobre nadie».
Tiempo al tiempo.
¿y por qué precisamente blanca? ¿eh? ¿que intención hay en ello? ¿por qué no puede ser de otro color?
Hay una forma muy sencilla de protestar ante Marvel por el hecho de no salir personajes fumando: plantarte en Nueva York en el vestíbulo de su editorial, coger un original de Jack Kirby y prenderlo para encenderte un cigarro con él (seguro que a Kirby le habría encantado y habría aplaudido)
El párrafo de slices of life es de antología, qué arte tienes…
Pregunta: Donde estan los pajaros hambrientos?
Yo a lo sumo observo unos papeles arrugados en el suelo.
Para cuando el volumen «Teo toma LSD?»
>hubiera ido creciendo con ellos para que los lectores no le abandonasen, terminado la educación básica, salido por ahí, conocido chicas
Y justo entonces, para salvar a Tia Rosa, tiene que hacer un pacto con Mephisto y ¡hala! De vutelta al Teo despreocupado de toda la vida que iba al zoo.
Por eso yo soy más de Elmer y los Hipopótamos.
>>Pregunta: Donde estan los pajaros hambrientos?
En ambas ediciones, en la otra página de la escena que no escaneé. Existen.
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