Tacchioni alla arrabiata

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La cultura italiana es fascinante. Y aún más lo es su subcultura. Pues tanto en sus vertientes cinematográficas como tebeísiticas no tienen ningún tapujo en recoger influencias externas, adaptarlas y llegado el caso mejorarlas ¿o acaso las mejores películas del Oeste americano no son italianas? películas de zombies, de horror, grandiosidad histórica de cartón piedra…son una demostración palpable del principio de conservación de la energía creativa y sus posibilidades de transformación. La ficción italiana se nutre en gran medida de adaptaciones y mezcolanzas. Todo esto lo expresó mucho mejor Hernán Migoya en la introducción a Días Malos, un tebeo de tiros barato y entretenido, de los que no ganarán un Premio Nacional del Cómic pero que por grafismo y temática tendría un sitio en Bonelli.
 
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Lo bien que se expresa Migoya cuando quiere. Y sin provocar. Bueno, un poco antes en el mismo texto dice que Rambo es gay, una cosa por otra.

Queda clara entonces la gran capacidad de la industria italiana de hacer mestizaje con la ficción, de combinar varios aspectos para conformar algo nuevo. Lo que sucede es que este tipo de experimentos a veces produce resultados inesperados. Uno más uno no siempre son dos, y lo imprevisible tiene la costumbre de aparecer cuando no se le espera. El esfuerzo intertextualizador, la idiosincrasia propia de sus creadores y el enorme volumen de producción hacen posible que en el país con forma de bota (hasta eso han adaptado ¿qué fue antes, Italia o las botas? ¿hubo determinismo en la deriva continental? ¿tenían que ser precisamente botas de esas de fetiche?) los eventos taquiónicos sucedan con una frecuencia inusual.

Eventos taquiónicos en tebeos italianos, sí. Noté esto por primera vez leyendo la última historia del último número de Rat-Man publicado por Sulaco Ediciones allá por el lejano 2001 (tan lejano cuando no había llegado y tan lejano ahora…)

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Rat-Man lo tenía todo para triunfar, es el tebeo italiano perfecto, que combina los géneros de superhéroes, de humor, y de todo lo que le pase por delante a Leo Ortolani, su autor. Mestizaje y parodia. La edición española vino respaldada por un precio popular (¿Cuándo fue la última vez que vistéis un tebeo por 3.58 euros?), el entusiasmo de Sulaco Editorial y el amparo de la web Dreamers. Vaya, el equivalente actual sería que saliera una edición en papel de El Packager de Ayer de mano de una editorial que el fandom todavía no odie, por lo menos. Triunfo asegurado ¿no?

Pues no. Se publicaron tres números y nada más se supo.

¿Por qué?

Podríamos suponer que con la misma efervescencia que Sulaco apareció se fue, dejando el material colgado. Porque lo que era el material bien merecía la pena. Podríamos suponer eso.
Sin embargo, cuando Panini desembarcó en nuestro país también lo intentó con el título y, aún sacandolo más barato (8 céntimos, aunque 16 páginas menos) que Sulaco, canceló la serie en el segundo número. Toda una multinacional publicó menos material todavía que Sulaco.

Algo pasaba. Y releyendo aquella última historia publicada se pueden intuir alguna claves Remontémonos pues a aquel Julio de 2001 en el que salió aquel tebeo, y pasemos la página para leer aquella aventura que no podíamos suponer que no tendría continuidad (y eso que terminaba en un claro "Continuará")

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La narración se estructura en base a una serie de acontecimientos que van transcurriendo en una estructura temporal marcada, por lo que se nos recuerda frecuentemente el lugar, la fecha y la hora de la acción.
 
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La historia tiene un tono crepuscular, en torno a un asesino de antiguos héroes. Mestizaje, recordemos. El reloj sigue marcando su cuenta adelante.

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(el escáner me falla ¡todo se confabula para que no pueda revelaros la Verdad!)

Se suceden los acontecimientos, a medida que las páginas se agotan y el timer sigue avanzando.

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10 de Septiembre de 2001. Nuestro héroe llega a la Gran Ciudad dispuesto a resolver el enigma. Todo esta dispuesto para la Gran Confrontación, pero el episodio termina, quedando sólo una última escena:

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Y tras la escena, un continuará, adelanto del próximo número, hasta pronto y todo eso, pero nunca hubo continuación.

La última aventura de Rat-Man jamás publicada en nuestro país se quedó atrapada por tanto en el 11 de Septiembre de 2001. No hace falta que recuerde qué sucedió ese día ¿verdad? para datos como ese Dios inventó la wikipedia. Y si la consultamos podemos comprobar que precisamente a las 9:38 uno de los aviones se estrellaba contra el Pentágono.

Ominoso ¿no es así? da hasta cosa ver ahora la contraportada de aquel último Rat-Man.

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Tras esta aventura de Rat-Man, nada volvió a ser lo mismo para sus implicados. Sulaco se desvaneció, Dreamers fue perdiendo el favor de muchos visitantes, Panini lo intentó sin éxito…en cierta forma aquel 11 de Septiembre plasmado
en la aventura del roedor enmascarado supuso un punto y aparte en muchas cosas…

Y de todas las fechas posibles, mirad que es grande el calendario…

¿Casualidad, pues? NO, taquiones, por supuesto. Es lo que decía al principio, los tebeos italianos, adaptando y mezclando géneros, atraen a esta serie de procesos. La GENIALIDAD! tiene estas cosas (eh, solo un italiano como Manara podría mezclar mutantes marvelianos con softcore ¿o no? que bueno Manara ¿eh? ¿y aquello que hizo con Valentino Rossi? menuda ida de olla ¿os imagináis un tebeo sobre, no se, Jorge Lorenzo? oh, esperad…)

Sólo así se pueden explicar ciertas cosas. Porque lo de Rat-Man no es ni mucho menos un caso aislado. Los tebeos de Bonelli, esos sí que son peligrosos. Con sus influencias y homenajes, que si del oeste, o de misterio, lo mezclan con humor, o con extraterrestres, o zombies, o…y pasa lo que pasa. Que atraen a los taquiones.

Sólo así puede explicarse que en una historia de Dylan Dog fechada en 2003 puedan maridar en una misma página el argumento de El Día de la Marmota (sí, ya sé que se llama Atrapado en el Tiempo, pero así nos entendemos)…

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…con FlashForward.

La cultura italiana es fascinante…oh, esperad ¿esto lo había escrito ya? ¡es Freddy, que nos hace ir en círculos!

8 comentarios en «Tacchioni alla arrabiata»

  1. Lo de flashforward al final va a ser culpa del nuevo vecino ese que nunca acaba de despertarse.
    Y lo de Ratman es culpa dela estrechezde mira de Panini y Sulco. ¿No es una serie protagonizado por un tio que mide menos de metro y medio? ¿No es en blanco y negro? Pues en formato reducido con tres años de publicación en un mismo tomo y por 60 euros.
    Venderlo igual no vendían más que antes, pero la gente aplaudiría como loca y dirían cosas como «Es una editorial muy grande ¿A que nunca imaginaste que se fuera a publicar todo Ratman en España?»

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