Film Fan Fuck

Vale, quizá el título no tenga mucho que ver con el contenido, pero sí que tiene gracia. Así que hoy vamos a hacer como los ‘medios serios’ y poner algo diferente en cada lado.

Y es que empezamos esta semana con una de esas broncas habituales. Concretamente con la petición de que se relase otra chorrada, en este caso el Batman de Affleck. Que tiene el mérito añadido de que van a tener que convencer a Affleck, que es el que salió corriendo en dirección contraria cuando se vio la movida, y al que podemos imaginar leyendo el TT de turno.

A dos minutos de mandar un comunicado que probablemente vaya entre Fuck off y Release la raje.

Pero, lo importante es que esto lo hacen porque han tenido éxito (es decir, según cómo lo veas, porque por lo visto esta no es la versión buena-buena-definitiva, pero si algo hemos aprendido de Blade Runner es que esa versión es aspiracional: Los productores aspiran a vender la misma película el mayor número de veces que los fanses piquen) y eso les ha reafirmado para seguir haciendo chorradas. Normalmente al grito de Los Fanses Reclaman.

Lo Fanses Reclaman es una de las tres patas de Esto No Se Sostiene Sin. Por supuesto las otras dos son Hacen Falta Creadores y Alguien Tiene Que Poner La Pasta. En realidad esto lo hacen también los autores con su tiempo, recursos y dedicación y los fanses con… bueno… su pasta… pero vamos a fingir que son los editores los de la frase porque adelantan el pago a sus autores (suponemos) hasta que llegue el dinero de los fanses (imaginamos) y se quedan la diferencia.

En teoría la forma en la que los editores puedan conseguir más dinero es hacer más caso a los fanses, excepto que suele ser al revés. Normalmente darles lo que quieren solo sirve para que quieran cosas nuevas o para que se den cuenta que no lo quieren. Mientras que cuando les ofrecen algo distinto logran que se enfaden y eso facilita las ventas. La línea entre ambas es complicada, que se lo pregunten a Shooter, pero si algo aprendieron en DC es que las decisiones son moderadamente importantes.

Esto es como lo de los Genios. Tú pides un deseo pero eso no significa que vaya a salir bien. ¿Quieres que muera Robin? Concedido, está muerto. Pero no pediste que ADEMÁS no pueda resucitar. ¿Quieres decidir quién gana cuando Lobezno se enfrente a Lobo? Concedido, pero no esperes que no hagamos chistes después. ¿Quieres premios del público? Concedido, pero no esperes que la gente vote. Oq ue proponga candidaturas. O ambas.

De ahí que tengan que recurrir cada vez más a estrategias polarizantes. Si conviertes a los lectores en gente que se mueve por motivos hooliganísticos antes que por un bien o unas creencias es más fácil movilizarles para lo que tú quieres.

No, leer cómics no, COMPRARLOS. Una vez más: Comprar cómics y leerlos son actividades distintas. Y a las editoriales lo que les importa es lo primero. Que lo segundo existe en otro plano incluso para la prensa.

¿Cómo logras movilizar a la gente? Pues convirtiendo lo que debería ser una decisión editorial en el equivalente de una fiesta: Algo que podría parece una buena idea hasta que la gente se pasó con el alcohol y otras substancias. Es decir Lo de DC.

Esta es la última vuelta en estos momentos pero está claro que siguen en las mismas. Hacer que los fanses voten en una competición que lleva una de las obras en el hashtag para hacer algo así como una miniserie que lo mismo no llega ni a los seis números.

Habrá quien piense que esto se hace así para que podamos ver cómo se humilla en directo el trabajo de guionistas y dibujantes, que ven que la gente elige por los personajes en el título antes que por la historia o los dibujos interiores, como mucho algunos nombres y alguna portada. Mientras se elige a un ganador por este método tan democrático que tiene a uno de los candidatos en el hashtag.

Pero lo importante no es que se saque el trabajo demostrándonos que hay un cómic que le ha interesado a mucha gente.

Es que nos enseñan que hay casi una docena que no les han interesado.

O, como nosotros lo llamamos: El actual estado editorial.

Bola de Canon

¿Qué es una teoría fan?

Ya está borracho, pensaréis. Obviamente es un teoría hecha por un fan.

Muy bien, entonces iremos por el otro lado: ¿Cuándo no es una teoría fan una teoría fan?

¿Existe la Teoría Pro? ¿Existe un Canon Fan? ¿Existe, acaso, la posibilidad de que un autor haga Teoría Fan sobre su propia obra? Con lo fácil que era todo antes cuando parecía que el canon estaba mucho más claro. Por ejemplo, en Wildstorm.

Por supuesto podemos empezar a discutir de quién es la culpa de qué cosas. Sobre todo si presuponemos que lo que tiene que hacer un medio es dar noticias.

Pero, claro, ¿qué es realmente un medio? ¿Lo son los youtubers? Cada vez que leemos que un youtuber ‘no es un periodista’, ¿qué tenemos que entender? ¿Que están ahí por el espectáculo, por la propaganda o para el autobombo?

Sí, sí, ya sé, el autobombo es importante. Es lo que diferencia decir que algo es Recomendado o que es Imprescindible. Quizá sea porque lo mueven autores, libreros y gente que escribe entre la que -a veces- hay algún periodista. Pero el uso de las palabras es importante. O lo sería si la gente que habla de crítica la aceptara, claro. Pero esto es como el Nacional del Cómic. A veces se acierta, a veces no.

Y de ahí que luego los youtubers o youmedios o lo que sean más necesitados de casito pasen a darle pábulo a todo tipo de pajas mentales sin importarles que lo que cuentan sea cierto o no. Porque una cosa es que las editoriales digan estar en contra de las fake news y otra que no les venga mal estar siempre ahí con el dale que te pego.

De esto sabía mucho Didio, cuando aprovechando el éxito de El Código DaVinci se sacó un par de ilustraciones que no sé si a alguien le quedaron ganas de hacerle el chequeo de realidad.

Pero los de ahora lo han mejorado. Todo son códigos ocultos, guiños y anuncios del futuro. Porque hemos pasado de una realidad en la que lo que cuenta es el Canon a una en la que lo importante es el QAnon.

El ejemplo creciente de que los conspiranóicos no sólo han logrado que Snopes deje de hablar de cosas razonables como cocodrilos en las alcantarillas, tarántulas en macetas y la llamada venía desde dentro de la casa; también han demostrado que ese ‘yo soy más listo porque me he dado cuenta de que’ y esa adicción a la sorpresa puede aprovecharse para mantener en marcha una máquina que funciona como tornillo sin fin.

