En el lejano futuro del año 40.000 sólo hay guerra…
Una que dura ya décadas desde aquel lejano 1987 en que Rick Priestley publicó el mítico Rogue Trader. El primer manual del Warhammer 40.000 en el que, cerrando el círculo en el que los wargames dieron luz a los juegos de rol, un wargame planteaba un vasto e interesante trasfondo digno de su propio juego de rol. Tanto que no tardaron mucho en editarlo, sólo 22 añitos de nada.
Mientras tanto la guerra del cuarentaycuatroavo milenio había dado pié a variadas obras de ficción. Novelas, una película (las discusiones de MCU versus DCCU palidecen frente a la de si es más GENIAL! Ultramarines o la aportación de la distinguida competencia, Crónicas Mutantes) y muchos, muchos tebeos.
Porque si 2000 AD fué el fértil suelo del que brotó la primera gran generación de guionistas británicos Games Workshop fué el maternal pecho del que mamaron los vástagos de la siguiente. Genios como Dan Abnett, Andy Lanning o Simon Spurier. Y no es de extrañar. Ha habido más intentos de faunar los clásicos tropos de la espada y brujeria con la ciencia ficción…
…pero los elfos hacker o los guardaespaldas orcos del Shadowrun palidecen ante el perfecto equilibrio alquímico de un WH40K que no se limita a trasplantar elementos de un trasfondo a otro sino de fusionarlos indisolublemente.
Algo sólo posible gracias a la obsesiva atención al detalle que ha caracterizado a Games Workshop desde sus comienzos. Aunque uno no sea un jugador es un deleite leer esos manuales repletos de apasionantes trasfondo y personajes.
Una atención que se lleva hasta las últimas consecuencias. No sólo se aportan sus estadísticas de juego, se explica minuciosamente el funcionamiento que diferencia las repulsivas armas tiránidas compuestas de simbiontes fusionados de los etereos artefactos eldar habitados por espíritus. En comparación la tecnología imperial podría parecer plana y poco interesante pero no lo es en absoluto.
Tomemos como ejemplo el armamento de los Caballeros Grises, el brazo ejecutor de la Inquisición Imperial. Ejecutor y armado, pues tiene a su disposición una letal panoplia de mortales herramientas que incluyen…
…el devastador Autocañón…
…la salvaje Espada-Sierra…
…Y ESE PEDAZO DE BOLTER CONDEMNOR PARA PERSEGUIR A LOS HEREJES PE-CA-DORES DE LA PRADERA POR LA GLOOORIA DEL EMPERADORRRR NO PUEDO NO PUEDO…
(y por esto nunca entenderé que os esteis pasando en masa al Infinity)
Los medios dicen que los que jugáis a rol sois psicópatas y que no juegue con vosotros. Adiós.
Se pasan a Infinity porque aunque 40K es un universo maravilloso quien lo maneja da culo.
Yo siempre fui demasiado pobre como para aficionarme a los wargames 🙁
Creo recordar que en algún momento de mi juventud fui aficionado a esto…
¿No ocupa del AOEII?
Y por fí, ya entendí eso de «PE-CA-DORES DE LA PRADERA».