La traducción que tuvo al español, para aquellos a los que les interesa: El Joker es un comodín/Batman se sulfura. No hará falta decir que el special guest villain de esta semana será El Joker. Lo que, todo sea dicho, concluye el «tridente» de enemigos recurrentes de Batman en esta serie. Sí, hay más enemigos y sí, muchos de ellos «por no decir todos: ya señalaré las excepciones- volverán a aparecer, pero serán estos tres primeros villanos los que más quebraderos de cabeza le den al orejas de murciélago. El Acertijo por ser villano fetiche del gran Lorenzo Semple Jr.; El Pingüino por la gran construcción y especial feeling con el equipo del no menos grande Burguess Meredith, y Joker porque será el villano que mejor encajará con este delirio pop.
Parte del mérito es de su intérprete, un justamente excesivo César Romero. Romero era conocido sobre todo como galán hispano, un hombre de modales correctos y «gallarda apostura». Nada más divertido, pues, que verle perder las inhibiciones. Si esto hubiera ocurrido con un actor con cierta tendencia a, digamos, la sobreactuación, quizá hubiera sido demasiado (*cof* *cof*) pero al venir de alguien tan serio, la «Locura del hombre normal» queda perfectamente reflejada. También era conocido por el frondoso mostacho que lucía en sus apariciones, un bigote que le duraría hasta el final, cuando realizó su último personaje regular en Falcon Crest interpretando a un adinerado griego. Pero entre medias estuvo Batman.
Es difícil decir que un rasgo identificativo de un personaje sea no poseer algo. Salvo, claro, que sea algo común como pelo en la cabeza, dos orejas o nariz. El caso es que el Joker de los cómics NO llevaba bigote. De hecho, el Joker de los cómics era una suerte de archienemigo de Batman (pero no entraremos en la discusión de «Némesis definitiva») representado como una versión flaca y desquiciada que cruzaba la interpretación de Conrad Veidt en El Hombre que Reía con un payaso extravagante con tendencia a vestir de lila, el rostro muy pálido, los labios muy rojos y el pelo verde.
Con Romero eso no era posible, así que, al final, el desquiciado Joker tuvo un aspecto de lo más desquiciado que se ha podido ver en televisión. Un pelo teñido de un dorado imposible y un bigote maquillado de blanco para que parezca inexistente… pero que se nota que está ahí. Como una extraña inversión de Groucho Marx y su bigote falso aquí tenemos el falso no-bigote de El Joker.
Empezamos con nuestro villano en la cárcel: si el Acertijo estaba en libertad y el Pingüino acababa de salir, el Joker aún estaba dentro, y logra salir gracias a un par de sus trucos que incluyen una pequeña explosión y un Resorte para propulsarle a la salida. La imaginación al poder, como casi siempre.
Una vez fuera, observamos la clásica refriega entre el maloso y nuestros héroes, que se torna favorable a los cruzados enmascarados gracias al cinturón de utilidades de Batman. El Joker logra escapar y, ya en su base, da con una idea genial: Tiene que hacer su propio cinturón. Vemos aquí como la clásica estructuración episódica «muestra clara de que no es Semple Jr. el guionista del capítulo; en este caso se trató de Robert Dozier, hijo del productor ejecutivo William Dozier adaptando con bastante fidelidad la historia de Batman #71 The Joker’s Utility Belt– en la que se da la vuelta a un recurso clásico del batuniverso. A continuación los usa en una representación en directo de la ópera El Payaso desde el Palacio de la Ópera de Gotham. Cuando Batman se presenta para detenerle el Joker le captura y prepara su desenmascaramiento para toda la audiencia.
Analicemos un poco esto. El cliffhanger del final del episodio, ya en el tercer capítulo de la serie está relacionado no con la muerte sino con la exposición de secretos a través de un medio de comunicación de masa, concretamente de La Televisión, que se convierte así en instrumento pop de terror por invasión en la intimidad.
Casi nada.
-Aunque no sé yo si la audiencia de la Ópera de Gotham se interesa por este tipo de cosas. Es decir, ¿qué sentido tendría desenmascarar a alguien en La2…? Pues el sentido estético y ético de El Joker, claro-
Por cierto, también este cliffhanger es el primero que lleva la coletilla de «En el mismo Bat-canal a la misma bat-hora». Aunque aún no lo pongan por escrito.
Volviendo a la lucha, por suerte para nuestros amigos, Batman llevaba un dispositivo para lanzar bombas en su cinturón que logra activar los detectores de humo haciendo que salten los anti-incendios. Parecerá algo trivial pero en este capítulo el bat-cinturón será el auténtico eje de la trama. Seguimos con la «lucha de cinturones», ya que eso será lo que veamos en las siguientes imágenes: a cada idea del Joker contrarrestada por el cinturón de Batman sigue una réplica por parte del de El Joker.
El final de la historia no puede ser más conveniente, de nuevo ante televisión, esta vez para que Batman bautice un barco «ni más ni menos-, lo que permite al Joker preparar una trampa que será sorteada por la pareja gracias a la cabeza de Batman «ya que el mensaje es: el cerebro es el mejor «cinturón de trucos»– aunque echando mano de lo que tiene en su cinturón, eso sí.
La brillante idea del Joker de llenar la botella del bautizo de gas tóxico que paralice a todos los presentes -auténtica idea genial- fracasará cuando Bats descubra que la botella ha sido manipulada y eche mano de un recurso tan universal y arbitrario que parece un claro precedente del Bat-Reepelente para Tiburones. Concretamente de unas Pildoras de Curación Universal de Todos los Venenos.
Así, sin complejos.
Todos los Santos
Muchos Santos en este episodio, empezando por Kofax, nombre de un jugador de Baseball del momento, siguiendo por Resorte al enterarse de su huida, Cortina de humo cuando Batman adivina cuál es el verdadero objetivo del Joker, Stuffin al llegar al museo, Ravioli al aparecer la Ópera del Joker por la televisión, Serpentina cuando el Joker atrapa a Bats con uno de sus trucos, Gramática al descubrir la pista del Joker «El que ríe el último ríe mejor», Safari cuando van al encuentro del explorador profesor Laughwell -¿notan cuál era la solución de la pista del Joker?- y, finalmente, Titulares, cuando los periódicos dan aviso de las proezas del Dúo Dinámico. Como vemos, en este episodio los santos estaban marchando.
¿Bat-prime?
¿Entonces que soy yo?
¿Bat-segun?
Joder, justo llevo 1 semana acordandome del bigote de Cesar Romero en Batman, y sin venir a cuento… Debe ser cosa de la memoria colectiva, o algo xD
Y sin embargo… EL Joker con bigote de Romero es mucho más un Joker que el rídiculo sr-que-se-maquilla-de-blanco-y-se
-pinta-el-pelo-de-verde de la próxima película… Que sí, que se ve muy acojonante y todo… pero un psicópata maquillado no es un Joker¡¡¡¡¡