¡Go, Nagai, Go!

Lo que tienen los titulares es que tienen mucha mala idea. Por ejemplo, uno va  mirando por ahí y se encuentra de improviso con:

Y más allá de pensar «Ya está otra vez Go Nagai barriendo para casa» se le puede llegar a ocurrir que lo dice en serio.

Vale, lo de Mazinguer lo hizo para ayudar a los niños y lo de Devilman para ayudar a los psiquiatras. Pero es que es uno de los casos más claros de autor que contiene multitudes. Luego todas esas multitudes tienden a ser en realidad tres versiones diferentes de sus cómics y una cuarta que es Lo que diga el mercado, pero multitudes en cualquier caso.

En Mazinguer los niñis aprendían cosas muy importantes. Aprendían, por ejemplo que hay personas que no tienen un género concreto interior o exterior.

O que el cortejo tiene muchas formas inesperadas:

Tanto da.

Gō Nagai siempre ha sido, por encima de otra cosa, un destajista de tal calibre que a veces es difícil distinguir includo de qué obra ha salido cada cosa.

Y mira que hay artículos y wikis tratando de echar una mano, pero cuando uno lleva firmando obras propias desde 1967 y mala es la década que no hace al menos 40 títulos de distintas longitudes lo más fácil es perder la cuenta. Le pasa a Ibáñez no le va a pasar a él.

Por supuesto esto podría pasar a ser uno de esos eternos artículos de ir nombrando títulos así como a locas y diciendo cosas de ellos. En plan repaso histórico comenzando desde la primera.

Pero estoy muy liado y no sé japonés -ya, como si eso hubiera parado antes a un escritorista- así que habrá que limitarse a solo algunas historias. Como la de Harenchi Gakuen, que lo mismo te la usan para comenzar la Weekly Shonen Jump que se la obligan a recuperar varias veces pese a que en su primer cierre decide que la forma de darle un final más redondo es matar a todo el mundo. La historia comienza siendo de humor estudiantil para ir incluyendo más momentos Porky’s hasta acabar siendo la versión ero-guro de Pajares y Esteso. Y luego un poco más. O podemos explicar la evolución en viñetas:

Total, que como veis la rutina de costumbre. En cualquier caso la idea de que sexo = ventas iba a quedarse ya por ahí dando vueltas. Según Nagai para demostrar que la sociedad era timorata y hacía falta ser rupturista o algo así. Aparentemente ser un rupturista se basa sobre todo a sacar a mujeres sometidas, así que entiendo que el rupturismo sigue con buena salud. También iba de la guerra porque en caso de duda las cosas van de la guerra. Si no cambia de opinión, claro.

Total, que mientras estaba con estas idas y venidas creó Devilman. Bueno, en realidad no. Porque otra de las características de Nagai es su facilidad para comprender que las posibilidades argumentales están limitadas mientras que la mezcla de conceptos ya creados pueden moverse hacia la recombinación y alineación que causa nuevas oportunidades.

Vamos, que tendía a repetir lo mismo una y otra vez cambiando algún detallito para seguir vendiendo. Luego que si no ha influido al cómic occidental.

El caso es que antes de llegar a Devilman creó Demon Lord Dante que va de más o menos lo mismo: Un chaval es conducido psíquicamente por Judas Iscariote al Himalaya para liberarle de su captura meintras unos satanistas intentan resucitarle con sacrificios humanos. Esto no es ni la mitad del primer tomo, claro. Luego la historia se vuelve más confusa pero os podéis quedar con que se convierte en un demonio comandado como su consciencia humana o algo así. Una imagen quizá lo explique mejor.

En teoría todo esto venía de la influencia que una versión de la Divina Comedia con ilustraciones de Doré le produjo de pequeño. Para que luego digan. El caso es que dejó esto medio tirado porque tenía otras ideas, como volver a contar una historia con demonios en Devilman. Por supuesto el éxito de esta última fue tanto que acabó demostrando su gusto por ella como solía hacer: Matando a todo el mundo. Pero ya volveremos a ello.

Lo siguiente que toca es su idea de lo que es una Magical Girl. Es decir, Cutie Honey.