Es una pena que no intente aplicarlo a series como Riverdale porque ahí sí que podrías sacarte cualquier idea de la manga y que existan posibilidades de que alguien piense que adelante. Pero, claro, es como las series de DC o como Agentes de SHIELD. Suficiente que sepas que es algo que se emitió en algún momento. Ahora bien, si logras traer a alguien desde las películas pues mucho más fácil. Porque películas hay menos de treinta y una temporada puede ser fácil de diez episodios. Así que tampoco tienes que ver tanto. Puedes, incluso, ignorar el pasado -lo que se ha hecho, las fechas que tuvieron- para crear el tuyo propio.

Si hace unos años hablábamos de que las editoriales de cómic habían creado su propia WikiContinuidad ahora podemos hablar de como esos no-me-llames-medios de youtubers y vendecosas tienen una teoría, y si no te gusta la cambian. Es la WikiRealidad.

¿No es acaso más exacto esto que tanto hablar de Teoría Fan?

Pero estoy dispuesto a llegar a una solución de conciliación entre ambos términos. Porque visto lo visto, con tanto ‘fan’ que te vende durante semanas un cómic y luego se lo lee, puedo llegar a aceptar que usemos para todas estas tonteorías el término:

En Teoría Fan.

(De la Wikipedia)

[Originalmente este posteo iba a haber sido una parodia de lo que más se acerca al ‘periodismo’/’divulgación’ de esta gente: El Chiringuito. Pero me he dado cuenta de que desconozco completamente ese mundillo. Y a mí sí que me da vergüenza hablar de cosas de las que no sé. Por hoy os habéis librado.]

Los eruditos al huevopascua

Yo tenía intención de estar aquí hoy hablando de un libro con ‘geek‘ en el título, pero como ya hemos superado aquella época de cuando Planeta consiguió los derechos de DC. Perdón, quería decir, de hacer leña de las traducciones espantosas me limitaré a recomendároslo. En inglés. Excepto a los que queráis leerlo en español por uno de los dos motivos razonables para ello: 1) No saber inglés. 2) Ser nostálgico de las traducciones de La Factoría.

Así que, en lugar de eso, parece un momento tan bueno como cualquier otro para echar un ojo a lo que la popularización moderada del mundillo – la famosa normalización, la transversalización o como le toque llamarse esta semana- ha hecho con el mismo. Es decir, el actual momento del huevopascuismo. La introducción de referencias apiladas. Porque ya sabemos que lo que se espera no es un trato a los personajes o una historia desarrollada… ¡Son los contenidos extras!

Probablemente porque vivimos en un momento de gran éxito de lo que podríamos llamar la Cultura Popular. Más éxito que comprensión, claro. Porque parece que lo que algunos consideran que es un interés por la misma no se centra tanto en las historias como en la posibilidad de que alguien rellene el listado de todo lo que ha acertado.

Si en tiempo se habló de una falsa erudición que se separaba del auténtico conocimiento del mismo modo que no era lo mismo una enciclopedia que su índice, ahora podríamos decir que no es lo mismo un documental que su página de trivia en el IMDB. Pero por supuesto, existen motivos para todo. Y viene de atrás.

Creo que ya he dicho las suficientes veces que Star Wars fue la película más taquillera -con mucho- de su año, que tuvo muchas candidaturas a los OscarTM y, de hecho, ganó 7 de ellos. No el de Mejor Película, aunque fue candidata. También de El Señor de los Anillos he hablado alguna vez como ejemplo de fenómeno editorial. Pero quizá no puse ejemplos. Ya sabéis, de cómo había funcionado como fenómeno de ventas en, por ejemplo, España:

Entonces… Si estamos hablando de libros super-ventas y de películas que ya ni te cuento, ¿cómo es posible que haya ahora discusiones?

Pues porque esto es solo parte de la historia. Es cierto lo de estos dos tanto como que en 1989/’90 Batman se convirtió en un fenómeno y, a su vez, en la película más vista. Igual que los supes habían tenido popularísimos seriales y series de televisión, que Doctor Who vivió la dalekmanía y que de Star Trek se había hecho hasta una serie de dibujos animados.

Pero todo tiene sus niveles de conocimiento. O un círculo. Y la idea de estar más cerca del centro del círculo de conocimiento es precisamente lo que nos ha llevado aquí. Prácticamente a todo le suena ‘el tipo ese de las orejas, el doctor Spock‘, que es algo así como un círculo superficial en el que está el público general y los periodistas generalistas. Es ese nivel que tantas alegrías nos ha dado hablando de ‘Superman y Batman, los dos grande héroes de Stan Lee‘ y demás. El círculo «Oír campanas«. Sabes que algo existe, puede que incluso hayas leído o conozcas a héroes y personajes. Al fin y al cabo han tenido una enorme exposición mediática, como decíamos antes. Pero ni han dejado poso ni lo pretendían. Sí, les suena Flash porque lo pusieron en la tele en algún momento de los novenas, ¿es que hacía falta saber algo más? Pues no, como hacer falta, no hace. Ningun producto cultural es indispensable más que para hacernos la vida mejor. Vamos, falta hace para escribir sobre ello. Y ya hemos visto que muchas veces ni por esas. Así que, ¿para qué?

El siguiente círculo sería el que recuerda los datos correctos. Lo han visto, saben que existe. Y ya. Porque puedes conocer algo y no pasar de ahí. Ya, ya sé. Hay gente a la que el asunto X le apasiona y le extraña que al resto no le ocurra lo mismo. Inexplicablemente luego no coinciden en los gustos con otra gente y le parece perfectamente normal. ¿Quién entiende nada?

Luego ya llegamos a la parte enjundiosa del asunto. Los que, además, se han preocupado por formarse e informarse. En teoría aquí también entran los periodistas y críticos culturales. Unos llevarán años y otros en un par de horas lo tendrán resuelto. Pero el asunto es que hay un interés y un conocimiento detrás sobre el tema.

Y, a partir de aquí, la juerga. Los fanes ‘de toda la vida’ en sus distintas categorías, desde los que se limitan a ser fanes de algo y a estar al día y seguir al objeto de su fandom a los que pretenden estar ‘en misa y repicando‘.  Que, por algún extraño motivo tienden a interconectarse. Sí, todos podemos acabar siendo el ‘ese fan’ de alguien.

Pero, peor aún, según se entra en el conocimiento se encuentra uno con que hay quien le da más valor al conocimiento de catálogo que al cultural. No importa tanto el contexto y los influjos interiores y exteriores o el desarrollo de los personajes y trama como el poder decir en qué viñeta de qué página aparece un personaje o saber reconocer un vehículo concreto usado en un par de números.

Usemos como ejemplo el Spider-Buggy.

Creo que a estas alturas podemos decir que el factor de reconocimiento de Spider-Man es enorme. Probablemente uno de los superhéroes más conocidos globalmente. Series de televisión, animadas o no, y un montón de películas que no saben contar hasta cuatro. Y tuvo un coche.

