EXPOFRIKI: EL ORGULLO DEL CUARTO MUNDO

Rara vez tengo tengo tanta suerte. Este post sale fino y fluido gracias a todas las maravillas que allí sucedieron. Propias, ajenas y entrelazadas.

Los Nuevos Bienes (The New Gods)

Si empezamos por el principio, por aquella presentación… debo decir que no estuve. Pero puedo cederle la palabra a alguien que sí estuvo allí: «Ok, so today we had our official presentation at Fnac. I expected something different, as these two comedians that are going to be helping us with the promotion were going to be there. They promised to go in disguise and improvise, but they did not, and it was disappointing. If not for my natural talent and sense of humour, people would have died of boredom 🙂» Lo que no sé es si fue allí donde Claremont se aburrió o venía aburrido de casa.

Escapa como puedas (Mr. Miracle)

El caso es que cuando hubo que presentarse allí pudimos comprobar como hasta Las Obras de Ruiz Faraón habían influido en el Expofriki, convirtiéndolo en una versión de «El Gran Juego de la Oca«. Veamos, por un lado los coches las pasaban cuadradas para acceder al «recinto», los que llegaban. Por otro, los que llegábamos por otro medio (uno distinto de «esperar al autobús y a ver qué ocurre» ) podías encontrarte con dos alternativas: Los dos primeros días dabas un paseito que te llevaba a un puente que tenían un suelo de… bueno… ¿quién ha dicho que los frikis sean escrupulosos? En cuanto a la otra forma, la de los dos últimos días… veamos… si la ida era divertida la vuelta era espectacular: Después de bajar entre el barro encontrabas un andamio que funcionaba como sustituto de puente , casi como placebo, con unas subidas y bajadas en pendiente que, por suerte, solo estuvieron empapadas por el agua la noche de su pre-apertura. Cuando terminabas con todo ello, como en una aventura de Indiana Jones , te encontrabas de frente con un único pasaje, unas tablas de madera por las que cruzar sobre una zanja abierta con hierros oxidados apuntando hacia arriba. Toda una experiencia que concluía al más puro estilo Dimensión Desconocida, con la salida de la pasarela al único carril de la carretera que habían dejado, así que si creías estar a salvo estabas equivocado.


Y de este puente al otro puente, el Acueducto que la gente se pillaba (o no) y que tampoco hizo mucho por mejorar el número de asistentes (pese a lo cuál, había dos jornadas a la vez… sorprendente) lo que culminaría en turno de «de esto no le puedes echar la culpa ala organización, tenlo presente«. Bueno, suponiendo que el hecho de que uno de los cuatro invitados extranjeros viniera a presentar un cómic (Frankenstein Mosbter) que al final no pudo salir/ no le dio tiempo a Recerca a sacarlo no fuera o fuese contado, que al parecer no lo ha sido.

El mejor amigo del friki (Superman’s Pal Jimmy Olsen)

Pero de todo lo demás sí. Empezando por su esfuerzo en hacer buena la frase «yo voy por la gente» mediante la supresión/desaparición de otras/cualquiera actividades. Las proyecciones proyectadas que no eran de Manga no llegué ni a conocerlas, mesas redondas… hubo una y lo contaría si no me diera risa (eso sí, qué bien mueve Isaac las caderas) en cuanto a «presentaciones»

Una célebre frase de los Marx (Sopa de gansos) decía «El lunes fuimos a casa de Firefly a vigilar, pero él no es taba. El martes nos fuimos al juego de pelota, pero nos engaño: No apareció. El miércoles ÉL fue al juego de pelota, pero le engañamos: NO fuimos. El Jueves fue un engaño doble y ninguno apareció. El viernes llovió todo el día y no hubo juego de pelota así que nos quedamos escuchando la radio.» Pues bien, ese es el resumen de las presentaciones. Un día fue al de Aleta (temprano por la mañana) a al que comparecieron el editor y su café, en la segunda no compareció el café, en la de Norma el editor y la gente (los diez que éramos) esperábamos a que alguien abriera la puerta mientras en megafonía anunciaban la presentación que estaba teniendo lugar, el día de la de Planeta estábamos todos allí. Quizá no veíamos, ni escuchábamos pero estábamos allí.

