Los 300 Agujeros Negros (2ª edición)

En ADLO, impulsados como siempre por un irrefrenable deseo divulgativo (y una insaciable sed de comments) volvemos a abordar la Batalla de las Termópilas. En ésta ocasión publicamos en exclusiva un extracto del nuevo título publicado por la Editorial Hawkings.

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Dicen que la realidad supera a la ficción. Pero muy a menudo la ficción no es más que una fantasiosa cortina de humo con la que ocultar la prosaica realidad. La llegada a nuestras pantallas del filme histórico 300 pone de nuevo de actualidad la batalla de las Termópilas. Polémico como pocos, atacado por algunos por considerarlo epítome de la heterosexualidad y… ¿basado en hechos reales?

Si, los libros de historia pretenden hacernos creer. No, según la opinión de una mayoría de ciudadanos que crece día a día. 2487 años después la verdad oficial es cada vez más oficial y menos verdad. Cualquier europeo con un mínimo de sentido común que la analice se sorprenderá al encontrarse con mas de

Y el libro en el que se basa el filme, escrito por el novelista gráfico Molinero Franco, es un perfecto compendio de todos ellos. Tanto es así que lo hemos usado como guía de referencia para nuestra investigación periodística. Y no hay que adentrarse mucho en la lectura de la obra para encontrarse con el primero.

Asi que «marzo». Y ¿por qué deberíamos creer que la batalla tuvo lugar en marzo? De hecho, en pleno invierno ¿quién marcharía a la guerra en taparrabos (y alguno sin él)?

Sin embargo situar la batalla en marzo haría que la entonces recién formada Liga del Peloponeso ya pudiera atrbuirse el mérito político de esa victoria. ¿Casualidad? ¿Serendipia?

Ciermtamente el pasado del líder espartano no está libre de sombras. Su mayor hazaña hasta la fecha había sido supuestamente matar a un lobo a los diez años.

¿Y qué nombre debemos creer que le dieron los espartanos?

¿»Leonidas»?

¡Eso es como pretender que nos creamos que un adolescente picado por una araña radiactiva se dedicara a combatir el crimen con el sobrenombre de Ant Man!

Y si el tal «Leonidas» mató al lobo a los diez años y la batalla tuvo lugar cuatro décadas después…

…¿se supone que tenemos que tragarnos que ése es el pelo, negro y abundante, de un casi jubilado de cincuenta años? ¿O es que de ahí es de donde sale la denominación comercial de Grecian 2000?

Si su pasado es turbio, sus motivaciones para enfrentarse a los persas no son mucho más claras. Un año antes comprobamos que sigue desconociendo el significado de la palabra «abrigo»…

…pero en cambio si que sabe mencionar las preocupaciones ecológicas de moda para ganarse el favor del electorado jipiprogre. Marcharon a la guerra para detener al abuso de los recursos naturales. Si, claro. Qué raro que no mencionara la capa de ozono.

Ooops. Retiro lo dicho…

Pero si tan decidido de ir a la guerra estaba «Leónidas» ¿por qué ántes de salir de Esparta afirmaba que sólo iba a dar un paseo?

De hecho los otros 299 espartanos sólo le acompañaron por la insistencia de su mujer. ¿Cuáles eran las intenciones reales de «Leónidas»? ¿Combatir a Xerxes… o pactar la rendición de Esparta?

Ésto encajaría perfectamente con el hecho, verificado por tantos testimonios que ni la versión oficial osa negar, de que durante el primer encuentro con los persas, en lugar de aprestarse a la batalla…

…los espartanos se dedicaban a saltar al mar y contar historias alrededor del fuego. Exactamente como en unas vacaciones.

Se ha intentado hacer creer al público que los cascos y escudos espartanos…

…estaban compuestos de bronce, algo habitual en los ejércitos de la Liga del Peloponeso. Sin embargo las evidencias halladas en el lugar, analizadas en el espectroscopio por peritos independientes pagados por éste equipo de investigación, contienen rastos de hierro.

Estamos ante la primera prueba irrefutable de que los espartanos no lucharon contra los persas en la batalla de las Termópilas.

Sólo así podría explicarse el casual y distendido, casi amistoso, encuentro personal entre Xerxes y «Leónidas».

Uno casi diría que más que amistoso.

(Bueno, alguno ya lo ha dicho)

En definitiva, la verdad oficial no se sostiene. «Leónidas» no pretendía parar el gigantesco ejército de Xerxes con sólo 300 soldados. Y el ejército de Xerxes no era gigantesco. Porque cualquiera con sentido común sabe que para derrotar a los espartanos bastan tres galos haciendose la comida.

He aquí el mayor agujero negro de todos. ¿Debemos creernos que Xerxes era el único ser del planeta Tierra que no había leido Asterix de pequeño?

¡Seguimos queriendo saber!

Próximos títulos de la Editorial Hawkings:

Los Agujeros Negros de la Estrella de la Muerte

Los Agujeros Negros de Bonnie & Clyde.

Los Agujeros Negros del Asesinato de Abel.

Los Agujeros Negros de El Abismo Negro.

Y en nuestra línea Agujeritos: Teorías Conspiratorias Light para los Más Pequeños de la Casa:

El Agujero del Titanic.

16 comentarios en «Los 300 Agujeros Negros (2ª edición)»

Pero qué es esto?
No se menciona a Zapatero, a Al Quaeda y a la ETA en el complot?
Esta no es la verdad… AL menos no la que hace salir a la calle a la gente capaz de enarbolar la bandera franquista…
Eso les pasa con meterse con su Majestad Rajoy, que se quedan sin asesoría adecuada para la comspitracionitis…

16 comentarios en «Los 300 Agujeros Negros (2ª edición)»

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