Delicias de la Silver Age

Antes del baile de derechos entre editoriales, cuando salía una película sobre algún personaje de historieta salía casi en paralelo lo que se llamaba un coleccionable, tomos de 80 páginas o más de periodicidad semanal y con un precio muy muy bajo., Lo del precio era posible por tratarse de material que la editorial ya había publicado, por lo que el trabajo previo de traducción, rotulación, etc (entonces al packageado se le llamaba así: "traducción, rotulación, etc") ya estaba hecho y pagado. Así que sólo había que reimprimir y vender. Este concepto del reaprovechamiento es lo que ha llevado tanto a DC como a Marvel a sacar al mercado sus Essential y Showcases. Bloques de más de 500 páginas en glorioso blanco y negro por unos imbatibles 16.99 dólares. Parte de la gracia de este material, no vamos a negarlo, está en su precio. Los interesados en reverenciar la arqueología supertipera tenía ya en los Masterworks y los Archives motivos en tapa dura más que suficientes para dejarse los dineros, pero las ventas han demostrado que no son muchos., La opción barata parece estar funcionando mejor y prácticamente cada mes, sobre todo en el caso de los Showcase de DC, sale alguno.

El problema viene cuando a las editoriales españolas se les plantea adaptar este material. Marvelmania anunció que Panini sacaría algunos durante este 2009, pero terminó siendo una inocentada. Planeta, por su parte, ha sido más valiente y ha sacado algunos de los Showcase de DC. Ha tenido que ajustar precio y tamaño al máximo, de manera que finalmente son un poco más pequeños y un poco más caros que el material original, pero es que el packageo está ahí. Hemos dicho que Planeta es valiente, y es que pudiendo elegir entre títulos como Superman, Batman, Flash, Liga de la Justicia. Green Lantern o Teen Titans, que sería lo fácil, ha ido a por material más sorprendente, de manera que los títulos que han abierto el fuego en el mercado hispano han sido Shazam! y el Fantasma Desconocido. Valientes. Más teniendo en cuenta de que justificaron su salida por aquello de los meses especiales dedicados a algunos personajes, que por causas del calendario quedaron como una buena intención y poco más. Dicen que el próximo, de Jonah Hex, es posible que caiga en la segunda fecha prevista, fuera la que fuese, si alguien la tiene en cuenta.

Debo admitir que tenía envidia de las fotos de los tochos de Showcase que Eme A suele subir aquí, así que yo también me agencié algunos. De los americanos ¿qué puedo decir? la carne es débil y el euro es fuerte…y debo manifestar la genialidad de este material, concretamente de los Showcase dedicados a Green Lantern. Que aquí, todo hay que decirlo, ya se pudo disfrutar hace unos años más pequeño y más caro en Clásicos DC por estos lares.

Lo primero que debe decirse de los Showcase es que, acostumbrados al decompressive storytelling, resultan una lectura densa. Textos de apoyo, globos de diálogo redundantes con el dibujo, y ¡¡suceden cosas!! no es solamente que veintitantas páginas les cundieran para contar una historia, no ¡es que normalmente contaban dos! que lo que el Geoff Johns ese tan alabado ahora cuenta en una saga de cinco episodios, el John Broome se lo ventilaba en dos episodios de ocho páginas y aún tenía tiempo de una escena final del bueno de Hal Jordan pasando la mano por la pared porque la chica del tebeo está enamorada de su alter ego Green Lantern.

En esta lectura había que tener además un alto grado de suspensión de incredulidad. Porque uno puede asumir la existencia de un cuerpo estelar de bienhechores que reciben su poder recargando su anillo en una linterna cada 24 horas mientras recitan un juramento opcional, vale.  El anillo proyecta energía siguiendo las órdenes de la fuerza de voluntad de su portador y es capaz de hacer prácticamente de todo. Incluso de convertir en pajarraco al amigo del héroe sólo porque Hal Jordan lo había soñado. Todo esto puede uno asumirlo. Eso sí, el anillo tenía un pequeño defecto y no podía hacer nada contra…contra el color amarillo. Asumible también, con faldas y a lo loco nadie es perfecto. Y de resultas de esto, sucede que para encontrar amenazas del nivel del arma más poderosa del universo tenemos a invasores amarillos del espacio exterior, gigantescas arañas amarillas, niños gamberros que lanzan piedras amarillas con sus tirachinas….como moscas a la miel, el anillo parece convertirse en un imán para todo tipo de amenazas de tan chillón color.  Todo esto costaba un poco más asumirlo, pero es que si no no habría tebeo.