La historia del coche es medianamente conocida. Dentro de la historia arácnida se trata de una propuesta de un par de publicistas que acaba dando lugar a ese extraño coche que se convertirá en centro de una buena cantidad de chistes en la serie durante un par de años. Externamente será una suerte de manifestación de al protesta que su guionista, Gerry Conway, hacía ante las presiones editoriales para poder incluir el juguete. Así que…

¿Es un ejemplo de las interferencias de otras narrativas por motivos monetarios en el cómic? ¿O lo importante es la retahila de datos de cómo, cuándo y cuánto aparece?

Por supuesto, lo primero es un asunto abierto al debate y la reflexión -tanto por el tratamiento dado como por la manera en la que se gestiona la posibilidad y la evolución que ha tenido esa separación entre muñecos y narrativa- mientras que lo segundo Son hechos. Oh, sí, puedes discutir si la primera aparición es la primera vez que aparece o que se le menciona y si la última es la última dentro de ese arco o todas las veces que ha ido apareciendo después. En muchos casos ya dentro del espacio para guiós, bromas y cameos.

Pero así pueden entrar en los terrenos del repartecarnetismo, con sus preguntas de trivia y sus jocosas anécdotas.

Por si esto no fuera suficientemente malo, el interés en las obras con base en la cultura popular han ido favoreciendo precisamente eso. Que se vayan apilando y amontonando referentes. Probablemente porque el humor referencial requiere de entrada una persona incluyendo el guiño y otra reconociéndolo – algo que obliga a cuestionar la pervivencia del mismo en tanto en cuanto la influencia/ conocimiento del mismo es un asunto cultural, temporal e incluso geográfico, como demuestran los follones con los numerosos casos en los que la presencia de determinadas figuras muy populares en USA (léase del reparto original del SNL a David Letterman pasando por Don Rickles y muchos muchos más ejemplos que acaban necesitando de un N. del. T. abajo, y eso cuando el traductor no se arma un lío y decide que aunque se esté hablando de Peter Pan y Wendy él está seguro de que hay una película ochentera que le suena mucho) han tenido que ser explicadas para los de fuera. No digamos ya cuando en lugar de por nombre o aspecto se cita un latiguillo o momento concreto.

Algo que, por cierto, tampoco debería de pillarnos de nuevas. Que ya los recopilatorios de tiras cómicas tienden a incluir referencias necesarias que eran contextualmente evidentes y que hoy en día son más oscuras que intentar descubrir con quién me estaba metiendo en un post de hace una década. (Ni creo que lo descubra nunca. *cof*)

Imaginad ahora con un, digamos, recopilatorio de tiras cómicas aparecidos en tebeos de la época y su material derivado.

Pues en esas estamos. Más aún cuando llega el Efecto Big Bang y no tiene una finalidad. No se hace un chiste con el objeto referenciado sino que la simple referencia es el chiste. Esto se nota especialmente cuando podemos usar un X que vaya variando. Si la creación incluye algo del estilo de «Si tiene hasta un X» en el que ese X no aporta información nueva sobre el personaje o no sirve para rematar un chiste porque la referencia en sí es suficiente entonces lo que sea ese X era algo innecesario. Por supuesto idealmente el chiste debería poder sostenerse sin necesidad de conocer ese X precisamente por lo que decíamos antes de que el círculo de conocimiento siempre va a ser concreto y reducido… Pero eso no significa que no pueda funciona a dos niveles. Uno general para los que no conozcan ese X y otro para los que sí.

Probablemente uno de los más populares que se pueda usar para ejemplificar esto sea el archifamoso de «¿Preferirías licra amarilla?«. Para un espectador cualquiera la posibilidad, en el contexto tirando a oscuro y de cuero de la película de Bryan Singer, funcionaba como un chiste en sí. Mientras que para – el muy amplio grupo de- los conocedores del personaje entendían el guiño al traje original del mismo.

Guardar dinero de emergencia dentro de las nalgas de una estatua de Green Lantern… ahm… no.  Ahí tenemos una X que podría ser practicamente cualquier otro superhéroe y una buena cantidad de acompañantes animales sin que influya en la trama o tenga realmente atisbo humorístico alguno. Más allá de «Ha dicho culo«, claro.  Entonces, ¿por qué GL? ¿Es decir, si alguien puede sacar dinero de su culo sin duda debería de ser Nightwi¡QUIERO DECIR! No es una referencia, no aporta nada al desarrollo del personaje y no se hace ningún tipo de humor con ello.

Y por eso se llama Efecto Big Bang.

Por supuesto para los que se conforman con la existencia sin contexto o a los que les gusta señalas esos datos triviales les parecerá bien tener la posibilidad de ambas cosas.

Porque igual que antes siempre había una voz en el cine que según aparecía la Torre Eiffel en pantalla decía un «¡Mira, Paris!» ahora pueden estar igual de felices diciendo «¡Mira, Green Lantern!«.  Dándole igual que nadie haya logrado convertirlo en un chiste efectivo desde Martin Campbell.

Precisamente por eso ahora van abundando las creaciones en las que se acumulan. Porque acumular cosas es fácil y permite desplegar esa sabiduría para que la gente pueda hacer el idiota y disputar quién es el que más y mejor sabe.

A veces, incluso, uniendo el factor Nostalgia. El teacuerdismo que siempre ha estado allí en sus diferentes formas, lo mismo como nostalgia de los cincuenta en los setenta que ahora con la de los ochenta en el audiovisual y los noventa a punto de llegar también desde la brillante reconstrucción que están haciendo los cómics.

Sea por lo uno, lo otro o lo de más allá, el reinado de los huevos de pascua, más allá de contentar a gente fácilmente gratificable por aquello que les hace sentir especiales y acompañados, acabará dando lugar a monstruos. Es decir, además de la película que todos sabemos como pura apoteósis del mismo concepto. -Esperemos que mejor que el libro, pero es que si hablamos del libro la D de Defensa lo mismo se queja-. Y, por supuesto, las quejas de aquellos que hacen una defensa preventiva de este mismo concepto.

Una idea tan nefasta como la del Es mala pero te ríes, que parece concebida solo para poder establecer jerarquías de conocimiento basado en los datos espúreos antes que en el propio conocimiento -y que acaba explicando las wikicontinuidades que estamos viviendo, con brillantes ideas como la de JMS encajando el previo de Sins Past en donde a ellos les parece mejor- porque, además, así pueden negar a los demás ser auténticos fanes. No digamos ya la posibilidad de tomar una parte por el todo y establecer que su área de conocimiento resume el completo de las aficiones, modos y maneras. Y eso sí que no. Si para algo tenemos que servir es para recordar que hay todo tipo de aficionados, con muchos intereses variados, y que ponerse a repartir niveles es ridículo. Porque la asimetría diría que de unas cosas podemos tener mucho conocimiento y de otras -por muy sistemáticamente despreciadas que sean por no meterse en ese grupo de interés- tendremos inevitablemente menos. Pese a la tendencia en centrar en una pequeña parte de toda la posibilidad.

