Tócala otra vez, Frank

Durante el último Expofriki He Roscón no desaproveché la oportunidad que me brindó el poder charlar con Frank Miller(*) pare felicitarle por estar en plena forma creativa mientras nos fotografiabamos juntos(**)

(*) Sí, «hacerle una pregunta durante su charla» cuenta como «charlar con«

(**) Sí, «sacarse un selfie en el que al fondo se vé a Miller saliendo del escenario» cuenta como «fotografiarse juntos«

Y es que de Miller asombra no sólo las cotas de magificencia que ha alcanzado, igualadas por pocos (y sólo superadas por ROB!), sino el hecho de que tras tantos años no muestre ni un ápice de ese agotamiento creativo que se ha llevado por delante a tantos de sus coetaneos. No hay más que fijarse en su recientemente finalizado Caballero Oscuro: la Carrera de los Masters y en cómo es tratado el personaje de la Comisaria Ellen Yindel. Si en aquell brillante pero inevitablemente primerizo El Regreso del Caballero Oscuro era una simplona y plana secundaria, aburridamente profesional y eficiente…

…en La Carrera de los Masters Miller retrata, en apenas un par de magistrales pinceladas, un personaje complejo y lleno de matices.

Sin por ello dejar de ser una mujer independiente y empoderada perfectamente reconocible.

Pero no sólo de pajillerismo futanari irónica revisitación de los cánones tradicionales del arte erótico nipón vive nuestro querido FRANK! Porque no es El Caballero Oscuro la úncia saga surgida de su pluma de la que podemos disfrutar nuevas entregas estos días.

Como ya habreis imaginado me estoy refiriendo a…

300: Episodio I

Si podemos considerar plenamente y Sin Complejos™ su Caballero Oscuro: la Carrera de los Masters como una obra maestra qué decir de 300:EI. Que se nota que estamos ante un Miller libre de las encorsetantes imposiciones de trabajar bajo el yugo de la DC. Un autor plenamente realizado que se lanza a la apasionante labor de crear tanto con la palabra como con la pluma de una manera completa y absolutamente libre sin nadie que le tosa mirándo por encima de su hombro.

Y se nota.

Vaya si se nota.

La cantidad de niveles de lectura de 300:EI daría para una colección de ensayos que lo analizaran desde las más distintas perspectivas. Desde su narrativa a su virtusosismo verbal pasando por el enrevesado tapiz histórico que logra describir de manera tan engañosamente simple. Permitidme como indulgencia que me centre en una que es mi debilidad personal.

Y es que siempre he sido un gran aficionado al metalenguaje, a esos detalles aparentemente nimios que una vez decodificados se revelan como acerados comentarios que el autor hace directamente al lector.

Y en 300:EI nuestro idolatrado FRANK! no ha podido evitar dejarnos patentemente claro con qué parte de su anatomía ha escrito y dibujado toda la obra.

Y sé que no voy a sorprender a nadie si revelo que ha sido con la punta de…

…todo su genio y su talento.

AVÏV K’NÄRF!

AVÏV RÊLLÏM!

 

3 comentarios en «Tócala otra vez, Frank»

  1. Miller es como ese familiar viejo e ido de la olla que te da vergüenza llevar a la cena de Nochebuena porque te la lía a la mínima con comentarios inapropiados.

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