Inesperadamente no trata de una superheroina que cuanto más se destroza su traje menos poderes tiene. Eso son cosas occidentales. Aquí tenemos a una muchacha que según el día toca que sea una androide o una extraterrestre o alguna cosa así. Que luego dicen de los reboot de DC pero estos tela también.

En cualquier caso, siguiendo el  camino marcado aquí también hay escenas en la que quizá algún desaprensivo crea detectar algún tipo de componente sexual. Probablemente debido a su propia mente enferma.

Porque lo único que Nagai buscaba con esta serie era ofrecer un buen rato y algunos acercamientos diferentes al género.

No, yo tampoco sé a qué género. En cualquier caso cuando empezó a ver que no tenía claro cómo continuar decidió tomar una decisión creativa arriesgada: Mató a todo el mundo. Luego ya buscó la manera de que hubiera alguna otra acción y blablabla porque una cosa es matar a la mayor parte del reparto y otra muy distinta que no pueda ser recuperada. Sobre todo cuando es como esta, que si no están haciendo un nuevo manga es una serie de animación o una película de acción real.

Además con esta aprendió que el truco es decir que está llena de mujeres fuertes en puestos principales y así ya da un poco lo mismo cómo las saque. Que parece una tontería pero le vino superbien cuando decidió hacer la parodia Kekko Kamen.

Pero de esta no os voy a explicar nada. Os pongo el trailer de la última película y arreglado.

 

El mismo mes que lanzó Cutie Honey crearía Mazinger Z. Yo que sé, no se pueden dejar nichos sin atender. Y como aquí estamos para el reciclaje decidió aprovechar para crear una historia de roboces pero, ya que estamos, que lo comandara un hombre en su cabeza. Es decir:

Yo qué sé, si quieres producir cuatro obras mínimo por año es esto o Franquin. Pero lo importante es que logró ser un éxito hasta el punto de lograr una estatua en España. Y ya sabemos que cuando a alguien le ponen una estatua es muy difícil lograr luego que la retiren.

Una vez explicadas estas obras ya está bastante contado de Nagai porque el resto viene a ser buscar cuales son las variaciones. Vale, de vez en cuanto le tocaba crear una serie más infantil como Neko no Ko Love-chan

o Pansy-chan

pero eso eran cosas de los años sesenta. En cuanto tiene la oportunidad se desata como demuestra la obra justo anterior a Cutie Honey y Mazinguer Z: Dororon Enma-kun.

Una obra de aspecto infantil y amable

que…

que…

Bueno, eso. Una obra infantil y amable. Yo qué sé. Son sus tradiciones.

El caso es que en 1989 sacarían a Nagai en un cameo en El Vengador Tóxico II.

Y quedaría claro que ya para entonces le habían tomado la matrícula.

En fin. El asunto es que Nagai tenía muchos proyectos secundarios, obras sesenteras como Abashiri Ikka, que tuvo que cerrar en los setenta cuando empezó a acumular superéxitos. Aunque aquí tampoco es que se cortara en lo grotesto, incluso aunque fuera con un tono algo más ligero.

Pero si había que crear series diversas ahí estaba,

Eh, he dicho diversas, no que no estuviera estereotipado.

Y si había que aprovechar el éxito de los roboces ahí estaba él. Que lo mismo le daba Koutetsu Jeeg y su integración de roboces y demonios y caballos y lo que se pusiera a tiro

que montaba su propio Kamen Rider con la serie de Battle Hawk,

o tenía una bronca de mil pares de… demonios, claro… con la Toei a cuenta de Gaiking Legend of Daiku-Maryu en una historia de lo más entretenida pero que como suficiente espacio llevo ya ocupado os contaré ya si eso otro día.

Que se marcaba un Choman

O un Cho-Soho UFO.

Y si se descuidaban ya directamente te colaba una historia llamada Kamasutra porque no estamos nosotros para disimular.

Adaptada a la animación con similar discrección.

Aunque, claro, aquí cualquier cosa que les dejes a mano para adaptar va a acabar por el estilo..

