17 comentarios en «Cuéntame cómo acabó»

  1. No intentarás decir que con la muerte de Franco, Alfons[o] Figueras decidió cambiarse de nombre (o aceptar el suyo de toda la vida)
    Es tan retorcido.
    Por fin un artículo político en ADLO.
    Saludos.

  2. Otro catalán desagradecido, que tuvo el priviliegio de pertenecer a la una, grande y libre España, pero luego le dio la espalda cuando nuestro cuadillo (mmm, ¿corrijo esta errata o la dejo? Suena gracioso) se fue a reunir con su Creador.

  3. ¿El apellido no se cambiaría también a Figueres?
    Es que el apellido no es tan «modificable» como el nombre, supongo que si hubiera sido Figueres hubiera puesto Figueres desde siempre, porque es así y punto.
    Digo yo, eh? (aunque me he explicado como un libro cerrado, esta explicación en mi mente tiene sentido)
    Por cierto, vaya ojo tiene usted, señor Calduch! (mente limpia, que os conozco ¬¬)

  4. > ¿lo de la contraseña de seguridad al comentar (escribir ADLO) a santo de qué? ¿No es un poco tocacojones?
    No, es una medida antispam. Lo mismo que en otros blogs te hacen poner cuánto es 2+2 o escribir una secuencia al azar del tipo «jgjgjkdkwwq»

  5. Me ha costado un cojón entenderlo, de hecho he tenido que pedir el comodín de los comentarios.
    Pero me gusta que consideréis inteligentes a vuestros lectores (cosa que, obviamente, no somos).

  6. >¿Por qué se puede poner Alfonso en vez de >Alfons, pero si alguien pone alieno en >vez de alien se la carga?
    Por culpa de Carod Rovira, evidentemente.

  7. En tiempos de Franco era obligatorio registrarse con un nombre en castellano. En el 77 o 78 eso cambió y la gente pudo ir al registro y adoptar finalmente su verdadero nombre (mi padre lo hizo, mis abuelos… mi madre no porque se llama Marta).
    Y aunque en catalán actual todos los plurales acaben en -es, antes de la normativa de Fabra muchos se terminaban en -as, lo que se refleja en muchos apellidos (como Tarradellas, Casanovas o Corominas).
    Y ya está.

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