El Código Medina

Hay veces donde las presentaciones sobran. Don Luis Capote, estudioso y analista de la historieta, nos envía un dossier que podría hacer perder la fé en Rob a más de uno. Está claro que hay más dioses, o más mitología tebeística, vayan ustedes a saber. Les dejo con su texto:

La vida en todas sus facetas está llena de ilustres desconocidos que abrieron caminos por los que luego transitaron nombres cubiertos de fama, gloria y reconocimiento. Son los llamados precursores o pioneros y el tebeo, venerables hermanos, los tiene igualmente y hoy traemos por aquí uno de los que, excepcional pero merecidamente, han obtenido un premio a su labor: Francisco Medina, que en fechas recientes ha visto en el mercado un libro recopilatorio de lo mejor de sus trabajos titulado Humor Nuestro. ¿Cómo…? ¿Qué ese nombre no les dice nada? ¿Y si añadimos que es el pionero de la historieta en Canarias? Quizá tampoco impresione mucho mas ¿y si dijéramos que es además el precursor del Salón del Cómic de Barcelona? Aaaah, ahí ya hemos pinchado nervio.

Francisco Medina es pues, un autor tinerfeño que lleva casi medio siglo paseando sus trabajos por las redacciones de todo el mundo, que ha creado un estilo propio de arte (el trazo collage) y que se ha atrevido con el comic-book y el manga. Sin lugar a dudas, fascinante. Pero cedamos ahora la palabra virtual a plumas más eruditas que la nuestra, para conocer un poco más y mejor su obra y milagros. Con ustedes, Manuel Darias (titular de la página periodística decana en esto de los tebeos en España):

Francisco Medina es un historietista con un estilo propio y definido que, de una manera difusa y hasta arriesgada, podría encuadrarse dentro de la Escuela Bruguera por la agilidad de su trazo, la movilidad de las figuras y la sencilla pero efectiva expresividad de sus personajes. El tinerfeño posee una gracia singular, un ritmo narrativo desbordante y un ingenioso sentido del gag, que adereza con un curioso y personal talento, más de artesano del tebeo que de profesional. Las tiras y los chistes del artista (…) tienen la rara virtud de conectar directamente con el lector, provocando casi siempre una sonrisa de complicidad.

Así pues, estamos en presencia de un veterano que, como tantos y tantos otros artistas, está profundamente marcado por sus lecturas, entre las que él mismo destaca a Ibáñez, Sanchís, Alex Raymond o Hal Foster. Pero igualmente, sus comienzos no fueron nada fáciles, como el propio Darias se encarga de reseñar:

[Medina] publica algunos chistes e historietas en «Jaimito», «La risa», «Florita» e incluso en el «Aire Libre», periódico tinerfeño de los lunes ya desaparecido. Intenta en múltiples ocasiones ponerse en contacto con editoriales, pero sus esfuerzos resultan inútiles. Prueba suerte entonces en el extranjero, y envía dibujos a Inglaterra, Suiza, Finlandia y Estados Unidos. De los dos primeros países, le contestaron escuetamente que no era posible. Finlandia le ofrece una plaza en el segundo diario de la nación, pero tenía que ejecutar una tira diaria, trabajo que le fue completamente irrealizable. De los Estados Unidos recibió diversas contestaciones; unos dijeron que les era imposible; otros, que tenían cubiertas sus plantillas de dibujantes; unos terceros, que sus dibujos no estaban bien perfeccionados.

Una historia familiar ¿no es cierto? Después de todo ¿qué autor no se vería reflejado en esta particular travesía del desierto, donde todas las puertas se cierran? Medina pasaría por una etapa en la que decide abandonar su labor artística. Sin embargo, consciente de la necesidad de fomentar la creación de una historieta insular con nombre propio, desenfunda nuevamente los útiles de dibujo y comienza una colaboración con diversos medios de prensa escrita de Tenerife a lo largo de los años setenta, donde juega con diversos temas: de la actualidad política española a la internacional; de los deportes a la televisión. Nada escapa a su afilado lápiz.