El problema es, por supuesto, que al final les da tanto lo mismo que al final todo es un batiburrillo y, claro, pasa lo que pasa…

¡AH, LOS ’80!

Poseret

Aaaaay… Borriquito como TRVE. (TRV-Ru-Rú)
Solo sabes Marvel U (TRV-Ru-Rú)
O bien sabes DC U. (TRV-Ru-Rú)
¡Hay más que tus U!

Tú eres preguntante
de cien mil maneras
de lo que has querido
cuando has percibido
sexo o juventú’.

Con solo seis temas
tocas mil c…anciones.
Y aún y que te aplaudes
con gran entusiasmo
tus ‘inspiraciones’.

No hay borriquito como el TRVE. (TRV-Ru-Rú)
Con el área en la que es TRVE. (TRV-Ru-Rú)
Borriquito como TRVE. (TRV-Ru-Rú)
¡Déjame ya, o-fú!

Preguntas a chicas
y eres carnetero.
Carné’ a quién tu quieras,
sea de lo que sea,
para el mundo entero.

Sin estar atento
– y no te exagero –
que solo es tu nicho.
Te haces llamar ‘pope’
«pero es de troleo«.

Aah..
Eeh..
Iiiih..
Ooh…
Uuh..

Aaaaay… Borriquito como TRVE. (TRV-Ru-Rú)
Sólo importa lo que tú (TRV-Ru-Rú)
Borriquito como TRVE. (TRV-Ru-Rú)
Gozan más que tú

el TRVUE, el TRVUE, el TRVUE, el TRVUE, el TRVUE

Borriquito como TRVE (TRV-Ru-Rú)
No disfrutan como tú (TRV-Ru-Rú)
¡Con to’ lo que sabes tú! (TRV-Ru-Rú)
¡Lo que sabes tú!
¡Sí, tú! ¡Y tú! ¡Y tú! ¡Y tú! ¡Y tú!

Brevísima historia del fandom

Todo es fandom, todo es fanfic.
Alguien.

 

Parece mentira pero ya ha habido otra de esas discusiones sobre el fandom, cuándo llegó, de dónde sale y ¿qué es eso de que alguien se siente incómodo en él cuando siempre ha sido tan inclusivo y nunca jamás ha tenido broncas y no sé por qué estás riéndote rodando por el suelo? que parece que no aprendemos, de verdad. Quiero decir, no es como si pudiéramos hacer un repaso a broncas porque cualquier cosa, sea dejar algo como está o cambiarlo, va a tener siempre a alguien opinando al respecto.

Eso sería tan ridículo como que la gente se pusiera a discutir la veracidad del canon o las distintas posibilidades. Es decir, ¿realmente alguien sería capaz de discutir sobre dos personajes imaginarios y cuál de ellos ganaría?

Así que he pensado que, en lugar de empezar otro de esos retratos de No me puedo creer que, o reírme porque en realidad Las Dos Grandes no dejan de ser productoras de fanfics. Fanfics especiales porque como tienen el sellito pasan a ser canon. Bueno, y porque a veces lo hacen fanes de verdad que logran aquello de Los locos están dirigiendo el manicomio, vosotros preguntadle a Roy Thomas. Y, a veces, son locos que ni siquiera saben en qué manicomio se encuentran, vosotros preguntadle a Bendis.

Así que vamos a aprovechar para echar una de esas miradas al pasado gracias a la Dimensión Desc… Ah, no, que es un mínimo de conocimientos históricos básicos. Y tengo que firmar que no llegaré a las tres mil palabras. Cómo sois. Pero… ¡SEA!

10) En el año 2017… mira, para lo que queda ya pon 2018. Año 2018. Tenemos RRSS, que cada vez son más. Hay gente que se graba en vídeo y todo. Si el vídeo es horizontal se llaman youtubers -o vimeors, supongo- y si es vertical se les llama instagramers, snapchaters y cosas peores. Si el vídeo es en una dirección y se sube al otro formato entonces SÍ, cosas MUCHO peores. Además de eso está Tumblr, que es como si Fotolog hubiera adquirido consciencia. <Ah, y lo de tuiter y FB y esas cosas, que es un poco como sacar conversaciones en la mesa. Y luego están los restos: Foros, blogs, incluso hay dice que aún queda gente escribiendo en LiveJournal. Suponemos que porque escriben muy lento.  Pero, eso, mogollón de cantidad de posibilidades. Y entonces resulta que ya no existe SubCultural y que el WEE está celebrando su nosecuál aniversario. Quién nos iba a decir que, además de para informarnos -ja- y chafardear -jojojo- esto de las cosas internetera iba a servir también para que los fanes pudieran comunicarse en comunidad y mover así sus propios trabajos. En donde propios quiere decir una mezcla de cosas no vistas antes más versiones de cosas de Lo Pop y Lo Famoso para atraer fanes visitantes. Desde el humor, claro. Claro.

09) Año 2004, se abre este blog. Lo que significa que ya era un medio maduro en el que contar historias adultas. O algo así. Si en los ’80 se tragaron la milonga obviando toda la producción anterior, especialmente la pre-Cómic Code, igual que en el cine lo lograron en los ’70 logrando que la gente no recordara el pre-Code, ¿por qué nosotros no vamos a recordarlo así? No es como si alguien fuera a imponer un código para silenciar internete que tarde años en ser demolido. ¡Jajaja! ¿Por dónde…? Ah, sí, los blogs. No sólo había blogs para que cada persona individual pudiera dar la tabarra sin que el resto le acusara de escribir tochos, es que además se jugaba con secciones de comentarios en los que ocurría un poco como en las Preguntas y Respuestas de siempre. Se creaba una comunidad de gente que se conocía y que sabía que aquello servía más para pelearse que para llegar a algún punto. Excepto que quisieras usar los comentarios de otro blog para lograr visibilidad para tus cosas, claro. Pero todos sabemos que eso no funcionaría. Los blogs tenían tan claro la cosa de la comunidad que algunos incluso se organizaban en blogrings. Es una media de conceptos que viene, por un lado, de las viejas organizaciones de webs sobre un mismo tema que tomaban el relevo de las organizaciones de fanzines sobre un mismo tema. Y, por el otro, de la visión taquiónica de The Human Centipede.

