Los cómics de antes sí que eran buenos (III)

Por culpa de gente como Grant Morrison el lector medio de cómics está convencido de que los cómics DC de los años 50 y 60 están llenos de guiones lisérgicos ausentes no ya de mensaje político o  crítica social sino directamente de lógica argumental puesto que se primaba la diversión y fantasía sobre cualquier otro valor. Superhéroes que se convertían en gorilas, viajes constantes en el tiempo, o genios que aparecían de la nada para ofrecer deseos a Lois Lane han sido utilizados como arma arrojadiza contra los cómics de un universo del que nadie ha publicado más y mejor en España que el actual tenedor de los derechos DC en la nación.

Pero  estos argumentos se desmontan, los de la lógica interna de los guiones de los cómics DC de los 60 no lo de la publicación de Planeta que todos sabemos que es un negocio que se traspasa por no poder atender y no por ningún otro motivo, con extrema facilidad. Y hoy lo vamos a comprobar siguiendo el Superman’s Pal, Jimmy Olsen Vol 1 #69.

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Sí señor. En Superman’s Pal Jimmy Olsen 69, nuestro héroe sidekick favorito se enrolla con una vikinga de la antigüedad, pero lejos de lo que estéis pensando todo está plenamente justificado desde el principio.

La historia arranca cuando Jimmy se va a pasar un finde a la montaña, lugar aislado de la civilización donde los haya, con los miembros de su club de fans que, siguiendo los dictámenes del Comics Code, está formado íntegramente por chicos preadolescentes. Pero claro en los cómics ha de haber drama. Si todo es alegría y facilidades para el prota de la historia la gente se aburre y se va a otra cosa, porque para ese tipo de historia ya tienen a la familia real, y el Hola, pero eso es otro tema. El caso es que aquí el drama empieza cuando Jimmy se encuentra con la chica que le saca el sueldo a fantas que en este caso no es otra que la hermanísima Lucy Lane (¿Para cuando un spin off de Smallville con ella de prota en la CW?).

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Lucy por supuesto pasa de Jimmy como de comer mierda, porque los cómics DC de los 60, son ante todo realistas, y una cosa es que el lector acepte un universo con tipo que surca los cielos en mach-4, cambia el curso de los ríos con sus propias manos y tiene superventriloquismo como poder molón de la semana, y otra muy distinta que se crea que una rubia va a hacer caso a un pelirrojo rodeado de críos cuando le está tirando la caña un campeón olímpico.

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Jimmy se lanza pues a competir con el campeón olímpico en un arrebato que dice mucho de la complejidad argumental del personaje. Una misión tan desesperada sólo demuestra la angustia vital de un Olsen atrapado en la imagen de secundón cuyo único mérito es tener hilo directo con el Primo de Zumosol de América. Pero como este es un cómic realista, y donde contrariamente a lo que dicen por ahí todo sigue un argumento lógico, Jimmy fracasa aunque, eso sí, haciendo un emocionante descubrimiento:

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Entre las nieves de la montaña hay una muchacha vikinga que se ha marcado un Capitán América despertándose en pleno siglo XX. Que habrá quien piense en que no es lógico que una vikinga de la antigüedad pueda entenderse de buenas a primeras con un americano de la Metrópolis más feliz y psicódelica de todas las continuidades DC de todo lo tiempos.
 
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Pero es que Olsen aprendió noruego antiguo en un viaje a la edad vikinga. Todo, como veis, tiene una explicación lógica y coherente.

La chica es pelirroja y, lógicamente, está más preparada que el resto para apreciar las cualidades de Jimmy Olsen. Al que cortejará enseñándole sus proezas en el esquí que, como hemos visto antes, es una cualidad muy apreciada en una pareja en la América de los 60.

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Por supuesto, volviendo a la complejidad de los personajes, a Lucy Lane ya le parece poco el campeón olímpico porque ahora Jimmy tiene una moza que vale un potosí, y eso inmediatamente, sube el diferencial del bono de amor Olsen frente a la insulsa afectividad del campeón olímpico cuyos resultados tal vez serán estables pero desde luego no pueden crecer más.

Holga (con hache de HOYGAN!) se convierte en la auténtica sensación del mes en todo el mundo codeándose con lo más de lo más de sociedad norteamericana. ¿Cómo es que alguien que puede conseguir a quien quera se conforma con las sobras de la hermanísima Lucy Lane?