A nivel puramente artístico, la obra de Medina, poliédrica en sí misma considerada por la variedad de facetas, presenta dos elementos a destacar: por un lado, la originalidad de sus técnicas y por otro, la recurrencia de determinados temas. Si Rembrandt tenía el claroscuro y Rob! tiene la sonrisa (nota del posteador: Rob es un GENIO y lo tiene TODO), Medina tiene el trazo-collage.

Tan singular técnica es de su invención y pasa por dibujar todos los elementos que compondrán la o las viñetas en las que se estructura la historia en cartulinas de diversos colores, para luego recortarlas y pegarlas sobre otras cartulinas de colores oscuros. El resultado salta a la vista en estos ejemplos, uno centrado en la actualidad deportiva (y donde el autor hace de profeta al decir sabiamente que Cruyff, don Johann, es un poco pesetero) y otra en la que huelga hacer otro comentario, ya que la viñeta se presenta a sí misma.


Compárese el impacto de las imágenes claras sobre fondo oscuro, frente a la luminosidad de sus trabajos en rotulador o acuarela. Pocos pueden presumir de haber cultivado diversas disciplinas pictóricas y menos aún de haber creado su propio estilo de trabajo. Medina sí. Con ellas realizaría su primera exposición en julio de 1975 y se convertiría, como reza la contraportada de su libro, en el autor de la primera exposición de cómics de la isla de Tenerife y, consecuentemente, en el precursor de los certámenes de cómic en España, ya que se adelantó en seis años al primer Salò de Barcelona.

Desgraciadamente, la lentitud en la elaboración de sus trabajos mediante el trazo-collage determinó el abandono de la técnica por parte del inventor, y su traslado a sistemas más clásicos, como la acuarela. En esos mismos años setenta, Medina experimentaría una auténtica explosión creativa en la que tocaría, fiel a su condición de humorista gráfico, los temas de actualidad. Veamos algunos ejemplos

Por un lado, podremos ver la actualidad política en Suárez Super-Star. El Presidente del Gobierno que dirigió la transición democrática es fácilmente identificable en el sketch, no tanto por el parecido físico del caballero que lo impersona (recurso facilón propio de autores mediocres) sino por las cualidades intelectuales y personales que adornan al original, como son su magnetismo personal y su éxito con las féminas, a las que gustaba su apuesta galanura. Lo mismo pasa con su condición de político, que Medina apunta en la capacidad que tienen éstos de olvidarse de las promesas realizadas al electorado (cosa en la que Medina vuelve a ser profeta, porque tampoco ha variado mucho la cosa en ese sentido.) Por otro, vemos como el autor se atreve con uno de los iconos manga por antonomasia, Mazinger-Z, y lo aprovecha para comentar la paupérrima situación del C. D. Tenerife (con lo que da la tercera en la frente, porque de nuevo la vida, como diría Tulio Minglesias, sigue igual en este sentido.)

Aquí, el autor desciende hacia temas más cotidianos. Eran años de apertura, de descubrimiento de nuevas sensaciones, de libertad, con el consecuente terremoto moral que afectaba a las instituciones familiares. Vemos como la mujer plantea al esposo la asunción de nuevas modas y la desazón que la decisión de la dama le causa a él. Mientras, de la meca del cine llegaba la versión cinematográfica del hombre de acero, del símbolo del cómic-book yanqui, Superman, que Medina trivializa y humaniza al presentarle haciendo algo tan cotidiano como echar una meadilla, porque después de todo, aunque sea de acero, Kal-El es un hombre, en un claro precedente de la revolución que, después de Crisis en las Tierras Infinitas hizo Byrne del personaje.

Si allí Clark Kent dejaba de ser el escondite melifluo del superhéroe, aquí Superman expresa un rasgo humano de su alter ego.

Por último y paralelamente a lo que se llamó en el séptimo arte patrio el fenómeno del destape, donde el asunto de la sexualidad, luengo tiempo oculto y perseguido por la censura, explotó en múltiples variedades que fueron desde el desnudo intuido a la orgía salvaje. A nivel gráfico, también Medina se atrevió a que sus féminas enseñaran sus ostensibles encantos, los cuales, de dimensiones meyersianas, se anticiparon en casi tres lustros a las neumáticas superheroínas creadas por Jim Lee, Todd McFarlane o nuestro venerado Rob. El autor, como muchos ilustres cineastas, dio al público lo que pedía: culos y tetas.