08) Obviamente 1997. No, espera, en 1997 fue cuando se fundó Dreamers [N. del E. : Fue en 1996] y eso está suficientemente establecido como para que no me lo vayan a discutir. [N. del E.: 1996, en serio] Pero en el Año 1999 se fundó ADLO!, lo que demuestra que internete ya estaba suficientemente adult… ¿Qué? Bueno, pues volvemos a lo de Año 1997. [N. del E.: 1996] La creación de un gran foro sin categorías llevó de inmediato a dos reacciones: La amalgama de mensajes de gentes que querían compartir el conocimiento. Y la creación de foros que SÍ estuvieran organizados para poder llevar conversaciones organizadas. En realidad todo acababa siendo lo de siempre, echarme mierda los unos a los otros y asegurar que si la IP era la misma es porque era tu hermano desde tu mismo ordenador. Excepto cuando era tu novia, que por eso tenía la misma IP, porque estaba en tu habitación. En visita sorpresa. Desde Alberta. Quiero decir, Vancouver. Bueno, da igual. Fue una época… ahm… interesante. Por ejemplo, mucha gente descubrió que había mujeres en el fandom. Y mucha gente descubrió que su nick parecía femenino. Una edad de oro de los privados de IRC, como podéis imaginar. No, IRC no era un foro. Bueno, no siempre. Da igual. El caso es que la gente no estaba prestando mucha atención o hubiera notado que muchas de esas mujeres eran… no, no eran Camioneros de Cuenca. No todas. Ni perros. No, claro que no eran agentes del FBI. Los agentes del FBI eran los niños menores que entraban a… O eso me han contado. En realidad había mucha gente con nicks que no indicaban sexo -y parecía difícil eso del género neutral, eh- y otros que parecía que solo entraban a leer y pasaban de meterse en líos. A saber por qué.

07) Año 1987. El Great Renaming de Usenet permitió que el sistema de News acogiera además de un news.comic y un misc.comics un… ¿Cómo que qué son las News? ¿Es que no conocéis ARPANET? Cuando los militares y los académicos decidieron unir… No, eso es StarGate. No, la de Momoa llegó mucho después. En este momento Momoa no estaba ni para protagonizar Los Vigilantes de la Playa: Hawaii. Mira, primero estuvo esto, luego las MLs, luego las broncas por qué ML se había creado primero, luego las broncas porque yo voy y me monto mi propia ML, después las broncas porque los de ESA OTRA ML cómo son y… Mira, da lo mismo. Digamos que hubo vida en internete bastante antes de lo que parece. Entendiendo Lo Que Parece como Sandra Bullock pidiendo Pizza por su Ordenador. Esto es más Whoopie Goldberg chateando por su ordenador, porque ya sabemos que lo que una mujer de color ha hecho antes puede servir para que un blanco haga caja.

06) Vale, pero, ¿y en la vida real? Querido, la vida real es también la que llevas en internete. Así andamos. Pero si te refieres a ¿Y por medios no electrónicos? me alegra poder decir que en los ’90 hubo una amplia cantidad de Librerías Especializadas que iban abriendo. Eran lugares… ahm… ¿cómo os diría yo? Antes de los tiempos de los recopilatorios, los envíos a domicilio y el escaneo si querías leerte un cómic no había forma de hacerlo como en la actualidad: Destripado en las noticias por las mismas editoriales que lo van a imprimir. En su lugar tenías que desplazarte a estos sitios que eran como kioskos pero hacia dentro en lugar de hacia fuera. Por algún motivo que se crearan estos puntos sirvió para que los editores tuvieran más claro cuántos ejemplares tenían que tirar y, por consiguiente, que comenzara una de las más bellas tradiciones del medio. Reclamar la necesidad de recuperar el kiosko. Ya que estamos, también fueron unas décadas en las que la gente, no cansada de encontrarse en esos lugares, también pensaron que podían organizarse en Asociaciones Juveniles, Asociaciones Culturales, Clubes de distintos tipos. En general, lugares en los que poder reproducir los esquemas de las teleseries juveniles pero con un decorado más pop. No puedo demostrar que esto llevara al estreno en 1990 de House of Cards, pero desde luego que alguno salió corriendo más rápido y lejos que Bryan Singer en la viñeta final del Mortadelo. Por supuesto no es un asunto de nostalgia esto. Todos sabemos que a un Singer se le sustituye con un Ratner y, al final, las cosas no cambian tanto.

05) Años ’80, excepto si preguntas a señores más mayores que te dirán que los ’70, los ’60 o cuando ellos eran jóvenes. Esto funciona siempre así. El caso es que en algún momento comenzaron dos fenómenos paralelos (excepto en el caso de Méndez, que era por y para… Da igual) como es la aparición de revistas y de fanzines. En aquel momento los segundos eran como los primeros pero con menos medios. En la actualidad… ahm… Bueno, en aquel momento, decía, surgieron una gran cantidad de los unos y los otros. En realidad es algo periódico. Quiero decir, algo que pasa de tanto en tanto, no algo que se imprime y luego nadie paga por ello. Lo bueno es que las publicaciones solían tener una sección de cartas que era donde estaban las broncas. Salvo que fuera una publicación, claro. Entonces lo llamaban «Cartas de los Lectores» y también era donde estaban las broncas. Lo importante es que entonces había un moderador, una persona responsable de la sección que tenía que ocuparse de seleccionar qué aparecía. Una tarea fundamental apoyada principalmente por saber cómo deslizar «Esta es la opinión de X, nosotros nos limitamos a reproducirla por su interés para el debate, y recordad, no queremos insultos.» Parece que no, pero aún hoy son un gran ejemplo para todos los señores que siguen fingiendo que su espacio es informativo y divulgativo y que llevan a carroñeros porque hay que conocer todos los puntos de vista y no porque sus diarios estén respaldados por el Grupo Mediático Propietario. Por supuesto cuando eran fanzines/revistas también era importantísimo que se pudiera discutir no solo con los lectores y con las locas decisiones de los periodistas, que a ver quiénes se creen ellos que son diciendo esas cosas -sobre todo cuando está claro que les han puesto ahí por culpa de los MALETINES DE DINERO Y EL TREPISMO- y que ojalá que hubiera una plataforma en la que poder denunciarlo en directo y ver cómo ese trepismo sucede en directo y cómo se produce la creación de ideas, el cambio de opiniones y el borrado masivo de… quiero decir, muchas veces las propias publicaciones tenían una línea muy marcada que favorecía bronca con otras de línea contraria. Una historia tan atemporal que no sabréis si estoy hablando de las broncas entre fanz… revistas de cómics, las de videojuegos o las de manga. Lo que sí os puedo asegurar es que la gente que escribía -en el caso de que no fuera el redactor con pseudónimo, claro. Pero eso no se produciría nunca, claro. Sería como tener a alguien para el correo y que se dedicara a contar sus batallitas con pseudónimo usando la excusa de que no hay cartas.- la gente que, digo, escribía, tenía esa sensación de comunidad que tan útil es para que sigan comprando y para asegurarles que esas historias que han estado escribiendo sobre lo de Hulka y la Tigra son por puro interés de expandir el canon. Claro que sí.