La base de las historias estaba pues en el color de las amenazas a nuestro héroe, de manera que seguir la edición de las aventuras del Gladiador Esmeralda en Showcase es un plus, pues debemos recordar que estas publicaciones son en blanco y negro. Que uno al final le coge el tranquillo y cuando ve venir a esos dos pterodáctilos ya se prepara para que salte un globo de pensamiento que diga "¡Por los Guardianes! no me había fijado, pero esos pterodáctilos son…¡de color amarillo! el único color contra el que mi anillo no puede hacer nada". Casualidades así mueven el mundo. Pero incluso así no estaba preparado para el concepto que introdujeron en el 24 de Green Lantern. Quedé tan maravillado que descargué el episodio original en colores para ver si se debía a un efecto de la edición en blanco y negro, pero no es así. Hago un resumen rapidito de la historia y se lo muestro…

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 La portada hace referencia a la segunda historia del ejemplar, la primera empieza con unos científicos manejando algo muy peligroso que, como era de prever, tiene problemas:

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Todos escampan, cierran compuertas…pero no pueden impedir que un rayo de la misteriosa energía que manejaban afecte a un pobre tiburón que pasaba por allí ¡ZAS!:

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Como toda radiación de los años sesenta
, tiene un efecto imprevisible sobre el animal, al que hace evolucionar (ya se sabe que la gente de DC de la época eran unos evolucionistas reaccionarios):

 

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Pero no se detiene ahí el proceso, va más allá, al siguiente estadío de la evolución, y nuestro amigo tiburón acaba convertido en…

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Jonatan Shark, el depredador definitivo.

Más evolucionado que los simples mortales, culmen físico y mental.

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Jonatan Shark mantiene su instinto depredador, necesita tomar presas por el hecho de deleitarse con ello, oler la sangre, de manera que empieza a montar bulla allá donde va. Aquí le vemos entrando a comentar en Zona Negativa.

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Pero esto le sabe a poco, y detecta a un adversario todavía mejor, al amigo Green Lantern, que estaba en su hangar haciendo el juramento del anillito. El bueno de Jonatan llega y lo primero que hace con su poder mental es…

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¡COLOREAR DE AMARILLO EL HANGAR! ¡Jaja! que bueno, estaban como chotas en los sesenta, a quién en su sano juicio se le ocurriría pintar de amarillo…¿eh? ¿que ya hay fecha prevista para sacar el All Star Batman en castellano? ¿que en el…oh, entonces no digo nada…sigamos…no contento con trollear desde una imagen astral, Jonatan se presenta(con su tradicional uniforme rosa y azúl; por cierto, Edu, parece que en su adlosprite los colores están al revés) ante el héroe …

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..y este reacciona rápidamente con un rayo de su anillo, pero…

 

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…pero sucede ALGO y su rayo no tiene efecto ¿el qué? uno de esos conceptos que sólo eran capaces de inventar en los sesenta. Rebobino y vuelvo a poner el sonido:

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 Un aura invisible de color amarillo.

 

Un aura invisible de color amarillo. Meditad sobre ello. Y por conceptos como estos, señores, la Silver Age es adorable.

 

12 comentarios en «Delicias de la Silver Age»

  1. En blanco y negro, simplemente, esto no tiene sentido alguno. Oh, espera, es uno de mis Showcases sin leer. Mala compra.
    Me encanta que para ganar a Green Lantern baste con pintarse de amarillo y empezar a pegarle toñas… o tener un aura amarilla. Si se corre la voz, lo va a pasar definitivamente mal contra los malosos que controlen el color de su aura…

  2. Todo es un tema estético ¿No habéis oído aquello de que ‘no hay campo sin grillo ni hortera sin amarilo’?
    Pues eso, que los buenos son elegantes y los malos horteras

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