¿Qué más podemos decir que no se haya dicho ya? Nada más. Por ello, es menester nuevamente ceder la palabra a don Manuel Darias, para que, al igual que epilogó el libro de Medina, cierre con broche de oro esta humilde reseña del mismo:

La historia de Medina no es la historia de un fracaso, Posiblemente, si hubiera estado en Barcelona, y hubiera entrado muy joven a las órdenes de un cartoonist acreditado, actualmente sería un famoso dibujante. Lo repito, la historia de Medina no es la historia de un fracasado. Es una impotencia insalvable proveniente de una vulgar lejanía geográfica. Francisco Medina es una verdadera institución del cómic canario y tinerfeño. Estoy seguro de que, gracias a su tenacidad, su firma seguirá apareciendo felizmente en las publicaciones insulares para deleite y disfrute de los buenos aficionados.

Que así sea.

22 comentarios en «El Código Medina»

  1. Liefeld es DIOS. Eso no hay quien lo niegue.

    Pero Medina es DIOS DE DIOSES.

    Además, se nota a simple vista que es alguien SENSATO, EQUILIBRADO Y SIN NINGUNA CLASE DE OBSESIÓN.

    Qué tío. Es un crack.

    Queremos más. MÁS.

  2. Aunque con muy poquito, también estuvo en «La Codorniz».

    Medina, F. (Francisco Medina). Puerto de la Cruz (Canarias), 1942.

    PUBLICACIONES:
    Aire Libre || Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) || El Día || Florita || Jaimito || Jor-nada Deportiva || La Codorniz || La Gaceta de Canarias || La Risa || La Tarde

    MONOGRAFÍAS:
    2004 Humor nuestro (Turquesa / Cabildo Insular de Tenerife)

  3. sí, por aquí también es unánime que goe llegará a donde le dejen. medina parece ser que se ha quedado sólo comprando el pan.
    (curradon de post). ba

  4. Dios.
    Mi nombre completo es Pedro FRANCISCO MEDINA García.
    Es esto una señal?
    Mi vida está predestinada a ser objeto de blogs como este?

    Sea así si tal es mi karma.

  5. ¿Esto es de verdad? Es decir… ¿Este tío y los de las reseñas existen de verdad o es invención vuestra?

    El Dios es Javi Rivas…

  6. ¿Cómo van a falsificar ésto, hombre? Todo el mundo sabe que lo más parecido al dibujo que practica ninguno de los de ADLO! es el retoque de sprites de MEGAMAN! y los dibujos de aquí son claramente de alguien con el mismo talento que Ibañez o Jan al que sólo le faltó nacer en Barcelona.

    ¡Ay! ¡Si a GOE! le acogiera ROB! debajo de su ala, en unos años él solito salvaría el comic europeo!

  7. Hombre, se parecen en el trazo… pero no hay color, Goe dejó claro en la entrevista en el OJO DE PEZ que él ha desarrollado un estilo personal, a diferencia del estilo humorístico clásico él no dibuja narices. Este Medina, en cambio, ya se ve que es un clasicote…

  8. «El Dios es Javi Rivas…»

    No, es el Puto Amo

    (Aunque hago notar que este texto en concreto no es suyo, sino de don Luis Javier Capote Pérez, adlátere de la vieja guardia)

  9. «la historia de Medina no es la historia de un fracasado»

    Vale, la gracia está en que habéis pegado el final de la reseña de otro autor, ¿no?

  10. Esta claro que este ARTISTA con mayúsculas grande es un adelantado a su tiempo…porque es de Canarias y allí hay una hora menos.

    Pagaría por haber estado en la redacción de uno de los periódicos a los que envió muestras. Seguro que las risas fueron generalizadas….y no precisamente por los chistes.

    Otro Dios para elevarlo al Olimpo de los artistas.

  11. Zaragozano: como coinsular de Mr. Capote y testigo de la misma exposicion en el mismo salon (y de la misma mesa redonda) doy fe de que existe y es real. He visto cosas que no creeriais…

Responder a Hellpop Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.