4… 5… 6… ¡SPLASH (page)!

Leíamos el otro día las lecciones de la evolución de la narrativa descomprimida que nos daba EMartín (en su blog bueno no, en el otro) sobre cómo llenar las páginas de cada mes si la historia no da de si, que concluyeron con unos buenos ejemplos de la asimilación por parte de Renato Arlem de los estilos "me pagan por página, no por centímetro cuadrado de superficie dibujada, ¿verdad?"
 
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Estilo también llamado "el método del packager de Vértice" por su aprovechamiento del espacio negativo y las masas.

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Sin embargo, no debemos quedarnos con que Arlem haya inventado nada, algo que está lejos de su intención y de su forma de trabajar habitual, pues lo suyo es más la asimilación y el reaprovechamiento que la mera creatividad, y cada uno debe explotar sus puntos fuertes. Lo que se ha mostrado de Arlem ya estaba inventado ¿y por quién? por un japonés, por supuesto. Que en los USA cada pocos años vuelven a celebrar que el cómic cumple cien años, mientras que en Japón el manga es algo milenario, como todo lo que viene de allí. Hasta el tren bala japonés es mileanrio, seguro. En esto no copian, sino que es al revés. El autor que nos ocupa, precursor de estos hallazgos allá por los años sesenta y setenta, responde al colorido nombre de Monkey Punch, autor del one-hit Lupin III.

A algunos el título os podrá sonar por los dibujos animados emitidos en los primeros años de Tele 5. No los vi, pero a menos que en esos dibujos echados a media tarde hubiera grandes dosis de sexo, violencia y tacos, no deben tener mucho parecido con el manga. Lo cual no sucede mucho, pues precisamente lo que suele hacer la industria japonesa es adaptar los mangas de éxito a un dibujo animado con los mismos elementos que han hecho triunfar al tebeo.

Sea como sea, la lectura del manga sesentero de Lupin III es toda una experiencia por ser algo durillo para los no iniciados en los entresijos de la cultura japonesa. El tebeo tiene un sentido del humor extraño. Es que son japoneses. El ritmo de lectura y la transición entre las viñetas se hace en algunos casos sincopada y abtrusa. Es que son japoneses. A veces las líneas de la páginas se convierten en borrones y se hace más difícil todavía comprender la acción. Es que son Mangaline. Y podemos observar los recursos de optimización del espacio que aprendimos en la lección anterior. Es lo que pasa cuando la historia que quieres contar y las páginas que te dan no coinciden.

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Es como cuando te mandan una redacción de dos mil caracteres y cuando la terminas te faltan doscientos y tienes que ir alargando aquí y allá, sin aportar nada al escrito más que cumplir el expediente.
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Y no es tan fácil dominarlo, no, que a veces te descuidas y se nota un pelín el truco…

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De este recurso también tiró un admirador de esto de los japos, el laureado Frank Miller.

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Pero vaya, que Monkey Punch lo hace mejor y más veces, ni punto de comparación.

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Pero no penséis que Punch se estancó con el recurso, nada de eso. Precisamente en el quinto y último tomo de la serie se produce un salto cuántico en su arte, pasando de viñetas apretadas al principio que luego necesita espaciar al final porque ha corrido demasiado y le sobran folios, a una narrativa menos trabajada y a servicio del espacio de la página. Esto significa que dibuja pocas cosas, apenas sucede nada, pero se suprimen los espacios vacío en la página, gracias esta vez a llevar al límite los bordes de las viñetas…
 
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…u, opcionalmente, recurriendo al uso de grandes onomatopeyas que rellenen los posibles vacíos. De esta forma consigue llegar hasta la última página sin contratiempos narrativos.
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Y haciendo esto, se anticipó varios años a la forma de trabajo actual en América, en la que quién realmente trabaja la página y los fondos es el colorista.

Monkey Punch, un visionario. Aviv.

(y sí, este post no es más que una versión ampliada del comentario que dejé en la primera lección, pero si El Follonero puede hacerlo no veo por qué los demás no)

5 comentarios en «4… 5… 6… ¡SPLASH (page)!»

  1. Igualito que el Inhumanos de Pacheco.. que le faltaban huecos donde meter viñetas..
    Con todo ese espacio desaprovechado se pueden dibujar historietas en los márgenes!

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