04) Las series de televisión de los años ’60 y subsiguientes habían logrado que un montón de gente intentara organizarse a través de reuniones, convenciones y demás movimientos de información. Sería el Año 1970 cuando se estableciera la Golden State Comic Book Convention, que acabaría cambiando de nombre a… No, no, nada de Héroes. Se pasaría a llamar San Diego Comic-Con. Pero no sería la primera, claro. Durante todos los años ’60 habría distintas creaciones, por ejemplo en 1969 estaría la Bubonicon de Nuevo México, en 1968 la británica Comicon, en 1965 los italianos de Lucca montarían la suya, el Salone Internazionale del Comics, -y tardarían aún en compararla como la Comiket porque hasta el ’75 no la montarían los de Tokio, probablemente porque lo que estaba de moda desde 1962 allí era la Nihon SF Taikai, más centrada en la SciFi- aunque, por supuesto, al gente de la SciFi siempre dicen que ellos estaban antes y mejor y blablabla. Nunca se han pensado por qué la gente procura montar otras convenciones antes que continuar expandiendo las suyas. Pero la cosa es que la Lunacon lleva desde 1957, que en 1948 se empezó a montar una en USA Westercon y otra en UK Eastercon, que en Boston tenían la suya, Boskone, desde 1941 , y que aún tiene que escuchar a la Worldcon (1939) y la Philcon, en el Año 1936, llamándolas novatas. Así que, vale, desde los ’60 hay muchas más porque la televisión está para lo que está y siempre es bueno que haya fanes para que salven tu serie, pregúntale a Cagney y Lacey que lo lograron a inicios de los ochenta. Y, de nuevo, las historias de los asistentes a estos eventos parecen de mundos múltiples, como si lo que unos viven no es lo mismo que los otros, quién iba a pensarlo.

03) Por supuesto antes de organizar todo esto estuvieron los boletines. Grupos de aficionados buscando crear una comunidad por correo que funcionaba más o menos, muchos de ellos centrados en la SciFi mientras otros tiraban por el Terror. Porque si puedes crear broncas no existe motivo alguno para no hacerlo. Además, si vas a escribir cosas que consideras que podrían crear polémica es más sencillo si ocurre bajo cuerda y no puedes decir si fue en el Año 1967 ó 1968 en el que Jennifer Guttridge escribió The Ring of Soshern: Quedaba todavía mucho hasta que en 1974 se publicara en un fanzine un fragmento de slash, no te digo ya para que apareciera FanFiction.Net o Wattpad. Lo que sí que está claro es que no es realmente el primero, pero sí es el primer ejemplo de slash del que tenemos constancia documental y documentada.  Es decir, Alejandro y Hephaistion o Aquiles y Patroclo eran, sin duda, otra cosa. Y, oye, si quieres expandir las posibilidades no exploradas de manera canónica tampoco vamos a entrar nosotros a discutir cómo. Total, luego llegan y te borran todo lo que es Universo Expandido. Así que nada, tú dale.  Y, como decimos, antes de esto estuvieron los boletines y los clubes de aficionados y todo aquello. Al fin y al cabo las Amateur Press Asociation que permitían publicar Boletines Propiamente Dichos y, de paso, a autores no-consagrados o que no cobraban por su trabajo -como lo de ahora pero con menos RRSS- aparecieron ya en los Años ’30. Por ejemplo, la Fantasy Amateur Press Association (FAPA) se fundó en el Año 1937. Y, como siempre, había habido otras APAs anteriores, la National Amateur Press Association (NAPA) es de 1876 y la británica BAPA de 1890.

02) Por supuesto los ingleses están convencidos de que esto lo inventaron ellos, pero piensan lo mismo de casi todo excepto del colonialismo. Y suelen mencionar a Sherlock Holmes, bien por su relación con la promoción descarada, participativa y diferenciadora que hicieron en el Tit-Bits (no, no es lo que parece, pero podría serlo), o por las protestas y muestras de aflicción a su muerte en 1893, o por las cartas discutiendo los personajes como si fueran reales desde ya 1902, o por la creación de dos organizaciones en el Año 1934, Los Irregulares de Baker Street en Nueva York y la Sherlock Holmes Society en Londres. Por supuesto no son las únicas producciones relacionadas, en 1941 Rex Stout escribió ¿Era el Doctor Watson una mujer? mientras que en 1911 Ronald Knox satirizaba los estudios bíblicos en Studies in the Literature of Sherlock Holmes.

01) Por supuesto cada uno barrerá para su casa después. Al gin y al cabo nosotros tenemos no ya el ejemplo perfecto de tipo que de tanto leer decide crear su propia realidad meta en El Quijote. Es que, además, el Quijote tuvo su propio fanfic, El Quijote de Avellaneda, que llevó al autor a despotricar contra esas jugarretas. Y eso no es nada comparado con el éxito de El Cid que llevó a obras como Las Mocedades del Cid. Que también podríamos decir que seguía la obra de, Si a la gente le gusta un protagonista tú dale más. Algo que está tan en boga ahora como cuando se creaban historias de Heracles que poco tenían que ver unas con otras y cuya continuidad se contradecía. Pero, claro, los fanes entonces se hacían llamar Academia para poder disimular. Lo que pasa es que luego dices que cuanto mayor y más difundido un libro más posibilidades de que se creen su propia Academia de discusión, sus broncas, sus reuniones de cosplayers y sus centros de culto y si no mira La Biblia y encima te miran mal. Pero es que según vas mirando para atrás ves que muchas historias tiene personajes que se repiten sin que haya un motivo real para que eso ocurra, y con cambios tan importantes como los que se dan entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. De ahí que todas esas historias y sus versiones anteriores de mitos y leyendas acaben teniendo una extraña cantidad de personajes sospechosamente similares. Tanto Lobo, tanto Príncipe Encantador. Y luego dirán que no había slash con esos dos. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que el Lobo y los Siete Cabritillos no es puro furry?

00) Todo lo cuál nos lleva a lo de siempre: Si ha habido toda la vida -todo es fandom, todo es fanfic- y no somos conscientes es o por falta de memoria o por invisibilización. Y si esto pasa con lo nuestro imaginad lo que ocurre con la forma de tratar e invisibilizar a los demás. Así que quizá el asunto es menos si existe ahora un fandom y más…

11) cómo podemos conseguir que el fandom que viene sea más inclusivo, recuerde su pasado, se tome en serio el trabajo de recordar y reivindicar sus investigaciones y creaciones, se habilite huecos para desarrollar trabajos artísticos y, en general, se eviten los errores del pasado. Aunque eso signifique comenzar intentando establecer reglamentos para situaciones complicadas que preferirías fingir que no pueden suceder.

12) Al fin y al cabo no siempre se puede tener todo lo que se quiere, por ejemplo…

XIII) ¿Alguien creyó realmente que podría hacer este -brevísimo- resumen en menos de tres mil palabras?

¡PARDILLOS!

Que por ti no llueve

Es difícil encontrar algo que conmemorar hoy día, supongo que por eso estamos en tiempos en los que las cosas se celebran. Cuanto menos haya que recordar mejor.