En realidad la de Norma fue muy divertida, Miralles es un crack, más majo que las pesetas (es lo que tiene ser de Norma) con lo que no hacíamos más que reírnos mientras esperábamos a poder hacer la presentación en la puerta de delante (la de detrás, la barra de bar, habría servido igual, pero no tenían sillas) En cuanto a la de Planeta, la gente de las dos primeras filas se enteró de todo. El resto lo intuimos, pero, eh, poder ver a Pere Olivé despidiéndose de todos nosotros por su próxima jubilación, leyendo los textos de presentación de los cómics que J’aime Rodríguez le pasaba… bueno, siempre hay algo que merece la pena en estos acontecimientos: las personas.

Los de siempre (Forever people)

Los editores, incluso, son majérrimos, desde Vicente García (que soportó con estoicismo los corrillos de gente charlando con el «tranquilo» Rafa Morey, la inquieta Azahara y el indómito David Ramírez) a Xavi Morell [Ahora con «nuevo look» para que no le confundan con EmeA] igual que los autores (vaya, la mayoría) muchos de los cuales acabaron firmando incluso donde (y cuándo) no les tocaba, como JMV. Otros tuvieron más problemas, acabaron vendiendo sus cosas en editoriales que nos les publican: con eso digo todo.

Soportaron todos ellos con estoicidad más que notable los cambios de horarios de firmas o de «listas
de firmadores» y ese cachondeito de las colas que resurge inevitable.

Incluso cuando les tocó entrar en al «catacumba de proyecciones» (que un año más logra oscuridad quitando los fluorescentes, tapando con cartones negros las ventas y poniendo los focos) o lidiar con el «sistema de sonido» (que incluía un Mike haciendo de las suyas) quitándole la voz a Ayuso, matando lo que en la mesa se decía ante lo que por megafonía (con un güanabi de imitador que salió vivo porque estaba escondido) se lanzaba o logrando un acercamiento del aficionado a los profesionales. Porque si querías oírlos o te acercabas o naranjas. Incluso con esto, con todo esto, siguieron sin perder la «compostura». Vaya, incluso el domingo soportaron el Karaoke y «lo de antes» que hizo huir del recinto hacia el frío invernal a más de uno obligado a elegir entre tiritar o cometer una locura sobre el escenario.

[Que no es necesariamente lo que fue después la «entrega de premios»]

Aunque quizá ayudaba que eran pocos. Si bien es cierto que había más editoriales (Glenat, Aleta, Recerca, Dolmen, La Cúpula, Astiberri) que «librerías generalistas«(yo conté tres) o que «otros» como el lugar que ocupaba La Caixa (¿?) o el que tenía Rock & Gol (¿?). Para que luego digan que se trata de vender cómics… con las pocas tiendas que había.

Así que al final era al gente lo que animaba al visitante a permanecer, tras haber paseado por los pocos puestos y admirado exposiciones como la de «sesentonas desnudas» de Rude (comentaría el texto de acompañamiento pero no me ibais a creer) a quedarse un rato más… Aunque solo fuera para poder hacer tiempo antes de volver a encararse con el puente.

AVIV IKIRFÖPXE!!!

8 comentarios en «EXPOFRIKI: EL ORGULLO DEL CUARTO MUNDO»

  1. SI, mi recuerdo de Expofriki, que he comentado en varias partes es la famosa pasarela. Como solo tengo vertigo desde pequeñito…

    De hecho una de las razones por las que me quede a comer en la cafeteria el sabado fue por no cruzarla dos veces mas de lo necesario.

  2. Toda la sesión de la tipa esa intentando sacarle una foto del culazo y las veces que pasaba por delante, nada de nada…
    ¡Me cago en mi ex-larga lista de números atrasados y el tiempo que me hizo perder!

  3. >»maravillas que allí sucedieron. Propias, ajenas y entrelazadas.»

    Menos mal, porque releyendo con calma el post (antes solo mire las fotos y poco mas) me empezaba a preguntar si iba a resultar que de verdad soy Sark en la intimidad…

Responder a Redivivo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.