De homenajes y viejos conocidos

Debo reconocer que incluso yo cometo errores de vez en cuando. Y durante muchos años me he dedicado a renegar de la obra de Donnie Cates. Es verdad que debe ser difícil abrazar los senderos de los noventa siendo guionista, porque como todos sabemos, los noventa siempre fueran el territorio especial de los dibujantes, los entintadores, los coloristas,… Los guiones estaban en un segundo plano que se podía modificar o retorcer para cumplir con las exigencias del arte gráfico. Por esto imagino que Cates habrá tenido una carrera complicada intentando reclamar lo más notorio de aquella época mágica sin la capacidad de ilustrar sus obras, dependiendo de la volatilidad de un gran número de artistas que han ido sirviendo a sus ideas, a veces con mayor despliegue de GENIALIDAD! que otras.

Y aunque no soy demasiado aficionado a la mayor parte de su trabajo en Marvel, sí que tenía muchísima curiosidad por Crossover, su obra para Image Comics que prometía reunir ese espíritu noventero sin tener que plegarse a los designios de un editor jefe entrometido. Al fin y al cabo, no hay nada más noventero que largarte de Marvel a hacer los tebeos que realmente quieres hacer.

Y debo decir que aquí hay una madurez que no me esperaba. Un noventerismo que está más cerca del clasicismo de obras como Marvels y Kingdom Come, que se enfrentan a la explosión superheróica desde el punto de vista de personas normales y corrientes sin superpoderes que al despliegue de alienígenas hipertrofiados y escaladas de poder al que nos tenía acostumbrados Donnie. Porque supongo que guardarte tus mejores ideas para la editorial alternativa y no para Marvel también es una cosa muy GENIAL!

Por supuesto, la obra a la que más recuerda Crossover es a Superman: Identidad Secreta, el cómic de Kurt Busiek y Stuart Immonen en el que, igual que aquí, las historias de los tebeos se convierten en realidad. Y es que Cates no renuncia del todo tampoco a hacer de Superman uno de los ejes de su historia. Lo cual, es, por supuesto, mucho más habitual y noventero de lo que cabría esperar.

Hay otras referencias inevitables. En ocasiones esta prospección sobre el mito del cómic convertido en realidad puede recordar a Planetary, la obra que el asqueroso de Warren Ellis y el no asqueroso que sepamos John Cassaday firmaron para Wildstorm a finales del siglo pasado. Y Cates y Shaw no renuncian a meter referencias a personajes del universo Image, por supuesto, algo sobre lo que no se les puede más que aplaudir.

Sin embargo, creo que el momento que más me ha emocionado de Crossover, el momento en el que me he reconciliado con ese Donnie Cates fan de la primera mitad de la década GENIAL!, es este recorrido a la prisión para personajes de cómic del segundo número de Crossover…

…que inevitablemente nos recuerda a un panel muy conocido.

Y aquí no cabe dudas de que hay intención, de que se trata, más que un homenaje, una referencia. Por primera vez en la carrera de Cates siento que ha encontrado la tecla para dar conmigo. Este es, sí que lo puedo decir, un tebeo con todo lo bueno de esa etapa del cómic americano que tanto nos gusta a ambos, de modo que aquí queda una recomendación sin ironía. Dadle fuerte.

Cómo conocí a Donny Cates

Esto del hype es puñetero. Ya te pueden llover loas de mil sitios diciendo lo mucho que mola el Inmortal Hulk con Al Ewing, que uno piensa que como todos repiten lo mismo que las notas de prensa de la editorial, que qué van a decir…hasta que un día tonto caes en la cuenta de que ese tipo es el mismo que hizo Loki Agente de Asgard, otra serie que en cuanto se rehagan los calendarios audiovisuales y a poco que Loki tenga un par de trending topics, Panini nos lo tiene que meter en algún formato de esos de ahora para tenerlo de un tirón. Y piensas que ey, igual tenían razón.

Con Veneno me pasaba lo mismo ¡pero a ver, que es Veneno! no me digas que el Cates ese es ahora lo más por esto. Que vale que vayan a promocionar un crossover grandote con Matanza, pero que para el nostálgico noventero cosas así se venden solas, no me intentes convencer de que además va a estar bien. Además, entrando ya en el terreno personal, del Al Ewing me puedo fíar, ya que como norma me inspira confianza cualquier escritor que parezca directamente un secundario de la librería de Secret Origins (o cómo hayan titulado aquí la peli).

El fondo difuminado de librería o convención, imprescindible para ganar status

En cambio, el Donny Cates (derecha), con esa pinta…¿quién va a creerse que es lo bastante friki para escribir un tebeo de Marvel? amos, anda.

Preséntate a Eurovision, o peínate como una persona, o…pero tebeos no.

Y así seguí yo mi camino. Hasta que un día se me cruzó en el mismo una portada. A ver, también estaba desencantado en general con las portadas de pose supuestamente molona pero genérica y que no sugieren nada del contenido, así que imaginad mi alborozo al ver esto:

¡GALACTUS CON PISTOLÓN, CARTUCHERA, COSAS EN EL CINTURÓN Y EMBOZADO EN UN TRAPO! admito que con eso al principio ni me fijé en el motorista llameante con la cadena al rojo de abajo, así de impactante me pareció ¡MANCHURRONES CINÉTICOS, NO SALEN PIES! No sé qué es, pero toma mi dinero. Y resulta que era algo de Cates, un episodio de su saga para Thanos titulada THANOS WNS. O como la han titulado en el tomo aquí…

THANOS VEICE.