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¡¡Porque es un puto robot!! ¿Creíais que la trama de la joven congelada era absurda verdad? ¿Quien es el tonto ahora? Holga (con hache de HOYGAN) es un robot manejado por los adolescentes del club de fans de Jimmy Olsen que desde su panel de control pueden hacer que la joven haga cualquier cosa que ellos quieran ¡¡Cualquiera!!
 
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Y los que pensáis que tal vez la escena debería ser al revés deberíais saber que si naciste pagafantas del cielo te caen las rubias que ella no puede introducirse muchas cosas en las boca porque es un robot y daría chispas….

Todo parece bien. Pero claro en los cómics ningún crimen ni trampa ha de quedar sin castigo . Si todo es alegría y facilidades para el el que se aprovecha del resto de personajes de la historia, la gente se aburre y se va a otra cosa, porque si les gustara ese tipo de finales cogerían un camión de mudanzas y se empadronarían en Valencia, pero eso es otro tema…. El caso es que Lucy descubre pronto que en Holga (con hache de HOYGAN!) hay gato encerrado.

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Lógicamente, porque en la DC de los 60, como hemos dejado claro, todo está pensado y calculado, se indigna y reacciona como cualquier mujer rubia haría.

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Pulsando un botón que no sabe exactamente para que sirve.

Y claro, la vikinga pasa de Jimmy de repente como si esa misma mañana le hubiera guiñado el ojo un campeón olímpico. Pero como a pesar de ser lógica, medida y comprensible, el ataque de cuernos la reacción de Lucy no deja de ser un acto egoísta puesto que a pesar de ir contra el Club de Fans de Jimmy Olsen (y vosotros creiaís que estaban de relleno al princpio de la historia) en realidad a quien perjudica es a Jimmy que es la víctima de toda esta historia. El karma de la alegre sociedad de Mad Men de la América de los 60 se marca un ¡ZAS EN TODA LA BOCA! para la hermanísima .

Jimmy no le estaba pidiendo matrimonio a Holga (con hache de HOYGAN!) sino que estaba renunciado al sueño de tener una mujer de Stepford porque prefiere pagarle las fantas a Lucy que comerle los sandwiches a Holga con hache). Y esto, lejos de cualquier vuelta de tuerca gratuita es un giro completamente justificado como se ha venido comprobado cuando rodeado de lo más granado de la sociedad norteamericana él sólo pensaba en ella.

Todo en este cómic está plenamente justificado y calculado. Todo es lógico y bien traído. Y cuando digo todo, es todo, incluso el hecho de que Lucy descubra la consola de mandos por casualidad cuando va a devolverle a Jimmy algo que se ha dejado porque….

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¡¡TODO ERA UNA TRAMPA DESDE EL PRINCIPIO!! ¡¡¡MUÉRETE DE ENVIDA NIGHT M. SHAYMA.SAHAYA….SHAYAMANA….TÍO DE AIRBEND, EL INCIDEN EL SEXTO SENTIDO!! ¿Cómo os habéis podido creer que unos jóvenes capaces de crear un robot capaz de engañar a la mismísima Jackie Kennedy iban a dejarse la puerta abierta sino era porque sabían que la psicología femenina exige que la chica crea que domina la situación hasta justo el segundo antes de caer en las redes de ese lobo disfrazado con piel de cordero pagafantas que es Jimmy Olsen?

La historia promete continuar pero si lo hizo no fue en el siguiente número donde, de un modo plenamente justificado, un suero que convierte a Olsen en elástico, un traje de robot y el descubrimiento de la kriptonita plateada requirió la atención de los personajes. Pero a nosotros eso ya no nos importa porque esta historia, que demuestra una vez más la coherencia y profundidad de la DC de los 60, que es sencillamente insuperable en su análisis de las relaciones humanas al menos en la sección que se refiere al emparejamiento entre personajes secundarios.

AVIV CD NE SOL 60!!!

Publicado por

Isaac Hernández

Periodista y adláter. Sueño con una vida normal pero sé que me cansaría de ella en menos de seis meses

8 comentarios en «Los cómics de antes sí que eran buenos (III)»

  1. Mi teoría es que precisamente por eso apenas había títulos con protagonistas femeninas, por la dificultad de reflejar esa psicología tan intrincada de forma continuada. Los machos somos más simplotes.

  2. ¿Estais aprovechando que Jotacé está de vacaciones para intentar robarle la temática de su blog?
    Y por cierto, ¿Esta es la semana del «post largo de narices» o qué?

  3. Lo de mudarse a Valencia no lo he pillado, quizas es que mi cerebro ha decidido defenderse de tanta carcajada y ha ignorado ese chiste…
    Biblioteca Jimmy Olsen NAO!

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