Al fin y al cabo celebrar el cumpleaños de algo universal es más sencillo que buscar algo concreto que vaya a causar división. Estoy seguro de que incluso si fuéramos con algunos de los grandes habría alguna queja. Por contra al celebrar abstracciones implantadas con éxito podemos dejar que cada cuál interprete de la mejor manera la leyenda pudiendo centrarse en su visión del asunto antes que en sus hechos.

Por ejemplo, parece razonable que con el centenario de Eisner el pasado 6 de marzo, del TBO ese mismo mes, de Kirby el próximo 28 de agosto, tendríamos alguna posibilidad de conmemorar algo con más tirada que, digamos, a Melville, Bloch o Burguess. Al fin y al cabo es más sencillo hablar de Wonder Woman que explicar como en ese 1917 Ethel Byrne, la madre de Olive -la tercera cocreadora del personaje-, era detenida y encarcelada por divulgar información sobre métodos anticonceptivos, lo que la llevó a una huelga de hambre que fue interrupida mediante su alimentación forzada, la primera vez que en USA se hacía algo así con una mujer. Como decía, los modelos y los iconos.  -Ya habrá tiempo de hablar de La Sirenita.-

Cierto, no tiene nada que ver de manera directa con lo nuestro, pero sí una carga indirecta e ideológica. Aquella que no va a ser celebrada. Sin embargo, y más allá de considerar un error tan comprensible en nuestro entorno actual como reprobable, la reescritura de la historia funciona siempre a medias. Celebrar una franquicia multimillonaria propiedad de uno de los grandes conglomerados mundiales a través de su primera película, candidata a varios premios OscarTM incluido el de Mejor Película, ganadora al final de 7 de ellos, convertida no ya en icono sino en el éxito capitalista de ser la cinta que más recaudó en salas aquel año -algo que, por cierto, podría servir para justificar una celebración alternativa en alguna de las muchas fechas del igualmente popular hombre murciélago- hasta el punto de lograr un especial televisivo y un sin número de expansiones en múltiples formatos, tanto en la parte más cultural como en una auténtica potencia de mercadotecnia; celebrar, digo, el éxito cultural, homogeneizador y capitalista de una obra que caló en todos los estratos parece de una obviedad absoluta y, sin embargo, la confusión entre el sujeto, sus niveles de conocimiento y su culto en años más oscuros ha acabado creando una encantadora leyenda.

Igual que ya sabemos todos que nunca fue fructífera la relación de los superhéroes y el cine,  asistimos a un descuidado olvido de estas características de éxito para centrarnos en lo que de verdad importa: El conocimiento extenso y cuidadoso separa el reflejo superficial icónico de la obra. Saber los nombres de naves y oficiales te coloca en un hueco distinto a decir ¿La de las ensaimadas? o a saber que el éxito fue tal que muchos países probaron suerte a crear sus propios exploits del mismo permitiéndonos disfrutar de Starcrash, Dünyayı Kurtaran Adam, Sette uomini d’oro nello spazio o Battle Beyond the Stars entre otras divertidas creaciones. El conocimiento de unas u otras cosas parece servir fundamentalmente para tres cosas: Disfrutar más profundizando en lo que te gusta, poder montar competiciones de preguntas triviales sobre el tema y decidir cuántos quesitos tiene que poder ganar un Verdadero Fan.

Como repartir quesitos y trazar rayas es una tarea enormemente entretenida para cualquier organización de más de un miembro que se haya acabado creando una cierta narrativa de enfrentamiento es poco menos que inevitable. Al fin y al cabo la misma historia del fandom… pero ya volveremos a ello. La cosa es que al final esa idea que se reflejaba en aquel estúpido decálogo inicial de La Movida Esa y que fue promovido, como todo, por sus posibilidades de sacarle rédito económico -que no creo que haga falta explicarlo más, y que si hace falta sería un lío porque a ver quién recuerda a estas alturas a Ozú o a la gente que estuvo metida en aquel lío- en el que poco menos que se reclamaba una marginalización autoimpuesta por parte de aquellos que tenían a priori una mayor posibilidad de gozar de un privilegio social montándose así quizá no una tribu urbana, puesto que la uniformidad cultural brillaba por su ausencia, pero si un grupito a medio camino entre el ghetto autoimpuesto y el elitismo ostracista, ¡parecían haber logrado crear su propia minoría! Una que gracias a dicho privilegio parecía sencilla de comercializar porque, total, eran chavales de los nuestros aunque un poco paraditos y raros, así que podías meterlo y reírte con… afecto. Sí. Eso.

Total, que mientras unos se dedicaban a construirse una imagen propia resulta que el fandom iba por otro lado. Sorprendidos, ¿verdad? Así que ya ha llegado el momento de hacer un repaso al asunto.

Una de las cosas más divertidas del tema es decidir dónde poner el inicio. Igual que la discusión entre fanfic y exploit -no nos ponemos de acuerdo en cuál de los dos términos es mejor para definir Marvel y DC, como para hacerlo con obras anteriores. Podemos presuponer, claro, que la diferencia está en si la persona que lo hace es aficionado al personaje o solo alguien que quiere sacarse una pasta y le da lo mismo porque ni los conoce. Por ejemplo, Roy Thomas haría fanfic y Bendis haría exploit. Pero en realidad esto viene de antiguo. En Europa el truco estaba en Hércules, en caso de dudas el responsable era Hércules y tirabas para delante. Es algo que luego en el peplum y similares volvería a ser cierto, de modo que al final la iconicidad es esto. También empezaron las secuelas apócrifas y, por si creáis que era original, las precuelas. Por ejemplo, si El Cantar del Cid se convierte en un éxito ahí que estaban ellos para sacar Las mocedades del Cid. Que no significa que sea malo, claro, al fin y al cabo Un cachorro llamado Scooby Doo era un producto bien digno.  Total, que estas cosas toda la vida en la cultura popular. Lo que pasa es que es llegar el Siglo XIX y que, además, se puedan comunicar entre ellos. Que ahí es cuando comienza lo gordo.

Porque entre unas y otras llega el siglo XX así que las cartas entre defensores y detractores, los debates públicos, las broncas en periódicos y revistas dan paso a la siguiente iteración: Que los fanes se pongan de acuerdo en algo. La cosa popular dice -porque para eso lo hacen anglos y barren para casa- que la primera vez que sucedió fue con Sherlock Holmes. Podríamos hablar de todas esas veces que un protagonista había acabado muerto antes pero con trucos tipo Era un semidiós resulta que luego había vuelto a la vida y blablabla. O que habían vuelto a reunir a la banda, que el cachondo de Alejandro Dumas (padre) bien que se montaba un Los 3 Mosqueteros 2 y Los 3 Mosqueteros 3 cada vez que necesitaba pasta (todo el rato) aunque por aquel entonces lo llamaban con nombres distintos estilo James Bond para que no se notara, así que eran Veinte años después y El vizconde de Bragelonne.  (Una nueva muestra de que todo es cíclico es que hayamos salido de allí para acabar en Brangelina) Pero, volviendo al asunto, Holmes supuso un paso más en las escrituras conjuntas.