Y es que Nagai lo mismo te escribía Schumann-fujin to Brahms: Ai no Concerto sobre la relación no consumada de Schumann y Brahms que se soltaba con una obra para el Playboy japones como Iya~n HANNY. Polifacético.

Algo que llevaría hasta la actualidad, claro, que para algo estamos ya en los dosmiles aunque a alguno le pese:

No, no me suena de nada. Pero me han entrado ganas de regresar a Devilman.

Que, por supuesto, era una serie llevada por el buen gusto habitual de Nagai.

En la que, para variar, moría todo el mundo. (Metáfora de la guerra y blablabla) Y donde quedaba un hueco para las cosas que a él le interesaban.

Total, que decidió volver a ella más o menos unos años después porque este funciona así. Y se encontró que como ya había un final pues que mejor crear una obra completamente nueva. *cof*

Una llamada

en la que, por supuesto, a la que hubo oportunidad se fijó como una suerte de futuro post-apocalíptico para todas sus historias. Como Tierra X pero sin poder aprovecharlo tanto para macroeventos.

Total, que cada vez que podía metían una referencia, a ser posible algún personaje de otra obra anterior de Nagai. Algo así como el Nagai-verso pero en su obra más desagraable y malrollera. ¿Que cómo de excesiva era? Pues como para que los editores le tuvieran que pedir que se cortara poco menos que por vez primera en su carrera.

La gente, que ya sabéis cómo se pone por cualquier cosa.

Así que más allá de estas apariciones -para matarles luego- o de la trama desarrollada que recuperaba el final de Devilman (o no, según el día que tenga el que ha decidido si era un guió o era realmente una continuación) con la idea de explicar cómo seguían las cosas -mal- y lo que pasaba luego -todos morían- de manera que se respondieran las preguntas pendientes de a saber quién.

Posiblemente: ¿Cómo podemos sacar más pasta de lo que tenemos?

En cualquier caso, y como decía al principio, por suerte Nagai es mucho más que eso. Es, además, el creador -uno de ellos- de la serie de marionetas X Bomber o Ekkusu Bonbā o como los ingleses -que siempre están para apreciar estas cosas- la llamaron Star Fleet.

 

Pero, como de costumbre, mi intención es rematar el posteo con una demostración de que este autor tenía unas referencias occidentales claras. No hay que ver el Pro Wrestling Star Aztekaizer.

 

Que ofrece dos posibilidades. O bien tiene algunas influencias…

o bien los taquiones son más poderosos de lo que uno podría llegar a pensar.
Lo que está claro es lo que tenemos que decir nosotros:

AVIV! IAGAN! AVIV!

6 comentarios en «¡Go, Nagai, Go!»

  1. Tiene jracia esto de fiscalizar lo ficción porqué luego, claro, nunca queda tiempo para pensar en la realidad, en los chinos esclavizados haciendo cacharros high tech sin parar o los africanos escavando coltán 24/7. Tenemos principios y eso, pero en general mejor no meterse con lo real y mejor tocar los cojones con la ficción. Esa ficción tan importante. La realidad nunca ha importado, supongo. También, supongo, que después de tocar tanto los huevos con los temas de igualdad de género y raza, lo mejor es no hacer nada en este blog. Porqué total, como una mujer o un negro/asiático/whatever va a poder escribir chances sobre ficción.

      1. Es que, a ver, ya sabemos que uno tiene que elegir. Imagina que se pudieran hacer todas las cosas a la vez. ¡El caos! Lo que no sé es cómo no hemos dedicado ya una entrada al Coltán en un blog sobre cómics. Debemos estar haciéndonos mayores. Y mira que el Coltán sale en cosas. Tuvo una aparición en Amazin Spider-Man, en la JLA y, por lo visto, también en H&S. Por eso los columnista de extremo-centro los evitan.

  2. Oh vamos vamos, si el Nagai fuera un vicioso como decís la serie de Getter Robot habría sido durante años una cosa ligerita con roboces y dinosaurios hasta el crossover con Devilman en el que se ponen todos a fo… Ahm… Estooo… ¡No hablais NUNCA de los problemas reales! ¡Sheim on yu, ADLO, sheim on yu!

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