Sin entrar en destripes, el concepto es descacharrante, de esos que sólo los giros temporales y los futuros alternativos permiten hoy en día. Demostrando que se puede ser respetuoso y al mismo tiempo irreverente con los conceptos establecidos. Una historia para lectores de ahora pero manteniendo a los de siempre. Con ideas y personajes arraigados pero dándoles una vuelta moderna, más secos, más duros, más malhablados, diciendo mucho cosas como $%&#@ o &@$%#, esos tacos impensables otrora en nuestros inmaculados héroes. Pero la modernidad ha venido para quedarse, con sus personajes, con sus ideas, con sus palabrotas. Podemos no estar habituados y ser algo que no nos guste demasiado, pero es algo que tenemos que asumir, al menos las difuminan con esos Alt y Alt gr. Eso sí, Panini, una cosa te pido:

Un poco de consistencia, c*jones.

Cebulsquito y su voraz apetito

Nada más coger el cargo de Editor en Jefe de Marvel, a C.B. Cebulski le dejaron bien claro cuales debían ser sus prioridades: no interferir con lo que de verdad da dinero, que son las películas y el merchandasing, desarrollar algún que otro concepto nuevo por si sale peliculeable y ya, de paso, vender lo más que pueda, que a Disney eso siempre le gusta. Y en vista de que este año la editorial cumple los 80 años de historia, se lo ha tomado a pecho.

Volver a cifras millonarias de ventas para un tebeo (ey, es de lo poco que nos falta en este revival noventero de eventos, portadas múltiples y demás). Y en vista de esto, este Verano ha sido apabullante en cuanto a salidas. Hemos tenido el número 1000 de Marvel Comics (¿los tienes todos o te faltan 998?), ese en cuya elaboración se han quemado todos los cartuchos de la agenda de Tom Brevoort.

Había otras portadas, pero nos gusta esta

Ochenta equipos creativos diferentes para ochenta páginas (en las que, por cierto, a ROB! le asignaron el año 1991, como ya anticipamos por aquí que harían si tenían dos dedos de frente), un tour de force editorial que bien por lo especial del fasto podría tener la recompensa de las siete cifras.

Pero en Marvel, como en DisneyLand, cada día debe ser especial y magnífico, razón por la cual también han aprovechado el Verano para darle a Jonathan Hickman los aparejos para devolver al Universo Mutante a tiempos pretéritos de gloria. Con dos títulos de entrada, como estaba siendo norma. Dando aquello que se quiere y ama. Con diagrama. Al Yona nadie le hace la cama. Con diagrama. Elfos, mutantes y Krakoa, quien no le guste que se jo*. Otro firme candidato a romper el techo de cristal del mercado.

Otro producto destinado a atraer a las masas y contentar al marvelita es la miniserie con la que Mark Waid y Javier Rodríguez cuentan la Historia del Universo Marvel. Tanto este producto como el anterior contarán en nuestro país con una edición alternativa especial con misma portada y mejor gramaje. La ocasión lo merece ¿será este título el agraciado?

Las demás editoriales se suman también a la fiesta en el río revuelto. En Image, además de un número muy especial en una serie muy popular (no lo desvelo por si alguién de los que siguen los recopilatorios o las series de televisión no lo sabe todavía), Todd McFarlane se apunta el tanto de igualar a Cerebus como serie propiedad de su creador con 300 números a la espalda (de los cuales los primeros 40 pueden encontrarse en castellano en infinidad de formatos recopilatorios, pero el último centenar lo llevan a un ritmo muy relajado).

Y si hay algo más bonito que igualar un récord es superarlo, de forma que también hemos asistido a la aparición del número 301 del Engendro. Haciendo Historia.

Con portada de McFarlane, que siempre es un lujo.

La Distinguida Competencia recurre a sus dos pesos pesados en un título que regurgita conceptos pendientes de la epopeya de «El Snyder que se Ríe» (no preguntes de qué o quién, lector).

Y tambien…ah, no, al final esto no.

Desde luego, Verano ya no es sinónimo de monotonía en el mercado de los tebeos. Cosas de autónomos. De manera que con todos estos candidatos dentro de la coctelera, y sin cifras todavía en la mano, se ha avanzado ya que el tebeo más solicitado del mercado americano en el mes de Agosto ha sido…

…este.

Un hito más en la progresión de Donny Cates manejando secundarios. Una muesca a añadir a haber incorporado al continuo a un Frank Castle que en un futuro alternativo es un Heraldo de Galactus que viaja en moto. Dicen por tantos sitios que lo aclaman que terminarán haciéndolo verdad.

Veremos hasta dónde ha llegado cuando den las cifras, pero entre tanto recordAdlo!: Revival noventero.

Puedes sentirte contento, Cebulski. Con suerte, a lo mejor Disney hasta se plantea sacar película del personaje.