A finales del S XIX, como decía, comenzaron a aparecer las APAs. Que en este caso concreto corresponden a las Asociaciones de Publicación Amateur. Gente con un interés común que enviaban artículos sobre el tema a una lista de distribución de correo. Solo que en aquel momento el correo era de papel. Podríamos decir que el equivalente es un Boletín de Aficionados a X, pero eso suele llevar a la discusión entre lo que es un Aficionado y lo que es un Profesional y tampoco es cuestión de montar más lío. Como los específicos de fantástico, ciencia ficción y tal fueron creados en los treinta aún podemos volver a Holmes en lugar de hablar de Evan Reed Riale, John Carnell y tal. Total, cuando lleguemos a los años treinta ya tendremos oportunidad de volver a hablar de fanmags, letterzines y fanzines.

Holmes, decíamos, murió en 1893. Su primera muerte, ya sabéis cómo va esto. El caso es que eso no impidió para que ya antes de que terminara el siglo tuviéramos cosas como The Pursuit of the House-Boat, que es una de esas producciones fan que decíamos antes,   hasta el punto de que lo que entonces se podría haber considerado fanfics ellos lo llamaban pastiche. Por supuesto la evolución de las palabras llevó a un punto bastante razonable en la que lo segundo pasó a aplicarse solo a los que se publicaban con intención de ganar dinero; los exploit, vaya. (Lo importante, de nuevo, es la intencionalidad. Si hubiera que medir por los que realmente ganan dinero publicando entonces habría incluso más fanfics). Pero como aquí lo importante es lo importante -y ya hemos visto que haber hubo un poco de todo antes- lo más importante que sucedió con Holmes fue que para 1911 se publicó un artículo paródico llamado Studies in the Literature of Sherlock Holmes, a ver, cada cuál hace la parodia con lo que quiere. Y, además, aquí Holmes no era el sujeto de la parodia, era el medio. Su autor, Ronald Knox, se estaba burlando del New Criticism alemán de La Biblia, y lo que consiguió fue un artículo que circuló entre los fanes de Holmes animándoles a considerar las obras de Doyle como Canon en contraposición a los pastiches. Luego ya podemos hablar de organizaciones como Los Irregulares de Baker Street en Nueva York y la Sherlock Holmes Society de Londres, ambas fundadas en 1934. Asociaciones que parten, entre otras cosas, de considerar como reales esas historias permitiendo juego meta e inclusionismo. Igual que para 1941 ya había gente especulando con si entre Holmes y Watson había algo. -Aunque, claro, lo hacían diciendo que Watson era mujer, como si tuviera algo que ver para el slash-.

Por supuesto a más publicaciones y mayor facilidad para comunicarse más posibilidad de que el fandom hiciera piña. Precisamente por eso fueron importantes que se empezaran a realizar las Philcon en 1936 y luego en 1939 la World Science Fiction Convention. Puntos de encuentro e intercambio entre los fanes que podían, de paso, llevar sus publicaciones e intercambiárselas. Y decimos la ciencia ficción, que llevaba desde la aparición de revistas especializadas en los años ’20 permitiendo secciones de cartas e intercambio de direcciones para los fans (en teoría iniciadas en 1926 por Amazing Stories) que acabaría dando lugar a fanzines como The Comet en 1930. Pero que en un principio hubiera mucho movimiento de estos aficionados en torno a la Ciencia Ficción no significa ni de lejos que fuera el único.

La aparición y popularización de tiras de prensa primero y cómics book después hizo que también entre los cómics. Tardarían un poco más en organizarse -antes llegarían los fanes del horror, por ejemplo- pero llegarían también. Así, por ejemplo, Batman tendría uno de los primeros fanzines comiqueros (¿veis? poniendo Uno de los primeros te ahorras tener que establecer uno como primero)  llamado Batmanía y comenzado en 1964, un par de años antes de la serie. De hecho el propio Julius Schwartz comentaba su existencia en las páginas del tebeo.  Claro que no fue ni el primero ni el único superhéroe en tener un fanzine sobre su figura:

Aunque, claro, ahí ya estábamos a finales de los setenta. En cualquier caso, el cómic estaba y ha estado ahí incluso antes de Live Journal. En los inicios de las Listas de Correos primero, después en los Foros. En fin, en todos esos sitios en los que se podía escribir bien creando nuevas historias o discutiendo las existentes.

La popularización del fandom gracias también a la televisión -que el fanmail no se escribe solo- y su evolución Star Trek mediante (también aunque no solo, vale) con la popularización de términos como Slash nos lleva a considerar la posibilidad de mirar bajo otro prisma incluso trabajo previo. Que eso de un tipo considerando la posibilidad de que dos personajes ficticios mantengan una relación homosexual es el tipo de cosas que hacía Wertham.

Mientras tanto en 1973 Paula Smith escribía un relato en su fanzine sobre Star Trek en el que crearía el término Mary Sue. Sí, una mujer. Ella y su amiga Sharon Ferraro fueron las creadoras y editoras del fanzine Menagerie, además de muy activas en temas de fandom. Por eso decía arriba que no se puede borrar al resto de fanes para meter a los que quieres que te representen.  Algo que se pudo ver en cuanto el término pasó a usarse para referirse despectivamente a cualquier historia protagonizada por una mujer independientemente de las atribuciones de auto-inserción, egocentrismo y perfectismo del mismo.

Del mismo modo que los fan studies fueron lanzados también por mujeres: Joanna Russ, Patricia Frazier Lamb, Diane Veith o Camille Bacon-Smith escribieron sobre el asunto mucho antes de que alguien decidiera que el que lo había si no creado al menos sí popularizado era Henry Jenkins.

Y todo esto antes incluso de que se hubiera abierto Tumblr.

Así que si queréis celebrar cualquier cosa, vosotros veréis. Al fin y al cabo se puede celebrar algo sin fingir que se es uno de esos grupos que han sido perseguidos por la sociedad entera mediante la creación de leyes discriminatorias y la presión asociada de las fuerzas del orden. Pero sed conscientes de que hay una historia detrás, una diversidad detrás, toda una serie de aportaciones y creaciones, de movimientos para mantener el interés a lo largo de etapas distintas, de -en fin- todo aquello que significa que un montón de gente en una enorme extensión geográfica ha encontrado un interés común y ha decidido estudiarla, extenderla o difundirla, dedicarle su tiempo -y sí, pelearse- formando algo nuevo.

Y al final más importante que la de la casita del árbol debiera ser, si tan empeñados estamos en celebrar algo, la existencia de una ya antigua comunidad.